La distracción es una de las herramientas más importantes para combatir el estrés de una enfermedad tan difícil como el cáncer infantil. Por ello, una de las peores consecuencias de esta pandemia es que todo tipo de voluntariado presencial en hospitales está temporalmente prohibido. Consecuentemente, los niños pasan más tiempo solos y sin las actividades de ocio que les proporcionan fundaciones como Aladina.
La Fundación Aladina ofrece apoyo emocional, psicológico y material a niños enfermos de cáncer y a sus familias, desarrollando un programa de acompañamiento emocional, terapias lúdicas y voluntariado en 13 hospitales españoles.
En la vuelta a la normalidad la fundación cumple con todas las medidas de seguridad recomendadas generando tranquilidad en la familias
Con la llegada de la Covid, Aladina tuvo que adaptarse para poder seguir brindando apoyo a sus guerreros, “el mismo acompañamiento que se hace de forma presencial y las mismas actividades que desarrollábamos en el hospital, pasaron a ser online”, explica en una entrevista a ConSalud.es la directora de hospitales de la fundación Lorena Díez.
Ahora, con la nueva normalidad, Aladina ha tenido que readaptarse. La actividad en los hospitales sigue siendo online. No obstante, cuando las circunstancias médicas lo han permitido, los pacientes y familiares han vuelto a disfrutar de ciertas actividades que durante el confinamiento fueron aplazadas.
Visitas a Faunia, al Real Madrid o montar a caballo son alguno de los ejemplos. Todo ello siguiendo las medidas de seguridad recomendadas, “usamos mascarillas, no nos tocamos entre nosotros y cumplimos las normas de higiene de manera constante. Además, todos los voluntarios nos sometemos a la prueba de detección de la Covid antes de acudir”.
Este comportamiento tan riguroso frente al virus genera una tranquilidad en los padres que ven en el regreso de sus hijos a este tipo de actividades un beneficio. “Los padres están muy agradecidos. Ven a sus niños disfrutar y es algo que todos necesitaban”, concluye Lorena.