Atención de patologías no Covid-19, la silenciosa y mortífera pandemia provocada por el coronavirus

Se cumple un año de la declaración del Estado de Alarma. Un año en el que la pandemia ha fagocitado todos los recursos sanitarios dejando de lado en muchas ocasiones al resto de enfermedades y pacientes.

Profesionales sanitarios del 12 de Octubre (Foto. Comunidad de Madrid)
14 marzo 2021 | 00:00 h

El 31 de diciembre de 2019 la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la República Popular China detectaba una declaración de la Comisión de Salud de Wuhan (Hubei) destinada a los medios de comunicación locales en la que se hacía referencia a una “neumonía vírica”. El 1 de enero de 2020 la OMS solicita a las autoridades chinas información sobre el conjunto de casos de neumonía atípica identificado en Wuhan. El 9 de enero de 2020 la OMS informa del hallazgo de las autoridades chinas: el brote de neumonía atípica está provocado por un nuevo coronavirus. La historia a partir de este momento es tristemente conocida por todos.

Hoy, 14 de marzo de 2021, se cumple un año de la declaración del Estado de Alarma por parte del Gobierno de Pedro Sánchez, apoyado por las distintas fuerzas políticas representadas en el Congreso. En ese momento nuestro país superaba los 42.000 casos positivos y más de 120 fallecidos según las cifras oficiales. Un año después los datos de la pandemia en España son escalofriantes: 3.178.356 contagiados y 72.085 fallecidos de acuerdo al informe del Ministerio de Sanidad hecho público el pasado jueves 11 de marzo.

Nadie estaba preparado. A lo largo de estos 12 meses nuestra economía, nuestro tejido empresarial, nuestra forma de vida, el sistema educativo y la sanidad se han visto afectados a unos niveles que no se recordaban en muchas décadas. En el caso de la sanidad, el SARS-CoV-2 ha situado a nuestro sistema sanitario público al borde de un peligroso precipicio del que las sucesivas olas del virus no le han permitido más que retroceder algunos pasos para alejarse del abismo. Todos recordamos las imágenes y testimonios de los primeros meses de pandemia. Una fotografía más cercana a la ciencia ficción que a la realidad en la que nuestro sistema sanitario se vio colapsado a pesar de que se destinaron todos los recursos humanos, económicos y técnicos a la Covid-19. Desde ese momento España ha tenido que hacer frente a tres olas del virus. Cada una con sus peculiaridades desde el punto de vista epidemiológico, pero todas con un denominador común: saturación de un sistema sanitario sin tiempo para recuperarse.

La situación de crisis sanitaria y la focalización tanto de la sanidad pública como privada a la atención del coronavirus obligó a la suspensión de toda la actividad programada tanto a nivel asistencial como quirúrgico, dando únicamente respuesta a los casos más graves. Las camas de los hospitales y de las UCI de todo el país se destinaban a pacientes Covid que, insuficientes ante la virulenta propagación del virus buscaron respuestas en múltiples salas y espacios habilitados o el levantamiento de hospitales de campaña por todo el país.

Más allá de los contagiados y fallecidos por Covid-19, la pandemia ha creado un preocupante problema cuyas consecuencias, en muchos casos, no van a materializarse hasta pasado el tiempo. En este año la Covid-19 ha fagocitado la atención del resto de patologías

Más allá de los contagiados y fallecidos por Covid-19, la pandemia ha creado un preocupante problema cuyas consecuencias, en muchos casos, no van a materializarse hasta pasado el tiempo. En este año la Covid-19 ha fagocitado la atención del resto de patologías. Una situación sobre la que numerosas asociaciones de pacientes, expertos y profesionales sanitarios han comenzado a dar la voz de alarma y cuyas consecuencias tendrá que hacer frente un sistema sanitario debilitado que continúa combatiendo al virus. 

REDUCCIÓN DE INGRESOS POR PATOLOGÍAS NO COVID

Un estudio coordinado por el doctor Luis Bujanda, catedrático de Medicina de la UPV/EHU, director de área de Enfermedades Digestivas del Instituto Biodonostia y jefe de grupo del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), ha analizado los problemas asistenciales derivados de la pandemia. Durante el pico de los meses de marzo y abril se produjo un descenso de un 36% en el número de ingresos hospitalarios por diferentes patologías no asociadas a la Covid-19 frente al mismo periodo de 2019.

En este periodo se realizaron un 40% menos de intervenciones quirúrgicas programadas. El doctor Bujanda destaca el notable descenso de intervenciones gastrointestinales urgentes con un 25% menos de cirugías abdominales urgentes (apendicectomías, colecistectomías, abscesos anorectales) y un 44% menos de endoscopias urgentes que, en teoría, no pueden demorarse más allá de 24 horas y son indicadas ante hemorragias digestivas e impacto de cuerpos extraños. “En este mismo periodo aumentó un 43% el número de muertes, que solo se justifican por la infección por Covid en un 25% de este aumento”, explica indicando que, además, el número de perforaciones gastrointestinales se incrementó un 40%. Una mortalidad sobre la que considera que no solo se ha incrementado por el virus sino por “otras patologías que no acuden al hospital o que lo hacen en grados muy evolucionados”.

“Probablemente, algunos pacientes minimizaron sus síntomas y esperaron más tiempo antes de acudir a los sistemas sanitarios”

“Probablemente, algunos pacientes minimizaron sus síntomas y esperaron más tiempo antes de acudir a los sistemas sanitarios”, explica señalando que las urgencias generales experimentaron el mismo patrón. “Es posible que los antibióticos se utilizaran con más frecuencia en el periodo Covid resolviendo algunas de las situaciones descritas, pero que, en otras ocasiones, estos no fueran suficientes para controlar los procesos infecciosos y acabaran en situaciones más graves, como las peritonitis secundarias a perforaciones gastrointestinales”.

REDUCCIÓN DE NUEVOS DIAGNÓSTICO DE CÁNCER

La Sociedad de Oncología Médica (SEOM) ha estimado que, a lo largo de 2020, se ha dejado de diagnosticar a uno de cada cinco casos de cáncer en España, esto es, en torno a un 20%; lo que supone "un impacto negativo en supervivencia y paliación", en palabras del presidente de la organización, el doctor Álvaro Rodríguez-Lescure.

"Si tenemos una incidencia de 276.000 casos de cáncer en España al año, y la tendencia de descenso de los diagnósticos sigue entre un 10 y un 20 por ciento durante un año, hablaríamos casi de 30.000 personas menos diagnosticadas", alerta el presidente de la SEOM.

"El Covid se comporta como un agujero negro que absorbe los recursos humanos, terapéuticos, diagnósticos y técnicos; por todo ello, la actividad diagnóstica del cáncer, en cuestión de biopsias, radiologías, colonoscopias y citologías, entre otras, se ha visto disminuida", ha señalado Rodríguez-Lescure. "Con una tasa de diagnóstico menor, nos preocupa si los tumores van a llegar en estadios más avanzados, o si van a llegar", lamenta.

EuropaColon denuncia que la mortalidad en estadios avanzados por cáncer colorrectal se incrementará en los próximos años un 12% como consecuencia de los retrasos (que en algunos casos superan los 12 meses) en la detección de la enfermedad debido a la pandemia. Incluso, en otros países de nuestro entorno, como el Reino Unido, cálculos recientes elevan la mortalidad adicional debida a los retrasos en la suspensión de cribados entre un 15% y un 21% a lo largo de los próximos cinco años.

"Si tenemos una incidencia de 276.000 casos de cáncer en España al año, y la tendencia de descenso de los diagnósticos sigue entre un 10 y un 20 por ciento durante un año, hablaríamos casi de 30.000 personas menos diagnosticadas"

"Hay muchos muertos por Covid, pero hay que recordar que hay muchos más por cáncer cada año. Ojo con el cáncer y no lo descuidemos porque igual de mal es morir por Covid que morir por cáncer”, explica la doctora Eva Ciruelos, coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid.

LA PANDEMIA AFECTA A MÚLTIPLES ENFERMEDADES

En los últimos meses hemos conocido conclusiones de diversos estudios y estudios que ponen de relieve cómo la pandemia ha afectado a la totalidad de las patologías. Según los datos del “Estudio COVID & Párkinson”, realizado por la Fundación Curemos el Párkinson, durante el confinamiento el 66% de los pacientes con esta enfermedad sufrió un empeoramiento de sus síntomas.

Un reciente estudio de la UOC revela que el 70% de las personas dolor crónico ha empeorado durante la pandemia. Por su parte, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) advierte de que la pandemia ha provocado un retraso en los diagnósticos de la fibrosis pulmonar idiopática y de linfangioleiomatosis, empeorando los pronósticos tras los avances en materia diagnóstica logrados en los últimos años.

La Revista Española de Cardiología ha publicado un estudio sobre el impacto de la crisis sanitaria en el tratamiento de los infartos en nuestro país. Entre sus conclusiones destaca que la cifra de muertes hospitalarias por infarto agudo de miocardio se ha incrementado un 50% respecto al mismo periodo del año anterior (abril de 2019). El estudio parte de una primera investigación desarrollada en marzo de 2020 que apuntaba a una reducción del 40% en el tratamiento de infartos durante la primera semana de confinamiento.

El cardiólogo Oriol Rodríguez explica en Newtral que no se han producido menos infartos, sino que “de las personas que han sufrido uno, entre un 20 y un 30% no han acudido al hospital y, por ello, no se les ha tratado”. “Esto indica que la pandemia ha tenido un tremendo impacto sobre la mortalidad aguda por infarto. En concreto, la mortalidad hospitalaria por esta causa prácticamente se ha doblado durante la pandemia frente al periodo previo”, añade.

"Se espera una gran ola de trastornos mentales en todo el mundo tras la pandemia de la Covid-19", explica Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría

"Se espera una gran ola de trastornos mentales en todo el mundo tras la pandemia de la Covid-19", explica en ConSalud.esCelso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría. “Todo el trabajo realizado en Medicina Preventiva durante estos años en el sistema sanitario se nos vino abajo y los esfuerzos y recursos se centraron en la Covid-19, por lo que los cuadros clínicos se han detectado mucho más tarde cuando ya estaban en pronóstico mucho peor”, añade.

AUMENTO DE LAS LISTAS DE ESPERA

De acuerdo a los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Sanidad, desde diciembre de 2019 hasta junio de 2020 el tiempo medio de espera para someterse a una operación ha pasado de ser de 121 días a 170, lo que supone un incremento de 49 días. Si hablamos de las consultas con un especialista, el aumento experimentado en este periodo asciende a los 27 días pasando de 88 a 115.

Según los datos del informe el 13,9% de los pacientes tienen que esperar más de seis meses para ser operado. En el caso de las consultas con especialistas, a junio de 2020, el 52,7% de los pacientes debe esperar más de seis meses. Desglosando los datos por especialidades, la que mayor número de pacientes en espera tiene es Traumatología con 180.706 personas, 9.172 pacientes más que hace un año. Le siguen Oftalmología, con 140.587 pacientes (343 menos), y Cirugía General y de Digestivo, con 126.682 pacientes en espera (5.163 más).

En todas las especialidades ha aumentado el tiempo medio de espera. Para la que más se espera es para Cirugía Plástica, con 388 días de media (36 más), seguida de Neurocirugía, con 211 días (58 más) y Cirugía Torácica, con 195 días de media (56 más). Mientras, para la que menos se espera es para Cirugía Cardíaca, con 79 días (28 más), seguido de Dermatología, con 109 días (nueve más).

La recopilación de datos, estudios, informes y entrevistas que se ha realizado a lo largo de estas líneas muestran solo una pequeña fotografía de la preocupante realidad a la que nos enfrentamos. El coronavirus continúa entre nosotros y es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros cumplir con las medidas estipuladas para evitar nuevos contagios que deriven en brotes y, estos, en un incremento de la transmisión comunitaria.

La campaña de vacunación avanza, pero todavía estamos dando solo unos primeros y tímidos pasos del camino que nos llevará hacia el final de la pandemia. Nuestro sistema sanitario lleva un año sometido a una extraordinaria y peligrosa tensión. Aunque las imágenes que nos sobrecogieron a todos hace ya un año, por suerte, no copen cada día los medios de comunicación, el SARS-CoV-2 sigue golpeando con virulencia nuestra sanidad, la que sigue siendo nuestra primera línea de defensa, en detrimento del resto de pacientes que sufren otras patologías. Tarde o temprano la Covid-19 será vencida. Será en ese momento en el que seamos plenamente conscientes de la otra silenciosa pandemia a la que deberemos hacer frente tras dedicar hasta el último de nuestros esfuerzos a combatir el virus.

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