"Anécdotas de Urgencias podría contarte muchas. El Servicio de Urgencias es el sitio donde puedes encontrarte las cosas más raras", comenta entre risas para ConSalud.es la vicepresidenta de la Sociedad Española de Medicina de Emergencias (Semes) en Galicia, Concepción Abellás.
La enfermera explica que, a raíz de la pandemia de Covid-19, las urgencias han cambiado. DesdeBetadine a lejía, Abellás ha visto de todo. “Tuvimos un paciente que había tomado un par de chupitos de Betadine y vino asustado, con molestias esofágicas”, asegura. “Gracias a Dios”, no fue nada grave, aunque según la cantidad ingerida de este antiséptico, pueden producirse desde quemaduras esofágicas a molestias gástricas, continúa la experta en Urgencias.
Los bulos negacionistas y la desinformación sobre la Covid-19 hacen mella en muchas personas. Además del caso del Betadine, la supervisora de Enfermería del Hospital do Salnés de Pontevedra ha tratado con un paciente afectado por limpiarse la nariz con lejía diluida en agua. “Vino con las fosas nasales completamente irritadas y una quemadura tremenda porque se hacía limpiezas nasales todas las mañanas con bastoncillos humedecidos en agua diluida en lejía”, explica.
Para la enfermera, las mascarillas han llegado para quedarse: "Sobre todo en espacios cerrados y potencialmente contaminados, debemos cortar y disminuir la transmisión llevando mascarillas"
“Urgencias es una fauna”, continúa la vicepresidenta gallega del Semes, aunque por suerte, estos sucesos no suelen tener desenlaces graves y no son la norma. Con todo, cuenta el caso de un paciente negacionista que llegó muy enfermo a Urgencias: “Tuvimos una persona que estuvo muy malita… Al llegar no quiso que le hiciéramos PCR y acabamos trasladándolo a la UCI”. Falleció por coronavirus, informa Abellás, aunque a priori no creía en él.
CAMBIOS DE COMPORTAMIENTO, DOBLES CIRCUITOS Y MASCARILLAS
La enfermera explica un cambio curioso en el comportamiento de las personas que acuden a Urgencias. Antes, la norma era llegar quejándose de mucho malestar, a veces rozando la exageración. “A lo mejor habían tenido 37,5º y decían que habían tenido mucha fiebre, pero ahora lo contario. Te dicen que no tuvieron fiebre, que no están tan mal e incluso intentan contener la tos por el miedo a entrar al doble circuito”, explica Abellás. A día de hoy, aún está habilitado el doble circuito para separar a los pacientes con sintomatología compatible con la Covid-19 de los que no.
Respecto a mantener o no este doble circuito, la enfermera cree que “se tiene que empezar a hablar de ello”, aunque en su opinión, aún no es momento de quitarlo. En este sentido, la enfermera apunta a que “tenemos que mentalizarnos de mantener la higiene respiratoria como medida de protección”. Seguir la ‘pauta asiática’, es la apuesta que hace la enfermera de urgencias, no solo para contener la Covid-19, sino otras patologías respiratorias.
Las tasas de incidencia del virus de la gripe y el virus sincitial respiratorio en niños, se redujeron “hasta en un 90% durante el año pasado”, insiste Abellás. Es por esta razón, que para la enfermera, las mascarillas han llegado para quedarse: “Sobre todo en espacios cerrados y potencialmente contaminados, debemos cortar y disminuir la transmisión llevando mascarillas, porque podemos reducir los contagios hasta en un 90%”.