La primera ola de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2nos ha dejado una lección muy clara: cuando todas las estrategias de contención del virus fallan y la situación de los hospitales se acerca peligrosamente a su límite, el confinamiento domiciliario de la población es la única solución efectiva. Un rápido vistazo a nuestros vecinos europeos basta para ser conscientes de la importancia que juegan en un contexto epidemiológico como en el que se encuentra inmerso el viejo continente. En el caso de España, son ya varias comunidades autónomas las que tienen la decisión sobre la mesa o la están barajando, pero una vez más, nuestro país se encuentra a la zaga al no existir un consenso claro entre los expertos y las autoridades sanitarias.
La Ciudad Autónoma de Melilla ha sido la primera en solicitar al Ministerio de Sanidad la aplicación del confinamiento domiciliario en la región al reportar el pasado fin de semana la mayor incidencia acumulada de casos de todo el territorio español en los últimos 14 días: 1.356 por cada 100.000 habitantes. Una solicitud a la que el pasado lunes 2 de noviembre se sumaba el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, al solicitar al ministro de Sanidad, Salvador Illa, ampliar el Estado de Alarma para poder confinar en sus domicilios a los asturianos durante 15 días. El actual decreto por el que se rige el Estado de Alarma no contempla esta opción.
La respuesta de Illa a las peticiones de confinamientos domiciliarios por parte de Melilla y Asturias ha sido clara: “Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas es suficiente”.
A pesar de las tajantes palabras del titular de Sanidad, lo cierto es que cada vez son más las voces de expertos que consideran que la situación epidemiológica de España únicamente nos conduce a un nuevo confinamiento domiciliario. Las tasas de incidencia acumulada en los últimos 14 días son preocupantes en prácticamente todas las regiones del país que ahora se encuentra bajo un Estado de Alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez en el que toda la responsabilidad recae en las comunidades autónomas. Entonces, ¿cuáles son los motivos que llevan a Illa a negar estas peticiones?
“Ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos. Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas es suficiente”
Este martes 3 de noviembre se ha fijado una reunión por videoconferencia entre Illa y las autoridades asturianas para estudiar alternativas al confinamiento. Medidas que, seguramente, se centren en limitar todas aquellas actividades no esenciales y pedir a la población que permanezca en sus casas. Parece que los confinamientos domiciliarios son hoy la última opción del Gobierno y, a priori, serían menos estrictos que los vividos en la primera ola.
Lo cierto es que Asturias cuenta con mejores datos epidemiológicos que la mayoría de las comunidades autónomas. Argumenta su petición en el rápido incremento de las tasas de incidencia en el territorio y su situación hospitalaria. Otras autonomías con situaciones peores han comenzado a plantearse la solicitud de confinamientos domiciliarios al Ministerio de Sanidad.
Entre estas se encuentra Castilla y León. Su consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha asegurado que “ese confinamiento va a existir porque es necesario que frenemos el virus, aunque se permita el trabajo, la educación y otros aspectos que no tuvimos en marzo, pero habrá que limitar las actividades no imprescindibles y estar en casa, lo vamos a tener que hacer”.
Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León, ha anunciado este martes el cierre de la hostelería y las actividades comerciales no esenciales a partir de la madrugada del viernes. “Los datos son alarmantes y Castilla y León se encuentra en riesgo máximo, es preciso un llamamiento a la responsabilidad social”, ha declarado.
"Las medidas que hemos tomado son las que consideramos adecuadas. Paso a paso, tranquilidad. Las medidas necesitan su tiempo para tener efecto. Estamos viendo que así es, pero seguimos lejos del objetivo. No descartamos nada, pero no estamos en la situación de Asturias"
Una línea similar a la del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que ha asegurado que no se descarta la aplicación de “modelos más duros” o “confinamientos”. “El confinamiento puede llegar en los próximos”, ha afirmado el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín. La Rioja y País Vasco consideran que los confinamientos domiciliarios serían su última opción, pero no descartan que puedan aplicarse en un futuro no muy lejano.
La adopción de medidas como el cierre de bares, restaurantes o el mundo de la cultura, un toque de queda a las 22:00 horas y el cierre perimetral de la región parecen haber sido las claves para alejar a Cataluña de los confinamientos domiciliarios. "Las medidas que hemos tomado son las que consideramos adecuadas. Paso a paso, tranquilidad. Las medidas necesitan su tiempo para tener efecto. Estamos viendo que así es, pero seguimos lejos del objetivo. No descartamos nada, pero no estamos en la situación de Asturias", ha defendido recientemente la consejera de Salud catalana, Alba Vergés, al ser preguntada sobre los posibles confinamientos en la Comunidad Autónoma.
Los expertos se encuentran divididos ante los posibles confinamientos. Por una parte, consideran que sería prudente esperar para comprobar si las medidas que se han puesto en marcha en los últimos días como los toques de queda o los confinamientos perimetrales surten efecto. Algunos expertos consideran que los confinamientos domiciliarios de la población son inevitables dada la situación epidemiológica de España y los señalan como la única herramienta eficaz de control del virus. En lo que sí coincide la gran mayoría es que estos confinamientos no pueden ser tan estrictos como los vividos en los meses de marzo y abril, por lo que medidas como las adoptadas por Cataluña pueden ser el camino a seguir como último recurso.
"Vamos a intentar que eso no llegue. Vamos a ser como siempre contundentes y prudentes al mismo tiempo"
La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha descartado el confinamiento domiciliario y ha pedido esperar hasta el próximo 9 de noviembre para ver cuál es el impacto de las medidas actuales adoptadas por las comunidades autónomas.
"No adelantemos fases", ha insistido Calvo en una entrevista en Canal Sur Radio, recogida por Europa Press, tras ser cuestionada por la petición de Asturias de un confinamiento de 15 días. "Vamos a intentar que eso no llegue. Vamos a ser como siempre contundentes y prudentes al mismo tiempo", ha añadido.
En este sentido, la vicepresidente se ha remitido a las medidas que restringen la movilidad nocturna y entre territorios para ver si dan "resultados". Eso sí, Calvo ha reconocido que es "entendible" que haya comunidades autónomas que tengan "propuestas" y actúen en el ámbito de sus competencias.
Con todo, ha recordado que desde el punto de vista jurídico un "confinamiento de esa naturaleza" solo puede ser decretado por el Ejecutivo. "Como Gobierno pensamos que estamos todavía verificando cómo funcionan las medidas que hemos tomado. Demos un poco de tiempo para ver qué pasa los próximos días", ha añadido.