Un nutrido grupo de expertos pertenecientes a la Red de Vigilancia Genómica de Sudáfrica (NGS-SA, por sus siglas en inglés), primeros en el mundo de alertar de la detección de la variante Ómicron (B.1.1.529), ha anunciado el inicio de una investigación conjunta sobre el SARS-CoV-2 y el VIH. El origen de su estudio radica en la creciente evidencia que sugiere que la convergencia de ambas pandemias podría estar generando nuevas variantes del coronavirus. El principal objetivo que se persigue es determinar qué sucede cuando los pacientes con VIH no tratados se infectan con el SARS-CoV-2.
Diversos estudios han hallado que las personas con sistemas inmunitarios debilitados pueden sufrir infecciones persistentes provocadas por el SARS-CoV-2. La duración de estas se prolonga en algunos casos durante varios meses. El coronavirus permanece en sus sistemas y acumula mutaciones, algunas de las cuales, podrían conferirle ciertas ventajas.
Algunos investigadores creen que así podría ser como Ómicron se desarrolló, así como algunas de las variantes predecesoras. Otros expertos apuntan a que la nueva variante podría haberse originado en animales antes de comenzar a infectar a los seres humanos.
“Debemos reiterar que no queremos causar ningún estigma innecesario en torno al VIH. Este es el riesgo que asumimos al plantear estas preguntas, pero creo que deben considerarse”
“Los pocos casos que hasta ahora se han visto y descrito derivan de una vigilancia aleatoria”, explica a Reuters Tongai Maponga, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Stellenbosch. “Creo que pronto estaremos haciendo algo más sistemático, especialmente en los pacientes con VIH que cuentan con sistemas inmunes severamente inmunocomprometidos”.
El experto afirma que la investigación se asentará sobre dos pilares. El primero de ellos en los pacientes y en cómo sus sistemas inmunes combaten la Covid-19, y el segundo en probar si es probable que se generen nuevas variantes del SARS-CoV-2 a través de estos. “Si este es el caso, debemos mejorar los mecanismos de diagnóstico de estas personas y asegurarnos que reciben un tratamiento oportuno”, agrega.
“Una respuesta frente a la Covid-19 que deja de lado el VIH es un enfoque de salud pública insuficiente”, declara Saoirse Fitzpatrick, gerente de StopAids.
Actualmente Sudáfrica sufre la mayor epidemia de VIH del mundo con 8,2 millones de personas infectadas. Solo alrededor del 71% de los adultos y el 45% de los niños están recibiendo tratamiento.
“Debemos reiterar que no queremos causar ningún estigma innecesario en torno al VIH. Este es el riesgo que asumimos al plantear estas preguntas, pero creo que deben considerarse”, concluye Fitzpatrick.