El Ministerio de Sanidad ordenaba la retirada de un lote compuesto por cientos de miles de mascarillas FPP2, compradas a la empresa Garry Galaxy (proveedor de Sanidad incluido en el listado de fabricantes de material sanitario autorizados por China) después de ser repartidas entre las comunidades autónomas.
Una situación que ha avivado la polémica iniciada por la retirada de los test de detección fallidos y que vuelve a poner contra las cuerdas la gestión del Ejecutivo central de la crisis del coronavirus. Especialmente ante el alto número de profesionales sanitarios contagiados en nuestro país.
Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería ha calificado a través de un comunicado esta situación como “muy grave”.
“Isabel Camacho, enfermera asistencial de atención primaria en Guadalajara, vicetesorera del Consejo General y miembro de la Comisión Ejecutiva, confirma que estas mascarillas llegaron el 7 de abril y los profesionales han estado diez días usándolas, confiando en que estaban protegidos cuando realmente no era así. Estos hechos también han sido confirmados por enfermeras y enfermeros del Servicio Madrileño de Salud”, explica señalando que los profesionales les siguen haciendo llegar sus quejas ante la falta de material de protección suficiente.
“Esta puede ser una de las principales razones por la que los contagios de los profesionales se siguen disparando, tal y como ponen de manifiesto los datos del Ministerio de Sanidad que reconocen 29.467 profesionales infectados, lo que supone ya el 15,67% de los casos confirmados en nuestro país o la última encuesta que hemos realizado desde el Consejo General de Enfermería en la que los resultados preliminares nos muestran que en torno a 70.000 enfermeras han tenido o tienen síntomas compatibles con la Covid-19”, manifiesta Pérez Raya.
"Estas mascarillas llegaron el 7 de abril y los profesionales han estado diez días usándolas, confiando en que estaban protegidos cuando realmente no era así"
Califica la gestión por parte del Gobierno como “caótica y absolutamente descoordinada”.
“Después de tener que esperar semanas para empezar a recibir material de seguridad ahora resulta que parte del que ha llegado es defectuoso y no cumple con las garantías necesarias. Queremos recordar que los profesionales se están jugando la vida mientras que los responsables políticos no son capaces de garantizar la eficacia y seguridad de los materiales que compran, como estas mascarillas o los miles de test defectuosos”, expresa.
“Pedimos al Ministerio de Sanidad que profesionalice de una vez por todas la gestión de la pandemia, impulsando una coordinación real entre todas las Comunidades Autónomas y contando con los representantes de profesionales sanitarios para que, uniendo fuerzas, se puedan adoptar las decisiones necesarias en base a la realidad existente en los hospitales y centros sanitarios”.
En este sentido indica que es necesaria “una coordinación científica e independiente que tome las decisiones sin condicionamiento político o ideológico alguno, motivado solo por la salud pública”.
"Queremos recordar que los profesionales se están jugando la vida mientras que los responsables políticos no son capaces de garantizar la eficacia y seguridad de los materiales que compran"
“Llueve sobre mojado. Es incomprensible que, siendo el país con mayor número de profesionales contagiados, a día de hoy los profesionales sigan así, sin el material adecuado. Son muchos los centros sanitarios que siguen sin disponer de todo el material de seguridad necesario para poder prestar la asistencia sanitaria sin necesidad de jugarse la vida. Todavía hay miles de profesionales que no tienen trajes EPIs adecuados, mascarillas FFP2 o FFP3, batas impermeables, protecciones oculares adecuadas, guantes… Seguimos obligando a los profesionales a jugarse su vida y a poner en riesgo la de sus familias porque al volver a casa conviven con ellos”.
Ante lo expresado Pérez Raya recalca que la sensación que tienen es de “desprotección” e “impotencia” calificando el escenario actual en el que los profesionales sanitarios desempeñan su trabajo como “absolutamente intolerable”.
“Tampoco hay test para todos los profesionales sanitarios y, por tanto, en muchos casos no tienen posibilidad de confirmar si realmente están contagiados o no, con el riesgo que esto supone para ellos, para sus familiares y para los pacientes”.
“Por eso pedimos, una vez más, al Ministerio de Sanidad y a las CC.AA. que de una vez protejan a nuestros profesionales sanitarios como es debido, reconociendo una protección de máximos en los protocolos, dotando del número y calidad necesarios los equipos de protección individual, no recomendando su reutilización y realizando test masivos a los profesionales que están en primera línea combatiendo esta emergencia sanitaria”, concluye sus reivindicaciones.