La pandemia de Covid-19 ha generado un importante impacto sobre la salud mental de los españoles. Así lo muestran los resultados del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que han sido publicados este jueves. Sin embargo, según la encuesta, que ha sido realizada a 3.083 personas entre el 19 y el 25 de febrero de este año, esta situación no ha supuesto más consultas con el psicólogo ni un mayor consumo de medicamentos.
Según el barómetro, un 17,5% de los españoles era tratado por algún psicólogo o psiquiatra antes de la pandemia debido a algún problema psicológico. La mayoría de ellos, debido a trastornos depresivos (39%) o ansiosos (33,1%). Sin embargo, tras la situación de crisis sanitaria y pese al impacto sobre la salud mental que sin duda ha tenido, los encuestados no han optado por acudir a un especialista.
Solamente el 6,4% afirma haber sido tratado por algún psicólogo o psiquiatra tras el inicio de la pandemia y a un 5,8% le han prescrito algún psicofármaco
Atendiendo a las respuestas de la encuesta, solamente el 6,4% afirma haber sido tratado por algún psicólogo o psiquiatra debido a algún problema psicológico “tras el inicio de la pandemia y hasta hoy”, mientras que el 93,5% no lo ha hecho. De los que sí, el 43,7% dice haberlo hecho debido a un “trastorno ansioso” y el 35,5% por un “trastorno depresivo”.
En la misma línea, antes de la pandemia del coronavirus, un 8,8% de los españoles indica que consumía alguna medicación para algún tipo de problema de salud mental. En cuanto al tipo de fármacos que les habían prescrito, el 53,7% fueron antidepresivos (fluoxetina, sertralina, escitalopram), el 47,8% ansiolíticos (lorazepam, valium, clonazepam, lexatin) y el 19,9% reguladores del sueño como la melatonina.
No obstante, tras el inicio de la crisis del Covid-19 en España y hasta la actualidad, solamente a un 5,8%le han prescrito algún psicofármaco por presentar algún síntoma mental. Por el contrario, un 94,1% no ha tenido que recurrir a ello. De los que sí tuvieron que tomar algún fármaco de este tipo, el 58,7% fueron ansiolíticos, el 41,3% antidepresivos y el 21,2% reguladores del sueño.