La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) alerta de que la evidencia científica de las epidemias precedentes por otros coronavirus como el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) muestra cómo ser fumador o haber fumado era un importante factor de riesgo que llegaba a triplicar la probabilidad de sufrir esta enfermedad; en el caso del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS-CoV) la asociación, aunque positiva, no llegó a ser significativa.
A pesar de esta sólida evidencia, diversos autores han llamado la atención sobre la baja prevalencia de consumo de tabaco en algunas series de casos clínicos de enfermos por Covid-19 (nuevo coronavirus SARS-CoV-2) recientemente publicadas.
Un estudio francés había lanzado la hipótesis de que la nicotina podría tener algún efecto preventivo a nivel de contagio mediante la disminución de la expresión de la enzima convertidora de la angiotensina 2 (ACE 2), que es el principal receptor del Covid-19 para la entrada en el aparato respiratorio.
Los epidemiólogos advierten que la mejor estrategia preventiva frente a la Covid-19 es evitar el consumo de productos de tabaco en todas sus formas
Sin embargo, esta hipótesis contradice otros estudios que demuestran que la nicotina aumenta precisamente la ACE 2, haciendo más vulnerables a los fumadores a esta infección. Otra hipótesis alternativa del estudio francés es que la nicotina, a través de los receptores nicotínicos de acetilcolina (nAChR), interactúa con los mecanismos implicados en la respuesta inflamatoria, disminuyendo la reacción inflamatoria exagerada que ocurre en muchos casos de progresión grave de la enfermedad.
Pero esta hipótesis estaría en contradicción con los estudios que han puesto de manifiesto la peor evolución de la enfermedad en las personas fumadoras. Aunque la evidencia es todavía escasa y preliminar, una revisión sistemática muestra que las personas fumadoras con Covid-19 tienen mayor riesgo de tener un desenlace grave de la enfermedad. Las mismas conclusiones se alcanzan en una nueva revisión pronosticando una peor progresión de la enfermedad en los enfermos fumadores.
"El consumo de tabaco es un importante factor de riesgo de la incidencia de infección respiratoria, así como de la severidad en la progresión de la enfermedad, incluyendo también, con la evidencia científica disponible hasta el momento, la infección por SARS-CoV-2. Las recientes hipótesis que sustentan que la nicotina podría tener un efecto preventivo en el contagio o en la reacción inflamatoria exagerada, no están acreditadas, por el momento, con una evidencia científica sólida", sostiene la Sociedad Española de Epidemiología.
Por ello, la SEE considera que en el marco de la estrategia preventiva para contribuir a la reducción del efecto de la pandemia por Covid-19, es fundamental evitar el consumo de productos de tabaco en todas sus formas. Asimismo, se recomienda mejorar la valoración y registro del consumo de tabaco en los sistemas de vigilancia, de modo que se pueda contar con más y mejores datos en los futuros estudios.