La Organización Mundial de la Salud (OMS) advertía en el año 2005, a través de su informe “Preventing chronic diseases a vital investment”, de que la gran mayoría de los modelos asistenciales de los sistemas sanitarios son ineficientes a la hora de dar cobertura a los pacientes con enfermedades crónicas. Estas deficiencias intentaron ser resueltas mediante el Plan de Acción Mundial sobre discapacidad 2014-2021 que fue perfeccionado posteriormente con la iniciativa “Rehabilitación 2030: una llamada a la acción”. A través de esta la OMS ha propuesto la creación de grupos de trabajo de carácter multidisciplinar con el objetivo de definir una serie de intervenciones mínimas en la materia que deberían garantizarse para los enfermos crónicos en todo el mundo.
La pandemia provocada por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha golpeado duramente a los sistemas sanitarios de todo el mundo situándolos al borde del colapso. La Covid-19 ha puesto de relieve las carencias en términos de pacientes crónicos. En el caso de España, con una de las mayores esperanzas de vida a nivel global, pero con una población envejecida que padece diversas enfermedades crónicas y diferentes discapacidades asociadas a la vejez, la necesidad de reforma del sistema sanitario se erige como una necesidad vital.
“Nuestro sistema ha sido puesto a prueba tanto desde el punto de vista de la medicina intensiva como en materia de cronicidad. Hemos visto cómo debido a la pandemia y el consecuente traspaso de profesionales se ha desatendido a muchos pacientes por el hecho de no tener implantados otros sistemas de actuación que no fueran presenciales. Una situación que se traslada al post-Covid”, señala en la entrevista concedida a ConSalud.es, Santiago Alfonso es el vicepresidente del Foro Español de Pacientes y director de Acción Psoriasis (pacientes de psoriasis y artritis psoriásica).
Alfonso explica la necesidad de que en España el sistema “se reinvente” apostando por la tecnología. “Hay que buscar mecanismos que faciliten una intervención temprana y una flexibilidad directa con el profesional”.
Una de las principales consecuencias de la pandemia en términos asistenciales ha sido el incremento de las listas de espera y la interrupción de tratamientos durante los meses en los que ha estado vigente el Estado de Alarma.
"A raíz del restablecimiento de la actividad hemos visto que no se absorbe al mismo número de pacientes y hay menos recursos humanos"
“Los pacientes, aparte de la acumulación que tenían en sus listas de espera, ahora se han sumado tres meses. A raíz del restablecimiento de la actividad hemos visto que no se absorbe al mismo número de pacientes y hay menos recursos humanos por temas como las vacaciones”, expresa mostrando su preocupación en el tiempo de espera en los primeros diagnósticos. “Cuando un paciente es enviado al especialista es porque su enfermedad ya no compete a Atención Primaria y ahora mismo el periodo entre uno y otro se encuentra un poco en el limbo”.
Un problema al que se suman los pacientes a los que, debido a la pandemia, les fueron aplazadas sus citas médicas. “Todo esto supone un agravamiento de las patologías que todavía no hemos podido calcular”.
“La situación puede empeorar en cualquier momento”, afirma ante los brotes que están surgiendo en todo el territorio nacional. “Cada vez los efectivos están más cansados puesto que esta es una guerra de la que solo hemos librado una batalla y es necesario analizar si se cuentan con los mismos recursos”.
“La crisis sanitaria nos ha hecho darnos cuenta de la necesidad de replantear el sistema con el que contamos”
“La crisis sanitaria nos ha hecho darnos cuenta de la necesidad de replantear el sistema con el que contamos”, expresa indicando que durante estos meses hemos sido plenamente conscientes por ejemplo de que “si atendemos a los pacientes agudos tenemos que desatender a los crónicos y viceversa”. Alfonso destaca en este sentido que España es un país que cuenta con un gran número de pacientes crónicos que no han recibido toda la atención que su situación requiere durante la pandemia.
Explica que no comprende como el sistema sanitario y las autoridades competentes y gubernamentales muestran tal despreocupación por lo que el paciente tiene que decir. “Primero, como propietario del propio sistema ya que la sanidad es pública y debemos escuchar a los pacientes y adaptar el sistema a sus necesidades. En esta reconstrucción, la pieza más importante del sistema sanitario es el paciente”, concluye la entrevista.