Ómicron (B.1.1.529, detectada originalmente en Sudáfrica) es la variante dominante en España en el momento actual. Comprende cinco linajes (BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5) y los sublinajes derivados de estos. Esta variante presenta un alto número de mutaciones, algunas de las cuales estaban presentes en variantes ya detectadas previamente y varias que se han relacionado con un aumento de la transmisibilidad o con un cierto grado de escape a la respuesta inmune.
BA.1 fue el linaje mayoritario durante una primera fase de expansión de la variante Ómicron y, por lo tanto, las características descritas para la variante se corresponden con las de este linaje. BA.2, que presenta numerosas diferencias respecto a BA.1, ha ido aumentando hasta convertirse en el linaje predominante a nivel global.
La variante Ómicron ha provocado cifras récord de contagios nunca antes vistas en la pandemia, dada su elevada capacidad de transmisión en comparación con las variantes de preocupación (VOC, por sus siglas en inglés) anteriores. Desde la detección de los primeros casos de Covid-19 en Wuhan (China) a finales de 2019, la monitorización constante de los nuevos casos de Covid-19 se ha erigido como uno de los grandes retos no resueltos por los gobiernos, autoridades sanitarias y organismos internacionales.
La primera ola de la pandemia, cuando el virus todavía era un gran desconocido y nos enfrentábamos a las restricciones y medidas más férreas para detener su propagación, la falta de pruebas diagnósticas se tradujo en una realidad estimada de la situación epidemiológica. A medida que la pandemia fue avanzando y la disponibilidad de test aumentó, así como los protocolos de detección de casos fueron evolucionando, los indicadores de la pandemia se acercaron más a la realidad. En la conformación de la fotografía general de la pandemia ha influido además el elevado número de casos asintomáticos y las infecciones leves cuya sintomatología podía ser confundida fácilmente con la asociada a otros virus respiratorios.
El avance de las campañas de vacunación masiva contra la Covid-19, así como las características específicas de la variante dominante en la actualidad a nivel global, han permitido la relajación y/o eliminación de la práctica totalidad de las medidas establecidas para el control del virus. Incluso los sistemas de vigilancia han avanzado ya en muchos países hacia modelos centinelas más parecidos a los empleados con otros virus respiratorios como la influenza que a los mecanismos que se han seguido en estos dos últimos años. Y es precisamente ahora cuando diversos estudios y análisis comienzan a poner cifras al infradiagnóstico.
“Este análisis muestra que los casos confirmados de Covid-19 informados actualmente son solo una fracción del número real de infecciones en el continente”, ha declarado el doctor Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África
Un análisis realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en base a la revisión de 151 estudios publicados sobre seroprevalencia en África entre enero de 2020 y diciembre de 2021 (publicado de forma pre-impresa y a la espera de ser revisado por pares), revela que la cifra real de infecciones en África supera con creces a los datos oficiales.
En el momento en el que este análisis se concluyó el continente africano había comunicado de forma oficial alrededor 8,2 millones de casos. Según el referido análisis a exposición al SARS-CoV-2 (tras la aparición de las variantes Beta y Delta) se disparó del 3% n junio de 2020 hasta el 65% septiembre de 2021, lo que significaría alrededor de 800 millones de infecciones. Una cifra que dista notablemente de la oficial.
Este trabajo sugiere que más de dos tercios de los africanos habrían estado expuestos al virus, aunque se aprecian diferencias significativas entre los distintos países, con mayor prevalencia en las áreas urbanas más densamente pobladas.
“Este análisis muestra que los casos confirmados de Covid-19 informados actualmente son solo una fracción del número real de infecciones en el continente”, ha declarado el doctor Matshidiso Moeti, director regional de la OMS para África. “Este recuento insuficiente está ocurriendo en todo el mundo y no sorprende que las cifras sean particularmente altas en África, donde hay tantos casos sin síntomas”. A diferencia de otras regiones del mundo se estima que el 67% de los casos en África son asintomáticos.
“Se estima que entre el 60-80% de la población europea ya ha tenido Covid-19”
Muchos pueden pensar que el preocupante desfase entre las cifras oficiales y las estimadas en el caso de África no sea extrapolable a otras regiones del mundo ya que esta brecha encontraría su origen en la escasez de pruebas diagnósticas, sistemas sanitarios debilitados o la falta de infraestructuras. Aunque son factores importantes, esta situación se ha repetido en otras regiones que sí han contado con amplios recursos desde el inicio de la pandemia como es el caso de la Unión Europea.
“Se estima que entre el 60-80% de la población europea ya ha tenido Covid-19”, afirmaba el pasado 28 de abril la Comisaria de Salud de la Unión Europea, Stella Kyriakides, en rueda de prensa. La cifra oficial ofrecida por la Comisión Europea indica que alrededor del 30% de la población europea ya ha cursado la infección, pero si se agregasen las infecciones no reportadas el dato podría elevarse hasta los 350 millones de casos de Covid-19, es decir, alrededor del 77% de la población europea.
La comparativa entre África y los países de la Unión Europea confirma que el infradiagnóstico de la Covid-19 es una situación que se ha repetido en todos los lugares del mundo, independientemente de sus capacidades y recursos que, aunque influyen a la hora de que los datos se aproximen de la forma más certera a la realidad, no dimensionan la totalidad de esta. Lo mismo sucede con el número de fallecidos.
A mediados de marzo de 2022 The Lancet publicaba un estudio que sugería que la cifra real de fallecidos como consecuencia de la Covid-19 sería hasta tres veces mayor que la comunicada de forma oficial. Entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2021 los registros oficiales de fallecimientos por Covid-19 reportaban un total de 5,9 millones de muertos. De acuerdo con el referido estudio, la cifra superaría los 18,2 millones.
De esta forma la tasa de exceso se estima en 120 muertes por cada 100.000 habitantes a nivel mundial, con varios países con índices por encima de los 300 decesos por cada 100.000 habitantes. Las conclusiones han sido formuladas en base a los registros de 191 países y territorios y han sido revisados por pares.
Los estudios de seroprevalencia a nivel mundial han encontrado una subestimación significativa de casos que ocurren en todo el mundo con un 45,2% de la población mundial estimada que se infectó con el virus hasta septiembre de 2021.