El pasado 29 de octubre la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) autorizaba el uso de emergencia de la vacuna contra la Covid-19 de Pfizer/BioNTech en niños con edades comprendidas entre los cinco y los 11 años. El 2 de noviembre los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) respaldaban la decisión de la FDA.
La directora de los CDC, Rochelle Walensky, alertaba en rueda de prensa de la necesidad de vacunar a este grupo de edad ante el incremento de las hospitalizaciones pediátricas impulsadas por la nueva ola de la pandemia provocada por la variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India). “El riesgo ante la Covid-19 es demasiado alto y devastador para nuestros niños, y mucho más alto que el de otras enfermedades para las que les vacunamos”.
La directora de los CDC ha destacado la necesidad de la vacunación de los más pequeños manifestando que el cierre de las escuelas ha tenido impactos perjudiciales para la salud social y mental de los niños. “La vacunación pediátrica tiene el poder de ayudarnos a cambiar todo eso”, apostillaba.
El paso dado por Estados Unidos con la vacunación de los menores de 11 años se ha producido en un momento en el que la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) se encuentra valorando los resultados del ensayo clínico de Pfizer/BioNTech para decidir si finalmente emite un veredicto positivo a la inmunización con el suero de este grupo poblacional.
El debate sobre la vacunación de los niños es un complejo prisma de múltiples aristas. El paso dado por Estados Unidos ante el temor de que la variante Delta aumente los contagios entre los niños y, por ende, el riesgo de hospitalización y muerte contrasta con la evidencia científica con la que se cuenta hasta el momento. De acuerdo con esta y, por norma general, los niños suelen cursar la Covid-19 de forma leve o asintomática. Una postura que apoyan las autoridades sanitarias españolas de acuerdo a los últimos pronunciamientos públicos.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, declaraba en la rueda de prensa celebrada tras el último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), que en estos momentos el tema está siendo revisado por la EMA. Una vez la agencia reguladora emita un veredicto positivo a la vacunación de los menores de 11 años, se debatirá en la Ponencia de Vacunas y, posteriormente, se trasladará al CISNS.
Simón dejaba claro que, “desde el punto de vista individual”, no se justifica la vacunación en los menores de 12 años
En esta línea el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, manifestaba días antes que “existen dudas” sobre la vacunación de los niños de entre cinco y 11 años ya que “les afecta muy poco la enfermedad”, mostrando así reticencias a su inmunización ante los posibles efectos secundarios de la inoculación del suero como son los casos raros de inflamación cardíaca.
Simón argumentaba sus declaraciones poniendo el foco en el beneficio de la vacunación: “Es muy superior a los posibles efectos secundarios adversos”, en el caso de los mayores de 12 años. Sin embargo, ha indicado que "si la letalidad de la Covid-19 ahora es de dos fallecidos por cada diez mil habitantes", en el caso de los niños es de "tres de cada cien mil", por lo que los riesgos para ellos son aún mucho más bajos aunque contraigan la enfermedad.
Simón dejaba claro que, “desde el punto de vista individual”, no se justifica la vacunación en los menores de 12 años. Sí cabría plantear la inmunización de este grupo desde un punto de vista colectivo para “reducir la transmisibilidad en la sociedad”. Hecho que, por el momento, el director del CCAES no considera necesario, ya que los grupos de riesgo y los más vulnerables ya están inmunizados frente a la Covid-19.
¿QUÉ DICE LA EVIDENCIA CIENTÍFICA?
El pasado mes de abril la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) publicaban una guía inédita en la que recopilaban toda la evidencia acumulada en el último año sobre la Covid-19 en población infantil.
Los niños y adolescentes se contagian con menos frecuencia, a menudo presentan una menor carga viral y sufren síntomas más leves de la Covid-19
De acuerdo con este documento los niños y adolescentes se contagian con menos frecuencia, a menudo presentan una menor carga viral y sufren síntomas más leves de la Covid-19. Para su elaboración se revisaron los estudios publicados hasta el momento, sintetizando y valorando la calidad de la evidencia y se han elaborado recomendaciones en base a esta, para proporcionar a los profesionales y a la población general una valoración crítica de los conocimientos más actuales. Aunque todavía persisten numerosas preguntas, la guía destaca una serie de evidencias científicas que considera apoyada por datos:
- En la población de 0 a 18 años la incidencia de enfermedad clínica (Covid-19) es de 0,8 a 2,1% de la incidencia general.
- La carga viral en vías respiratorias altas parece inferior a la de la población general en la población menor de 20 años.
- En cuanto a los síntomas, lo más sugestivo es la combinación de falta de olfato o gusto y la presencia de vómitos y cefalea. Sin embargo, en pacientes pediátricos con Covid-19 atendidos en urgencias/hospital, la fiebre es el síntoma más frecuente.
- Los recién nacidos de entre uno y tres meses de edad presentan un mayor riesgo de ingreso hospitalario, más en el caso de niños prematuros o con inmunodeficiencias.
- Se recomienda el uso de mascarilla siguiendo las normas vigentes en la actualidad: obligatorio para mayores de seis años y recomendado de tres a cinco años.
- No se recomienda el cierre de colegios y escuelas infantiles como medida de prevención para disminuir la incidencia y gravedad de la Covid-19 en la población general.
- No hay pruebas de que el SARS-CoV-2 se transmita por leche materna. Se recomienda fomentar y mantener la lactancia materna también en los recién nacidos de madres infectadas.
- Para el diagnóstico se recomienda la realización de PCR en la nasofaringe, siendo más adecuada que los test rápidos.
- La vacunación frente a la Covid-19 también se aconseja a menores. Se recomienda la administración de las vacunas disponibles en tiempo y lugar según las recomendaciones y priorización establecidas por las distintas administraciones sanitarias.