El Gobierno de China ha administrado sus vacuna frente al SARS-CoV-2 a funcionarios gubernamentales y empleados de compañías farmacéuticas. Es preciso recordar que, en la actualidad, estas preparaciones biológicas se encuentran en ensayos de fase 3, por lo que los expertos han mostrado su estupor ante posibles efectos daniños.
Una información publicada por The New York Times revela que las autoridades del país han dado órdenes para inocular la vacuna a miles de personas; una herramienta que, sin embargo, no ha concluido sus procesos de prueba.
"Pueden pasar de tres a seis meses antes de que obtengamos los resultados del ensayo de fase 3; no es mucho tiempo para esperar"
Toda vez vacunados estos grupos, los siguientes en lista son los profesores, empleados de supermercados y ciudadanos que viajan a zonas de alto riesgo en el extranjero. Tal y como recuerda la cabecera americana, las vacunas no probadas no solo podrían tener efectos secundarios dañinos, sino que pueden establecer en el colectivo una falsa sensación de seguridad, aumentando el recorrido de la pandemia de la COVID-19.
"Pueden pasar de tres a seis meses antes de que obtengamos los resultados del ensayo de fase 3; no es mucho tiempo para esperar", ha comentado a The New York la doctora Raina MacIntyre, quien dirige el programa de bioseguridad en el Instituto Kirby de la Universidad de Nueva Gales del Sur.
La propia facultativa opina que esta situación "está enturbiando potencialmente las aguas para el momento en que tengamos datos de prueba de fase 3 para la mejor vacuna posible".