Israel se ha convertido en el primer país del mundo en retomar la senda hacia la normalidad perdida por la pandemia. Desde el pasado 18 de abril los israelíes pueden salir a la calle y estar en espacios públicos sin necesidad de utilizar mascarilla. El resultado de una campaña de vacunación intensa y que ha podido desarrollarse gracias a un acuerdo con la farmacéutica estadounidense Pfizer. Además de la cuestión económica, Israel ha facilitado a Pfizer el acceso rápido a datos reales sobre el efecto de la vacunación gracias al avanzado sistema de digitalización de los datos médicos de los israelíes.
La campaña de vacunación en Israel se iniciaba en diciembre de 2020. Desde ese momento el 53% de la población ha recibido la pauta completa (casi cinco millones de personas de una población total de alrededor de nueve millones) lo que supone el 80% de la población con edades superiores a los 20 años de acuerdo a los datos oficiales del país. El histórico de casos es de 836.000 y los decesos han superado los 6.300. el momento crítico de este 2021 se vivió el pasado mes de enero cuando el país registró un pico cercano a los 10.000 positivos diarios a pesar del inicio de la inmunización de la población ya que los efectos de las vacunas no comienzan a manifestarse hasta pasadas unas dos semanas.
Transcurrido este tiempo la curva epidemiológica comenzó a doblegarse y las autoridades iniciaron entonces un proceso de relajación de las medidas como la reapertura de bares y restaurantes a principios del mes de marzo. De acuerdo a los datos oficiales hechos públicos por las autoridades israelíes, en los últimos días solo se han registrado alrededor de 200 casos diarios.
A pesar del buen desempeño de la campaña masiva de vacunación la mascarilla continúa siendo obligatoria en espacios interiores. Las autoridades sanitarias recomiendan además su utilización en grandes reuniones o zonas que, aunque sean espacios abiertos, impliquen grandes concentraciones de personas.
Analizando los casos positivos entre 250 personas que solo habían recibido la primera dosis de la vacuna hallaron que las infecciones en personas parcialmente inmunizadas tenían un poco más de probabilidad de ser causadas por la variante B.1.1.7 que en las personas no vacunadas
La mascarilla se seguirá utilizando en estas situaciones hasta que el país logre la ansiada inmunidad de grupo que se ha fijado en el 75% de la población con protección frente al virus ya sea mediante enfermedad superada o vacunación. Otro de los principales motivos reside en las nuevas variantes del SARS-CoV-2 y la posibilidad de que sean más resistentes a las vacunas que se inoculan a la población.
Un escenario en el que la variante B.1.1.7, detectada por vez primera en Reino Unido, es la que mayor preocupación despierta en Israel. Para determinar su efecto un grupo de investigadores dirigidos por Adi Stern de la Universidad de Tel Aviv y Shay Ben-Sachar, del Instituto de Investigación Clalit en Ramat Gan, ambos en Israel, han desarrollado un estudio cuyos resultados han sido publicados en medrxiv a la espera de ser revisados por pares. Analizando los casos positivos entre 250 personas que solo habían recibido la primera dosis de la vacuna hallaron que las infecciones en personas parcialmente inmunizadas tenían un poco más de probabilidad de ser causadas por la variante B.1.1.7 que en las personas no vacunadas.
Los investigadores también estudiaron 149 infecciones progresivas en personas que habían recibido ambas dosis de la vacuna. Ocho de estas infecciones fueron causadas por la variante B.1.351, identificada por primera vez en Sudáfrica. Solo una infección de 149 en controles emparejados no vacunados fue causada por la variante, lo que sugiere que la vacuna es menos efectiva contra la variante B.1.351 que contra otras variantes. Las tasas de infección por B.1.351 se mantuvieron muy bajas y no aumentaron durante el estudio, dicen los investigadores, lo que sugiere que la vacunación y otras intervenciones mantuvieron la variante bajo control.
El 19 de abril la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu, informaba de la firma de un nuevo acuerdo con Pfizer para adquirir más de nueve millones de dosis de su suero y asegurar así el suministro para 2022. “Pronto tendremos vacunas más que suficientes tanto para adultos como para niños e Israel volverá a liderar el mundo en la lucha”, contra la pandemia declaraba Netanyahu.