La Sociedad Española de Diabetes ha celebrado (entre los días 21 y 23 de junio) su XXXI Congreso Nacional. Un encuentro virtual debido a la actual situación epidemiológica provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y que ha dejado claro que la investigación se erige como uno de sus ejes vertebrales.
Actualmente la Sociedad se encuentra trabajando en cuatro proyectos: DIABET-IC (Prevalencia/incidencia de insuficiencia cardiaca en personas con diabetes de tipo 2), REDE (Registro para analizar la evolución de los embarazos en gestantes con diabetes), SED1 (Control y manejo de los pacientes con diabetes de tipo 1) y APHOS COVID-19 (Predictor de ingreso en personas con diabetes con COVID-19), tal y como informan desde Medscape.
El doctor Antonio Pérez Pérez ha asumido recientemente la presidencia de la Sociedad y ha destacado en el citado encuentro que su objetivo es reforzar el papel de la organización “a nivel social, ante la administración sanitaria y a nivel internacional, así como mejorar la visibilidad y percepción de la enfermedad por parte de la sociedad y la administración como instrumento para la implementación de políticas de salud pública orientadas a prevenir la diabetes y sus complicaciones”.
El doctor José Antonio Gimeno Orna, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza, ha sido el encargado de ofrecer algunas de las conclusiones preliminares del proyecto DIABTER-IC. Se trata de un estudio multicéntrico centrado en la insuficiencia cardiaca en pacientes que padecen diabetes tipo 2, independientemente de si tienen o no una enfermedad cardiovascular inicial.
En base al estudio el doctor Gimeno ha indicado que existe actualmente una prevalencia a nivel global de insuficiencia cardiaca del 37%, con 51%· en los pacientes que acudían a la consulta del cardiólogo frente al 15,3% de los que procedían de endocrinología.
“La prevalencia era mejor en pacientes que venían de consultas externas de endocrinología, con menos sesgos que los procedentes de cardiología, pero estos especialistas enriquecen en gran medida la visión prospectiva y los factores pronósticos, siendo una colaboración perfecta para los objetivos del estudio”, explica tal y como recogen en la citada cabecera.
Sobre el proyecto REDE ha ofrecido algunas conclusiones la doctora Mercedes Codina Marcet, endocrinóloga del Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca. Se trata de un estudio prospectivo y multicéntrico que abarca desde el año 2015 hasta enero de 2020 y recoge tanto la evolución como las complicaciones desarrolladas en los embarazos de mujeres con diabetes.
"Solo 30% de las mujeres había acudido a la clínica preconcepcional; 40,7% de quienes tenían diabetes de tipo 1; 11,3% de aquellas con diabetes de tipo 2, y 25% con diabetes del adulto de inicio juvenil"
Entre los distintos tipos de diabetes los resultados indican que una mayor edad en las pacientes con diabetes de tipo 2, 50% no caucásica, con mayor índice de masa corporal frente a las de tipo 1 (31 frente a 24), menor tiempo de evolución de la enfermedad (7,7 años frente a 17 años en diabetes de tipo 1), con hemoglobinas glucosiladas pregestacionales similares de 7,4 y 7,3, respectivamente, y además las embarazadas con diabetes de tipo 2 reportaron hemoglobina glucosilada menor de 6,5% en 21% frente a 42% en aquellas de tipo 1.
"Solo 30% de las mujeres había acudido a la clínica preconcepcional; 40,7% de quienes tenían diabetes de tipo 1; 11,3% de aquellas con diabetes de tipo 2, y 25% con diabetes del adulto de inicio juvenil", apunta la doctora Codina.
Si ponemos el foco en las características de los partos, un dato llamativo es el hecho de que las mujeres con diabetes tipo 1 han presentado una mayor prematuridad que las que padecen diabetes tipo 2 (31,2% frente a 11,8%), así como macrosomías (21,45% frente a 8,8%). Dos condiciones estrechamente ligadas al control glucémico. La doctora Codina ha asegurado que la tasa de cesáreas en ambos grupos es similar situándose en el 37%.
"El escaso número de mujeres con diabetes que han seguido control preconcepcional específico, lo que se liga al riesgo de malformaciones fetales. Aquellas con diabetes de tipo 1 tienen peor control y peores resultados perinatales que quienes tienen diabetes de tipo 2. Una relativamente alta tasa de mortalidad perinatal en estas gestantes y por el contrario una tasa de cesáreas bastante baja pendiente de analizar", añade la doctora Codina.
El tercer proyecto sobre el que se han presentado conclusiones en esta cita ha sido el Registro Nacional de pacientes con diabetes tipo 1 (SED1) a cargo del doctor Fernando Gómez Peralta, especialista en endocrinología del Hospital General de Segovia.
Las mujeres con diabetes tipo 1 han presentado una mayor prematuridad que las que padecen diabetes tipo 2 (31,2% frente a 11,8%), así como macrosomías (21,45% frente a 8,8%)
"El 43,8% de los adultos registrados tenía sobrepeso u obesidad; 25,8% presentaba dislipemia, y 20,2% era fumador. En cuanto a los tratamientos, 20% de adultos y 24% de pacientes pediátricos eran portadores de bomba de insulina, dato superior a publicaciones previas, aunque hay que tener en cuenta que eran pacientes con seguimiento activo, por lo que se sobreestima la cifra respecto a la población general con diabetes de tipo 1", ha expresado el doctor Gómez Peralta.
En cuanto a los proyectos futuros el doctor Gómez ha puesto el foco en SED1-EPI, que tiene como objetivo evidenciar las modificaciones epigenéticas en pacientes con diabetes tipo 1 y el estudio COVID-SED1. Este último se trata de un estudio de carácter observacional que evaluará el impacto de la enfermedad en los pacientes con diabetes tipo 1.
El último de los proyectos presentados ha sido el estudio APHOS COVID-19 en fase de finalización del diseño y que ha sido presentado por el doctor Domingo Orozco Beltrán, médico de familia y miembro de la Unidad de Investigación del Hospital Universitario San Juan de Alicante.
El principal objetivo de este estudio es la construcción de un modelo predictivo que permita la identificación de los factores asociados a la posibilidad de ingreso hospitalario en personas mayores de 50 años infectados por el virus. Para ello se analizan distintas variables clínicas, analíticas y sociodemográficas, además de determinar el riesgo en estos casos de los pacientes con diabetes.
"Determinar factores asociados a la necesidad de ingreso, sobre todo respecto a las variables modificables, definir estrategias de intervención para nuevos brotes de la Covid-19, disponer de una escala de riesgo de la evolución en formato de aplicación para la toma de decisiones, y una adecuada planificación sanitaria”, concluye el doctor Orozco.