La Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) recomienda el uso de mascarillas FFP2 en espacios cerrados con poca ventilación en los que no es posible mantener la distancia social y es necesario estar durante un tiempo prolongado. Para el resto de situaciones, la mascarilla quirúrgica es suficiente para evitar la propagación del SARS-CoV2, siempre y cuando se use de manera adecuada.
Insisten desde esta entidad científica que ''lo importante es asegurar el cumplimiento de los aforos, guardar las distancias de seguridad, ventilar, lavarse las manos y usar correctamente las mascarillas; con el cumplimiento de estas medidas sería suficiente para evitar la propagación de la Covid-19''.
Es necesario reducir la transmisión del virus y por ello las mascarillas quirúrgicas y FFP son las más efectivas y las que presentan mayor nivel de evidencia en el control de las infecciones.
La mascarilla quirúrgica ofrece suficiente protección frente a contactos esporádicos con personas infectadas
Las mascarillas quirúrgicas se basan en su efecto protector dual, y dada la capacidad de asintomáticos para transmitir la enfermedad, todos deberíamos considerarnos potenciales enfermos y llevarla puesta con la intención de proteger a los demás en el caso de que seamos personas infectadas asintomáticas.
Desde el otro punto de vista, el de la persona no infectada, la mascarilla quirúrgica ofrece suficiente protección frente a contactos esporádicos con personas infectadas, más si cabe teniendo en cuenta que si la persona infectada también lleva mascarilla se expulsará poca cantidad de virus. El uso de la FFP2 o superior se centran en su efecto de protección individual, y dado que no es posible asegurar que las mascarillas quirúrgicas protejan a su usuario en ambientes de alto riesgo, son las recomendadas para utilizar en la atención a pacientes infectados, siendo eficaces incluso aunque los enfermos no lleven mascarilla puesta y en ambientes sin ventilar donde el infectado y el otro sujeto compartan un espacio estrecho durante un tiempo prolongado.
Por ello, explican desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene, las mascarillas FFP2 o superiores son las recomendadas en la atención sanitaria de los pacientes con Covid-19 y podrían también generar ventajas en otras situaciones fuera del ambiente sanitario que compartan este riesgo. Sin embargo, las mascarillas FFP requieren de un adecuado sellado para funcionar adecuadamente, por lo que no pueden realizar su función si el usuario tiene vello facial, por lo que, de utilizarse estas máscaras en estas situaciones, el usuario de la mascarilla FFP debería estar afeitado y asegurarse una colocación sin fugas. En cualquier la mejor medida preventiva es evitar cualquier situación de riesgo y cumplir no solo esta medida de prevención, sino todas.
En caso de hacer obligatorio el uso de mascarillas FFP2, desde la SEMPSPH piden a las autoridades sanitarias la seguridad de que habrá suficientes mascarillas de este tipo para todos y que se garantice el suministro tanto a los profesionales sanitarios como a otros con profesiones más expuestas.