El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado un informe de carácter científico y divulgativo que resume, justo un año después del hallazgo del coronavirus SARS-CoV-2, el conocimiento que se tiene en la actualidad del virus y la COVID-19, y que también ofrece algunos datos sobre el desarrollo de la pandemia, especialmente centrados en España.
El texto supone una revisión y un resumen de los conocimientos actuales sobre epidemiología, virología, genética, diagnóstico, prevención, manifestaciones clínicas, factores de riesgo, inmunología, tratamientos, desarrollo de vacunas y vigilancia de la salud pública, entre otras cuestiones relativas al SARS-CoV-2 y la COVID-19.
El ISCIII ha resumido los conocimientos actuales sobre el SARS-CoV-2 y la COVID-19 en un estudio
A lo largo del informe 'Un año de coronavirus SARS-CoV-2' se detallan, por ejemplo, las características del virus y su evolución; cómo se produce la infección y la respuesta inmunitaria; cómo afecta a diferentes grupos de riesgo; qué distintos métodos diagnósticos existen; qué características clínicas pueden acompañar a la infección, y cómo se ha logrado desarrollar y aprobar vacunas en menos de un año.
TRANSMISIÓN DEL CORONAVIRUS
Las vías de contagio entre personas con el SARS-CoV-2 son también similares a las descritas para otros coronavirus. Se reconocen distintas formas de transmisión que todavía se siguen estudiando:
- La principal vía de transmisión son las secreciones de personas infectadas, principalmente por transmisión aérea, producida al hablar, toser o estornudar, por lo que el uso de mascarillas se ha convertido en uno de los principales métodos de contener su dispersión.
- La infección también se puede transmitir por contacto con objetos contaminados con estas secreciones, seguido del contacto con la mucosa de la boca, la nariz o los ojos, razón por la cual la higiene de manos es otro de los métodos preventivos más recomendados desde el inicio de la pandemia.
- La transmisión aérea del virus (lo que conocemos como aerosoles) es una forma de transmisión cuya importancia se ha destacado en los últimos meses, tras hallarse evidencias de que partículas con SARS-CoV-2 pueden permanecer suspendidas en el aire10. Por ello, la ventilación de espacios cerrados y la recomendación de evitar interiores en la medida de lo posible se han ido sumando en los últimos meses a las demás recomendaciones para prevenir el contagio.
DETECCIÓN DE LA COVID-19
¿Cómo se diagnostica la infección por SARS-CoV-2? La prueba más fiable para el diagnóstico microbiológico de la COVID-19, que ha entrado en 2020 de lleno en el conocimiento popular, es la denominada PCR (reacción en cadena de la polimerasa). "Esta técnica detecta el virus en una muestra respiratoria, principalmente mediante un exudado nasofaríngeo u orofaríngeo, y determina con una muy alta sensibilidad y especificidad si una persona está o no infectada. La PCR es una técnica que ya se aplicaba previamente para el diagnóstico de múltiples patologías infecciosas; básicamente consiste en la amplificación del material genético del virus, mediante la realización de múltiples copias, lo que facilita su posterior detección", explica en su informe el ISCIII.
Por otro lado, la detección de antígenos mediante test rápidos ha ganado protagonismo en los últimos meses; se trata de una prueba que permite identificar proteínas del virus con mayor rapidez que la PCR y en el lugar de atención al paciente.
"Aunque con una sensibilidad un poco menor que la PCR, algunos test de detección de antígenos han mostrado elevada fiabilidad, sobre todo en personas con síntomas compatibles con COVID-19 y durante los primeros 5-7 días desde el inicio de los síntomas", indica el documento.
Micrografía electrónica que muestra coronavirus SARS-CoV-2 emergiendo de células cultivadas en laboratorio (créditos: NIH-NIAID)
El CNM también está teniendo un papel clave en la coordinación de estudios de validación de estos test de detección de antígenos, lo que ha permitido su inclusión en la estrategia nacional de diagnóstico y control de la enfermedad.
También se dispone de pruebas serológicas, que permiten detectar anticuerpos frente al coronavirus con una muestra de sangre; es decir, dan información sobre si una persona ya ha pasado la infección. Por lo general, los organismos internacionales y el Ministerio de Sanidad desaconsejan su uso como herramienta diagnóstica, ya que los anticuerpos tardan varios días, incluso semanas, en aparecer y son detectables durante meses, lo que dificulta la interpretación de los resultados.
SÍNTOMAS DE LA COVID-19
Con respecto a la sintomatología, el SARS-CoV-2 no causa los mismos síntomas en todas las personas y, de hecho, muchas no desarrollan ningún síntoma; son las personas que se denominan asintomáticas, pero que pueden transmitir la infección.
Quienes sí desarrollan sintomatología pueden presentarla de forma múltiple y variable:
- Tos
- Dolor de garganta
- Fiebre
- Anosmia (pérdida del olfato)
- Ageusia (pérdida del gusto)
- Dolor muscular
- Dolor de cabeza
- Dificultad respiratoria
- Diarrea
Las personas infectadas no necesariamente desarrollan todos estos síntomas que pueden aparecer de forma aislada y con diferente intensidad, o no aparecer en ningún momento.
El contagio se puede producir desde antes de que comience la sintomatología, que cuando aparece suele iniciarse pocos días después de la infección. El nuevo coronavirus SARS-CoV-2, además de afectar las vías respiratorias, también tiene la capacidad potencial de infectar numerosos órganos y de generar una gran diversidad clínica de manifestaciones.
Cuando la enfermedad se desarrolla y alcanza una fase grave, entre las posibles manifestaciones clínicas se han identificado las siguientes:
- Infección en los pulmones, con aparición de neumonía y disminución del oxígeno que llega a la sangre
- Alteración en el funcionamiento de los riñones, incluido el fallo renal agudo
- Patología cardiovascular, como arritmias, trombosis o miocarditis
- Fallo hepático
- Alteraciones en el sistema digestivo, con náuseas, diarrea o dolor abdominal
- Problemas neurológicos, desde migrañas y convulsiones a meningitis e ictus
- Cuadros inflamatorios generalizados que pueden ocasionar un fallo multiorgánico
TRATAMIENTOS CONTRA LA COVID-19
Apenas se dispone de tratamientos específicos efectivos contra la COVID-19, pese a la intensa labor de investigación y al abanico de opciones que se llevan estudiando en todo el mundo desde los primeros meses del año.
Dos grandes estudios multicéntricos -Solidarity, promocionado por la OMS31 , y Recovery, realizado en Reino Unido32-34 - han analizado en distintas ramas la eficacia de diferentes opciones terapéuticas frente al COVID-19 y son los que han aportado datos más robustos.
- Los corticoides son los únicos fármacos que parecen haber demostrado cierta utilidad para luchar contra la infección por SARS-CoV-2, al permitir reducir la mortalidad en pacientes graves, aunque su eficacia es aún objeto de investigación.
- El anticoagulante heparina también se está utilizando para combatir problemas de coagulación, mientras su uso sigue investigándose.
- La experiencia con fármacos antivirales utilizados previamente en otras patologías no ha demostrado resultados positivos.
- Remdesivir, un fármaco desarrollado frente al Ébola, mostró eficacia limitada en determinados grupos de pacientes, pero otros estudios no han confirmado un beneficio claro, por lo que actualmente la OMS desaconseja su uso por falta de evidencia.
- Otro fármaco con los principios activos lopinavir y ritonavir, inhibidor de la proteasa frente al VIH, tampoco ha demostrado eficacia34 ; y la hidroxicloquina, a pesar del entusiasmo mediático inicial, no ha mostrado actividad en cualquier grupo de pacientes con COVID-19.
- Otras alternativas, como el medicamento tocilizumab -que combate la inflamación y se utiliza en enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide- tampoco han podido demostrar beneficios significativos en ensayos controlados, al no disminuir la mortalidad en pacientes graves.
- La utilización de plasma de pacientes ya recuperados para tratar a pacientes con infección aguda y transferir anticuerpos que bloqueen el virus tampoco ha mostrado un efecto beneficioso en estudios recientes, aunque siguen varios ensayos clínicos en marcha, cuyos resultados estarán disponibles en 2021.
En el campo de las vacunas el escenario es diferente. Las primeras acaban de aprobarse, tras un esfuerzo global sin precedentes para desarrollar prototipos y acelerar su puesta a punto. Este mes diciembre ha comenzado la vacunación de los grupos considerados prioritarios en diversos países del mundo.
AUTORÍA Y FUTURAS ACTUALIZACIONES
El informe está elaborado por José A. Plaza, periodista científico y coordinador de Contenidos Digitales en la Unidad de Comunicación del ISCIII, y cuenta con la revisión de José Alcamí, virólogo del Centro Nacional de Microbiología (CNM); Jesús Oteo, director del CNM-ISCIII, y Marina Pollán, directora del Centro Nacional de Epidemiología (CNE-ISCIII).
'Un año de coronavirus SARS-Cov-2' se acompaña de numerosos enlaces informativos, una completa bibliografía con algunos de los artículos científicos más destacados publicados a lo largo de este 2020, y una pequeña selección final con publicaciones divulgativas para comprender mejor el virus, la pandemia y sus características.
La información que la comunidad científica tiene hasta el momento en torno al SARS-CoV-2 y la COVID-19 se irá ampliando en 2021 y en años venideros. La investigación que se sigue haciendo, la esperada labor de las vacunas, el posible hallazgo de tratamientos y la continuación de medidas de prevención y salud pública, entre otros esfuerzos, permitirán superar una pandemia que supone un nuevo aviso de la necesidad de reunir conocimientos y recursos para afrontar otras crisis científicas y sanitarias similares que puedan producirse en un futuro.
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