¿Influye la genética en la gravedad con la que un paciente cursa la Covid-19? Una pregunta a la que han dado respuesta un grupo de investigadores europeos ha analizado los genomas de 2.200 pacientes con Covid-19 en estado crítico ofreciendo sólidos hallazgos sobre el papel que la genética desempeña ante el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.
Profundizar en el ADN de las personas podría ofrecer la respuesta a una de las grandes incógnitas de esta pandemia: ¿por qué algunas personas cursan la Covid-19 de forma leve e incluso asintomática mientras que otras enferman rápidamente y pueden llegar a fallecer? La evidencia científica apunta directamente a factores claros como la edad avanzada y la existencia de patologías previas como elementos fundamentales para construir la respuesta a la cuestión planteada. Pero la predisposición genética a la inflamación descontrolada o a otras respuestas inmunitarias dañinas también podrían contribuir en el empeoramiento de la enfermedad.
“Nuestro objetivo principal con este trabajo es encontrar tratamientos efectivos”, explica en declaraciones recogidas por The Washington Post el autor del estudio, Kenneth Baillie, investigador clínico de la Universidad de Edimburgo e investigador del Consorcio GenOMICC, que explora la relación entre los genes y las enfermedades críticas.
Baillie y su equipo han identificado ocho puntos en los cromosomas, cinco de los cuales fueron sometidos a un mayor escrutinio, donde las variantes eran más comunes entre las personas que habían requerido cuidados intensivos como consecuencia de la Covid-19. Algunos de los genes contienen instrucciones para componentes antivirales del sistema inmunológico lo que sugiere fallos en las defensas microscópicas de una persona que podrían ser corregidos, al menos desde el punto de vista teórico.
“Analizando a miles de personas hay pequeñas variaciones en la cantidad de cada señal. Estas variaciones surgen debido a diferencias genéticas entre las personas. A esta escala, podemos ver el efecto de estas variaciones por lo que podemos predecir directamente el efecto de los medicamentos que afectan al sistema inmunológico”, asegura.
“No hay garantía de que cuando se encuentra un gen, apuntar a este resulte efectivo en términos terapéutico”, afirma Tom Hemming Karlsen, médico de la Universidad de Oslo. “Lo que hacen este tipo de estudios genéticos es que nos ayudan a encontrar puntos de partida muy específicos”. Hemming es coautor de un artículo publicado a principios de año en New England Journal of Medicine basado en el mismo proceso científico para identificar variantes genéticas asociadas a Covid-19 severo.
La investigación liderada por Baillie se ha centrado en 2.200 pacientes con Covid-19 de unidades de cuidados intensivos de Reino Unido que han sido comparados con personas sanas. Los resultados han sido publicados en Nature y se alinean con investigaciones anteriores que también encontraron variantes en la composición genética de los pacientes gravemente enfermos.
Este estudio ha hallado que las personas con el tipo de sangre A tenían un mayor riesgo de infección grave, mientras que tener el tipo 0 se asoció con un efecto más protector. Se ha indicado además que una ubicación en el cromosoma 3 que guarda relación con la insuficiencia respiratoria. Han encontrado además un vínculo en el cromosoma 3 con la posibilidad de cursar la Covid-19 de forma severa pero no está clara la relación. Además, “varios de los nuevos hallazgos pueden apuntar de manera bastante directa a genes con funciones conocidas de relevancia para el sistema inmunológico o respuestas antivirales”, apostilla Karlsen.
Entre los nuevos vínculos con la enfermedad grave se encuentra un gen denominado IFNAR2. Este permite que las células construyan un receptor de proteína para una potente molécula inmunitaria, denominada interferón por su capacidad para interferir con la replicación viral
Entre los nuevos vínculos con la enfermedad grave se encuentra un gen denominado IFNAR2. Este permite que las células construyan un receptor de proteína para una potente molécula inmunitaria, denominada interferón por su capacidad para interferir con la replicación viral. Forma parte de las primeras respuestas del organismo contra las infecciones. Pero, una respuesta débil de interferón podría permitir que el virus proliferara de forma más rápida.
El estudio revela que “las variantes genéticas, particularmente cerca de los genes que están involucrados en la llamada ‘respuesta inmune’ al interferón, juegan un papel importante en el desarrollo de la infección por Covid-19 potencialmente mortal”, afirma Lude Franke, genetista estadístico de la Universidad de Groningen.
Los investigadores han advertido que este tipo de investigaciones rara vez producen evidencia clara de las relaciones directas de causa y efecto entre genes específicos y la gravedad de la enfermedad o la susceptibilidad a la infección.
“Una parte de la respuesta inmune está en nuestros genes, pero, es poco probable que un solo elemento sea completamente responsable del desarrollo de la Covid-19 de forma severa”, declara otra de las autoras del estudio, la investigadora de la Universidad de Edimburgo, Sara Clohisey. “Es más probable que se deba a una combinación de factores”.
Sin embargo, Baillie añade que este trabajo “proporciona la evidencia causal”, específicamente para el gen IFNAR2 y otro denominado TYK2, “de que los productos de esos genes modifican la probabilidad de que una persona pueda enfermar gravemente por Covid-19”, concluye.