China, epicentro de la pandemia del nuevo coronavirus surgido en la ciudad de Wuhan (Hubei), ha comenzado a controlar el virus. Tras varios días en los que no se han registrado contagios locales, pero si importados, el país asiático ha iniciado el levantamiento de algunas restricciones de movilidad dentro del país.
Pero el miedo que existe ahora entre la población es la posibilidad de aparición de nuevos brotes debido a las personas infectadas y que se muestran asintomáticas. Los chinos temen que el inicio de la movilidad pueda diseminar de nuevo el virus por todo el territorio dando un paso atrás en la férrea y larga lucha que libran desde finales del año pasado contra el COVID-19.
Motivo por el que, con el objetivo de calmar a la población, el Gobierno chino ha comenzado a informar sobre el número de casos asintomáticos. Hasta el momento, la cifra de estos había quedado clasificada pero no se incluían en los datos oficiales. Pero, el diario South China Morning Post, citando a documentos oficiales que no han sido hechos públicos, indica que la cifra de chinos infectados asintomáticos superaría los 40.000.
Todos los casos de contagiados asintomáticos respetarán la reglamentaria cuarentena de 14 días
Este nuevo paso en el camino de la transparencia ha sido dado por la provincia de Liaoning. Sus autoridades han informado que el número de casos asintomáticos asciende en la región a 52 personas que, hasta el 31 de marzo, no habían mostrado síntomas.
La provincia de Hunan ha reportado cuatro casos de este tipo y destacan que todos son importados de otros países. A partir de ahora la Comisión Nacional de Salud china comenzará a comunicar de forma oficial estos datos a nivel nacional.
Ahora que China vislumbra la luz al final del túnel se ha abierto un debate sobre la capacidad de contagio de los casos asintomáticos. La citada Comisión ha manifestado que todos los casos de contagiados asintomáticos respetarán la reglamentaria cuarentena de 14 días. Hasta el pasado lunes, 1.541 pacientes asintomáticos se encuentran bajo la vigilancia de las autoridades sanitarias del país.