Miércoles 22 de diciembre de 2021. Esta ha sido la fecha elegida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para celebrar una Conferencia de Presidentes en la que tratar, con el conjunto de las comunidades autónomas, el preocupante impacto que la sexta ola de la pandemia está teniendo en los indicadores epidemiológicos.
Hasta hace pocas semanas, España se erigía como un reducto frente a la virulencia con la que la nueva ola de la pandemia está golpeando a los países europeos. El elevado porcentaje de población vacunada frente a la Covid-19 en nuestro país, uno de los más altos del mundo, ha actuado como freno. Pero la rápida expansión de la variante Ómicron (B.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica), ha complicado la situación.
De acuerdo con la última actualización de la situación epidemiológica hecha pública por el Ministerio de Sanidad, la incidencia acumulada a 14 días por cada 100.000 habitantes ha superado el umbral de los 600 casos. España se sitúa ya en “riesgo muy alto”. La cercanía de la Navidad ha aumentado la preocupación de las comunidades autónomas entre las que crece el sentimiento de descontento con la gestión de la pandemia realizada desde Moncloa.
Varios de los máximos dirigentes autonómicos han criticado que Sánchez celebre una Conferencia de Presidentes a 48 horas de la Nochebuena, reprochando a Moncloa que el momento de actuar era antes.
Varios de los máximos dirigentes autonómicos han criticado que Sánchez celebre una Conferencia de Presidentes a 48 horas de la Nochebuena, reprochando a Moncloa que el momento de actuar era antes
El Gobierno es desde hace tiempo consciente de la evolución de la pandemia en nuestro país y las implicaciones que esta puede tener ante el inicio de las navidades. A principios del mes de diciembre la Ponencia de Alertas y Planes de Preparación y Respuesta, grupo asesor de Moncloa sobre el coronavirus, emitía sus recomendaciones para la celebración de las fiestas navideñas. Entre las propuestas recogidas en el referido documento se contemplaban la limitación de comensales en las reuniones sociales y familiares o la realización de un test de antígenos antes de acudir a estas para descartar la posibilidad de estar infectados. Se pusieron además sobre la mesa otras recomendaciones como la prohibición del consumo en barra, limitar celebraciones como las cabalgatas de Reyes o aumentar la frecuencia del transporte público en los días más señalados. Todas estas propuestas parecen haber sido desoídas por el Ejecutivo central y el Ministerio de Sanidad, con Carolina Darias al frente.
El temor que existe ahora entre las comunidades autónomas es que la Conferencia de Presidentes únicamente sirva para derivar las decisiones en cada una de las autonomías, sin que sean el Ejecutivo central y el Ministerio de Sanidad los que se pongan al frente de la nueva etapa de la pandemia
La respuesta a esta situación la encontramos en la rueda de prensa celebrada el pasado 1 de diciembre en la que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, confirmaba que desde Moncloa no se barajaba la opción de poner en marcha nuevas restricciones para no “parar la economía”. Especificó que no rechazan las restricciones impuestas la Navidad anterior, pero que el contexto epidemiológico actual difiere gracias al buen avance de la campaña de vacunación.
Desde Sanidad se insiste en vacunar, utilizar mascarillas, higiene de manos y adecuada ventilación de los espacios. Desde el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), las recomendaciones pasan por limitar el número de personas que asisten a las reuniones sociales y familiares.
Galicia, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o País Vasco son algunas de las comunidades autónomas que ya han mostrado su favor al regreso de la mascarilla en exteriores para frenar los contagios. Una de las medidas que, junto con el pasaporte Covid, aparece entre las principales propuestas que la mayoría de las comunidades autónomas trasladarán a Sánchez. La necesidad de un criterio común a nivel nacional y una homogeneización de las medidas es una de las principales demandas.
El temor que existe ahora entre las comunidades autónomas es que la Conferencia de Presidentes únicamente sirva para derivar las decisiones en cada una de las autonomías, sin que sean el Ejecutivo central y el Ministerio de Sanidad los que se pongan al frente de la nueva etapa de la pandemia en la que nos encontramos inmersos.