La Covid-19, enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, plantea todavía importantes incógnitas que requieren de profundas investigaciones a lo largo del tiempo. Si bien es cierto que la mayoría de las personas infectadas consiguen recuperarse completamente, algunos pacientes pueden mostrar síntomas durante semanas e incluso meses tras lograr superar la fase aguda de la infección. En casos en los que las personas no han precisado hospitalización porque han cursado la enfermedad de forma leve, pueden experimentar sintomatología persistente o aparición de síntomas tardíos. Hablamos de lo que la ciencia ha definido como “Covid prolongado”.
“Aunque todavía estamos aprendiendo sobre el virus, lo que está claro es que este no solo mata a las personas. Un número significativo de pacientes presentan una serie de efectos graves a largo plazo”, alertaba recientemente en una de sus comparecencias públicas el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Es imperativo que los gobiernos reconozcan los efectos a largo plazo de la Covid-19 y también garanticen el acceso a los servicios de salud de todos estos pacientes”, añadía.
En este sentido es necesario que gobiernos, sociedades y sistemas sanitarios sean conscientes de que la pandemia no solo necesitará ser combatida ahora, sino que puede generar numerosas secuelas que requerirán atención en el futuro. Un reto que se agudiza ante la falta de atención que han recibido numerosas patologías en términos de tratamientos y diagnósticos tempranos debido a la inevitable necesidad de destinar todos los recursos humanos, económicos y materiales a hacer frente al SARS-CoV-2.
Motivo por el que la OMS ha instado a los países a priorizar la rehabilitación de las consecuencias de la Covid-19 tanto a medio como a largo plazo. Un propósito que debe complementarse con la exhaustiva recopilación de información de forma sistemática sobre aquellos casos de pacientes que presenten “Covid prolongado”, así como de sus secuelas.
Desde la OMS instan a que los países muestren un mayor compromiso ante las secuelas de la Covid-19 y se incluya la rehabilitación como parte esencial de los servicios ofrecidos por los sistemas sanitarios
De esta forma la OMS ha elaborado un formulario estandarizado para informar de datos clínicos de forma individualizada sobre aquellos pacientes infectados que superan la enfermedad aguda y aquellos que han requerido hospitalización para examinar y monitorizar las secuelas. Además, se han establecido grupos de trabajo para construir un consenso sobre la descripción clínica de los que la OMS ha calificado como la “condición post-Covid-19”, y definir de esta forma los esfuerzos en materia de investigación.
En uno de los primeros seminarios de una serie desarrollada por la OMS sobre este asunto su director general ha destacado la importancia de las “3R”: reconocimiento, investigación y rehabilitación, tal y como recogen en British Journal Medicine.
Cuando hablamos de reconocimiento hacemos referencia a la condición del paciente tras haber superado la enfermedad. Un terreno en el que se necesita profundizar. Desde la OMS instan a que los países muestren un mayor compromiso ante las secuelas de la Covid-19 y se incluya la rehabilitación como parte esencial de los servicios ofrecidos por los sistemas sanitarios. “La enfermedad prolongada tiene un impacto en el individuo, en la sociedad y en la economía”, advertía Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Un reciente estudio indica que se han detectado 205 síntomas asociados a la Covid-19 prolongada en 10 órganos y sistemas diferentes. El estudio se ha desarrollado con una muestra de 3.762 pacientes de 56 países y, como dato llamativo, el 91,6% no necesitó ingreso hospitalario
Danny Altmann, inmunólogo del Imperial College de Londres explicaba en un seminario ofrecido por el sistema de salud público de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) la necesidad de plantear una base de atención a estos pacientes ya que, al poder provocar la enfermedad múltiples secuelas, es probable que se precise la participación de varias disciplinas. “No está claro si estos problemas durarán meses o años”, afirma poniendo el foco en muchos de los casos que se han infectado, pero no han sido registrados por los sistemas sanitarios.
“Si entre el 10-20% de las infecciones por Covid-19 en el mundo provocan secuelas a largo plazo, hablamos de un legado de entre 10 y 20 millones de personas. Un problema que tiene ramificaciones masivas en la vida de los afectados y supone un reto para la planificación médica”.
En este mismo seminario se revelaron los datos de un reciente estudio que indica que se han detectado 205 síntomas asociados a la Covid-19 prolongada en 10 órganos y sistemas diferentes. El estudio se ha desarrollado con una muestra de 3.762 pacientes de 56 países y, como dato llamativo, el 91,6% no necesitó ingreso hospitalario.
Entre los principales síntomas más frecuentes informados después de seis meses desde el inicio de la infección a aparecen la fatiga, malestar general tras la realización de esfuerzos y disfunción cognitiva. El estudio señala que el 21% de los pacientes continúa experimentando estos problemas más allá de los seis meses traduciéndose en bajas laborales o reducciones de jornada.