Los científicos encuentran algunas claves de cómo la variante Delta esquiva al sistema inmunológico

La variante Delta del SARS-CoV-2 es capaz de evadir los anticuerpos que se dirigen a ciertas partes del virus.

Muestras de sangre de pacientes con Covid 19
Muestras de sangre de pacientes con Covid 19
CS
15 julio 2021 | 00:00 h

La variante Delta (B.1.617.2, detectada originalmente en India) se erige actualmente como uno de los grandes desafíos en el control de la pandemia a nivel global. Su elevada transmisibilidad ha incrementado los contagios en gran parte del mundo en un momento en el que las campañas de vacunación masiva contra el SARS-CoV-2 avanzan en pos de la inmunidad colectiva. Un objetivo que ahora se ve debilitado ante la posibilidad de que la nueva variante cuente con cierta capacidad para evadir la respuesta inmunitaria mediada por las vacunas, especialmente si solo se ha administrado una dosis y no se ha completado la pauta de vacunación.

La revista científica Nature publicaba recientemente un estudio que sugiere que la variante Delta del SARS-CoV-2 es capaz de evadir los anticuerpos que se dirigen a ciertas partes del virus. Unos hallazgos que proporciona una explicación plausible de la menor eficacia de las vacunas ante esta variante frente a otras surgidas con anterioridad.

La evidencia científica sugiere que la capacidad de transmisión de la variante Delta es hasta un 60% mayor que la de la variante Alfa (B.1.1.7, detectada originalmente en Reino Unido). Algunos estudios indican que Delta es hasta un 50% más contagiosa que la cepa original detectada en la ciudad china de Wuhan. Estas cifras han convertido rápidamente a Delta en la variante dominante en muchas regiones del mundo.

Las personas que han superado la infección natural por COVID-19 deben vacunarse para generar protección frente a las variantes

Retomando el estudio publicado por Nature, la variante Delta apenas es sensible a la inmunidad generada por una sola dosis de las vacunas que actualmente se están inoculando en todo el mundo. De esta forma se confirma su capacidad para evadir parcialmente la respuesta generada por el sistema inmunológico, aunque en menor grado que la variante Beta (B.1.351, detectada originalmente en Sudáfrica).

Un grupo de investigadores franceses analizó cómo de fuerte era la respuesta de anticuerpos producidos por la infección natural y las vacunas contra las variantes Alfa, Beta, Delta y una variante de referencia muy similar a la versión original. Los responsables del estudio analizaron muestras de sangre de 103 personas infectadas con la variante Delta y la conclusión principal es que una dosis de la vacuna aumentó significativamente la sensibilidad, lo que sugiere que las personas que han superado la infección natural por COVID-19 deben vacunarse para generar protección frente a las variantes.

El equipo también ha estudiado las muestras de 59 personas después de haber recibido la primera y la segunda dosis de las vacunas de Pfizer/BioNTech y AstraZeneca. Las muestras de sangre de solo el 10% de las personas vacunadas con una sola dosis de estas vacunas pudieron neutralizar las variantes Beta y Delta en los experimentos de laboratorio. Una segunda dosis aumentó esa cifra hasta el 95% tal y como recogen en The New York Times sobre las conclusiones del estudio. Cabe destacar que no se apreció una diferencia importante en los niveles de anticuerpos provocados por las dos vacunas.

A pesar de estos resultados, estudios realizados en Israel y Reino Unido informan de que una sola dosis todavía es suficiente para prevenir las hospitalizaciones y muertes por el virus.

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