El síndrome postvacacional se manifiesta como un malestar físico y emocional a la hora de volver a las obligaciones diarias tras el descanso estival. Actualmente, este cuadro tan clásico se ha visto agravado debido a la angustia que provoca la nueva normalidad y el contexto de pandemia en el que nos encontramos.
Y es que, la vuelta de las vacaciones en esta ocasión tendrá una connotación diferente. El miedo a los contagios, la fragilidad emocional debido a empleos envueltos en la incertidumbre económica, la tensión y la angustia de no saber qué pasará con los hijos en su vuelta al cole, son solo algunos de los problemas que las personas deben afrontar. María del Pilar Berzosa, psicóloga clínica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), aporta su visión y consejos en ConSalud.es para conseguir que la incorporación sea lo más apacible posible.
El síndrome postvacacional se manifiesta como un malestar físico y emocional a la hora de volver a las obligaciones diarias
“La incertidumbre que nos genera toda esta sensación de no saber qué va a pasar está íntimamente relacionado con la sensación de ansiedad que las personas puedan desarrollar”. Una sensación suficientemente justificada dada la situación que tenemos. Por ello, la experta insiste en que “en lugar de asustarnos, debemos paliarlo”.
Surge entonces la pregunta: ¿Cómo hacerlo? A este respecto, Berzosa recomienda, en primer lugar, realizar una vuelta a la “realidad no de ocio” de forma paulatina, “en vez de apurar al máximo los días de vacaciones, volver a casa antes. Con un par de días es suficiente”.
Además, las personas deberán afrontar cuál es su realidad actual, “debemos realizar un plan de acción acotado a las posibilidades que cada uno tenemos. Analizar cómo vamos a ponernos en contacto con el colegio de nuestros hijos, que hemos sacado de este confinamiento, cómo nos vamos a seguir cuidando…”. Todo ello acompañado de un buen descanso, una adecuada alimentación y la introducción de ejercicio físico en la rutina diaria.
La capacidad de adaptación dependerá de la manera en que cada uno afronte esta nueva situación
Asimismo, la psicóloga recomienda no “intoxicarnos” con excesiva información, “hay que buscar fuentes fidedignas que nos den credibilidad como por ejemplo nuestro médico”. Incide también en la importancia de mantener hábitos a lo largo del tiempo, “si durante el verano una persona ha tenido el placer de desayunar con tranquilidad, puede plantearse intentar alargar ese placer aunque este trabajando”.
No obstante, Berzosa insiste en que el ser humano tiene muchas diferencias individuales por lo que la capacidad de adaptación dependerá de la manera en que cada uno afronte esta nueva situación.