La pandemia provocada por la Covid-19 no ha terminado, a pesar de que la sensación generalizada indique lo contrario dada la mejora de la situación epidemiológica, gracias a las vacunas y las distintas opciones terapéuticas con las que contamos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado recientemente que cada semana “cientos de miles de personas continúan infectándose”, por lo que no debemos bajar la guardia ante la posibilidad de surgimiento de nuevas variantes. La agencia internacional de salud de la ONU ha solicitado además, a través de otro documento, la mejora del acceso a los tratamientos contra la Covid-19.
Los tratamientos contra la Covid-19 disponibles en estos momentos son los antivirales y los anticuerpos monoclonales. En el caso de estos últimos, a pesar de que han sido aprobados por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) o la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), entre otros reguladores, su disponibilidad no es la misma en todos los países.
En el caso concreto de España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) cuenta en su cartera de tratamientos contra la Covid-19 con tres antivirales (Vekury, Paxlovid y Lagevrio) y tres anticuerpos monoclonales (Ronapreve, Xevudy y Evusheld). Por medio del documento “Criterios para valorar la administración de las nuevas alternativas terapéuticas antivirales frente a la infección por SARS-CoV-2”, la Aemps prima el uso de los antivirales frente a los anticuerpos monoclonales, a pesar de señalar que corresponde a los profesionales médicos decidir la opción más adecuada para cada paciente. Cabe mencionar también que el propio Ministerio de Sanidad y la Comisión Interministerial de Precios de Medicamentos y Productos Sanitarios (CIPM) han decidido no financiar ninguno de los anticuerpos monoclonales.
Esta situación se traduce en un “vacío terapéutico” que únicamente perjudica a los pacientes, ya que los antivirales no son la opción adecuada para algunos grupos de pacientes. Hablamos, por ejemplo, de las personas con enfermedad renal grave o insuficiencia hepática grave. La ficha técnica de Paxlovid, antiviral desarrollado por Pfizer, indica que su uso en pacientes con insuficiencia renal grave “podría dar lugar a una sobreexposición con una potencial toxicidad”, tal y como recoge la propia EMA. “No se dispone de datos farmacocinéticos ni clínicos en pacientes con insuficiencia hepática grave. Por lo tanto, Paxlovid no debe utilizarse en pacientes con insuficiencia hepática grave”, añade la referida ficha técnica.
"Esta negativa a administrar anticuerpos monoclonales, que sí que están incluidos en la cartera de servicios y aprobados tanto por la EMA como por la Aemps, nos deja sin ninguna opción terapéutica"
El Ministerio de Sanidad deja a estos pacientes en una situación de completa vulnerabilidad, más si tenemos en cuenta que debido a sus condiciones de salud, el riesgo en caso de infección por SARS-CoV-2 es mayor, aunque hayan completado las pautas de vacunación estipuladas. Una sinrazón si tenemos en cuenta que la evidencia científica indica que los anticuerpos monoclonales, además de reducir la gravedad de las infecciones, ayudan a prevenir la Covid-19 entre las personas inmunocomprometidas y la población general.
LOS PACIENTES RENALES, LOS “GRANDES OLVIDADOS”
“Esta negativa a administrar anticuerpos monoclonales, que sí que están incluidos en la cartera de servicios y aprobados tanto por la EMA como por la Aemps, nos deja sin ninguna opción terapéutica, especialmente a los pacientes renales con glomerular menor de 30 que no pueden recibir antivirales por la toxicidad. Nos preocupa realmente porque hablamos de cientos de miles de pacientes según nuestras estimaciones”, explica a este medio Daniel Gallego Zurro, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (ALCER).
"Al final, da igual que tú tengas una patología u otra, tenemos el mismo derecho de acceso a todas las opciones terapéuticas posibles"
“Somos los olvidados”, critica señalando que tanto en los estudios clínicos como en otros campos de investigación “somos siempre los grandes olvidados ya que por factores como la toxicidad, entre otros, no se nos pueden administrar muchos medicamentos”. El presidente de ALCER lamenta que, a pesar de disponer de una amplia cartera de opciones terapéuticas frente a la Covid-19, desde Sanidad se limite el uso de los monoclonales. “Si deciden mantener su decisión tomada en diciembre de no administrar los monoclonales vamos a reivindicar que tenemos el mismo derecho y que tenemos que tener acceso a todas las opciones terapéuticas disponibles”.
Gallego expone que este escenario “no es de justicia social”, y que únicamente se trata de un tema de “equidad”. “Al final, da igual que tú tengas una patología u otra, tenemos el mismo derecho de acceso a todas las opciones terapéuticas posibles. Más en este caso con la sensibilidad que hay con la Covid-19 y lo mal que lo hemos pasado los pacientes renales que hemos sido el colectivo más afectado por la pandemia, sólo por detrás de las residencias de mayores, con miles de fallecidos y contagiados al ser un colectivo especialmente vulnerable”.
El presidente de ALCER finaliza la entrevista confirmando que desde la Federación van a solicitar una reunión con la Aemps y con la Cartera de Servicios del Ministerio de Sanidad “para que nos aclaren el tema y que nos digan realmente qué opción terapéutica hay para los pacientes renales que no pueden recibir antivirales”. Gallego asegura que si las explicaciones que reciban no son convincentes “emprenderemos las acciones que consideremos convenientes desde la Federación Nacional de Asociaciones ALCER”.
El problema es claro: las decisiones de Sanidad y el CIPM dejan desamparados a estos pacientes. Si existe el compromiso de proteger de forma equitativa a toda la población frente a un virus que continúa suponiendo un riesgo, Sanidad no está cumpliendo. La Covid-19 no va a desaparecer y acabará por convertirse en endémica, si es que esto no ha sucedido ya. ¿Hasta cuándo van a continuar desamparados estos pacientes? Proteger por igual a toda la población requiere de un enfoque holístico que integre las vacunas y todas las opciones terapéuticas para que los profesionales médicos, quienes son finalmente los que deben tratar a los pacientes, puedan dispone de todas las herramientas posibles, así como escuchar las demandas de los pacientes.