Más de 200 síntomas han sido registrados como efectos de la Covid-19: fatiga, tos, dificultad para respirar, pérdida del gusto u olfato, dolor de cabeza… Es lo que se conoce como Covid persistente. Aunque los niños pasan la enfermedad de manera leve o asintomática, el long Covid también puede afectarles.
Un estudio británico ha revelado que 1 de cada 7 niños aún tiene síntomas hasta 15 semanas después de la infección. Se trata – según informa el artículo preliminar publicado en The BMJ y pendiente de revisión por pares – de cifras más bajas de las estimadas. Estudios previos sugieren que más de la mitad de los niños infectados con coronavirus podrían sufrir esta enfermedad prolongada.
Para el análisis, los investigadores contactaron con 220.000 adolescentes de entre 11 y 17 años a través de la base de datos de test Covid de Public Health England entre enero y marzo de 2021. Obtuvieron alrededor de 17.000 respuestas.
Alrededor del 30% de los casos positivos, notificaron tres o más síntomas
El estudio preliminar, comparó una cohorte de 3.065 niños que dieron positivo en Covid-19 con otro grupo de 3.739 menores que no se infectaron con el virus. El posterior análisis descubrió que el 66,5% de los casos positivos notificaron uno o más síntomas 15 semanas después de haberse hecho la prueba diagnóstica.
Alrededor del 30% de los casos positivos, notificaron tres o más síntomas. En contraste, solo el 16% de los negativos informaron de este hecho. En resumen, los investigadores concluyeron que el 14% de los niños positivos en coronavirus tenía síntomas de Covid persistente.
Los síntomas más comunes fueron cansancio y dolor de cabeza, malestares también frecuentes en los adolescentes. Este motivo, además del hecho de que la encuesta coincidiera con la vuelta a las aulas, explicaría por qué los jóvenes que no pasaron la enfermedad también notificaron estos síntomas.
En este sentido, el estudio, “también muestra la importancia de tener un grupo de comparación para que los síntomas del Covid persistente no se confundan con enfermedades no relacionadas con el Covid. Sin un grupo de control de gente joven, nuestros resultados no se podrían interpretar”, reza la publicación.
Alrededor del 40% de los jóvenes, tanto positivos como negativos en Covid-19, notificaron sentirse un poco o muy preocupados, tristes o infelices
Con todo, el estudio tiene limitaciones. La primera es que de las solicitudes enviadas, solo el 13,5% respondió. “Si este 13% representa a todos los jóvenes de entre 11 y 17 años que testaron positivo, 32.000 niños alrededor del Reino Unido tendrían tres o más síntomas tres meses después”. Sin embargo, en el caso de que solo aquellos que aún tienen síntomas haya respondido, mientras que los que se han recuperado por completo no lo han hecho, en el peor de los escenarios habría 4.000 adolescentes afectados.
Respecto a la salud mental, un aspecto importante es que alrededor del 40% de los jóvenes notificaron sentirse un poco o muy preocupados, tristes o infelices. Los datos fueron similares entre los que habían pasado la enfermedad y los que no: 41% y 39% respectivamente. Desde que comenzara la pandemia de Covid-19, los adolescentes y niños han visto mermada la calidad de su salud mental.
Por el momento, “no está claro si la vacunación previene el long Covid”, apostilla la profesora de inmunología y enfermedades infecciosas pediátricas del Imperial College de Londres, Liz Whittaker.
En España, los mayores de 12 años ya están incluidos en el plan de vacunación: un 32,2% de los jóvenes entre 12 y 19 años tiene la pauta completa de la vacuna, mientras que el 71,7% ha recibido al menos una dosis. Aunque hasta el momento ha decidido esperar, el Reino Unido se plantea ahora inmunizar también a los adolescentes de esta franja de edad.