La comunidad científica y médica internacional continúa investigando el posible origen de los casos de hepatitis grave desconocida que siguen aumentando en todo el mundo. Un reciente estudio, cuyos resultados han sido publicados por The Lancet, sugiere que podría existir un vínculo entre estos casos de hepatitis y la infección por SARS-CoV-2.
El estudio se ha desarrollado en base a los casos diagnosticados en Reino Unido e Israel. En el caso del primer país, la Covid-19 se habría identificado en el 18% de los casos diagnosticados de hepatitis. De los 97 niños ingresados en hospitales, 11 dieron positivo en Covid-19 y otros tres habían cursado la enfermedad ocho semanas antes de iniciarse la infección por SARS-CoV-2.
Si ponemos el foco en Israel, 11 de los 12 niños diagnosticados con hepatitis aguda han superado la Covid-19 en los meses previos. En base a los resultados obtenidos los autores del estudio teorizan sobre la hipótesis de que las partículas persistentes del SARS-CoV-2 que puedan mantenerse en el tracto gastrointestinal de estos niños afectase de forma exagerada a la respuesta de su sistema inmunológico ante la presencia del adenovirus 41F, mediante la presencia de elevadas cantidades de proteínas inflamatorias que, finalmente, acabarían dañando el hígado, tal y como recogen en Reuters en base a los resultados del estudio.
“Planteamos la hipótesis de que los casos de hepatitis aguda grave notificados recientemente en niños podrían ser consecuencia de la infección por adenovirus con trofismo intestinal en niños previamente infectados por SARS-CoV-2 y, portadores de reservorios virales”
“Sugerimos que los niños con hepatitis aguda sean investigados por la persistencia del SARS-CoV-2 en las heces”, así como por otras señales que indican que el daño hepático se está produciendo porque la proteína de pico del SARS-CoV-2 es un “superantígeno” que produce una sobresensibilización en el sistema inmunitario, de acuerdo con las explicaciones de los autores del estudio.
La referida activación se ha propuesto como posible mecanismo causal del síndrome inflamatorio multisistémico en niños, que sería el primer paso para el desarrollo de la hepatitis aguda. “Planteamos la hipótesis de que los casos de hepatitis aguda grave notificados recientemente en niños podrían ser consecuencia de la infección por adenovirus con trofismo intestinal en niños previamente infectados por SARS-CoV-2 y, portadores de reservorios virales”, expone la investigación.
El adenovirus 41F es el principal sospechoso del brote de hepatitis infantil aguda de origen desconocido para la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como para otros organismos sanitarios. Los expertos sugieren que la explicación más probable podría residir en la falta de exposición en los últimos dos años como consecuencia de las restricciones y medidas establecidas para frenar la expansión de la Covid-19.
El pasado 18 de abril el Comité de Evaluación de Riesgos de Farmacovigilancia (PRAC, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) concluía que, en base a la evidencia científica disponible, “no respalda un vínculo causal entre las vacunas contra la Covid-19Comirnaty y Spikevax y los casos muy raros de hepatitis autoinmune”. Por lo tanto la inmunización de los niños con estos dos sueros, basados en tecnología de ARNm, continuaría siendo eficaz y segura.