Análisis de aguas residuales y vacunación contra la Covid-19: identificación de zonas sin inmunidad

El análisis de las aguas residuales permite identificar las áreas de mayor incidencia del virus y reajustar así los programas de vacunación, además de detectar con antelación la aparición de nuevos brotes.

Científico analizando muestras (Foto. Freepik)
Científico analizando muestras (Foto. Freepik)
Ángel Luis Jiménez
25 enero 2021 | 00:00 h
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El éxito de los programas de vacunación contra la Covid-19 que han puesto en marcha los distintos países tiene ante sí numerosos retos. El primero de ellos es la limitación de las dosis adquiridas. En el caso de la Unión Europea las compras de vacunas se realizan de forma conjunta por parte de Bruselas en nombre de los Estados miembros y su reparto se realiza de forma equitativa en base a la población de cada nación.

Pero también nos enfrentamos a un escenario marcado por la tercera ola de la pandemia en el que la tendencia creciente en el número de nuevos casos de Covid-19 dificulta el proceso completo de vacunación ya que, actualmente, las vacunas que se están inyectando en la Unión Europea son las desarrolladas por Pfizer/BioNTech y Moderna que requieren de la administración de dosis separadas por un intervalo de tiempo de 21 y 28 días respectivamente.

Un proceso en el que se erige como vital contar con mecanismos que ayuden a identificar brotes de SARS-CoV-2 y ser conscientes de las áreas en las que la incidencia del virus es mayor o menor. En este sentido, el análisis de las aguas residuales nos ofrece una herramienta fundamental ya que no solo identifica las zonas en las que se está produciendo una mayor incidencia de casos, sino que posibilita la previsión de brotes. Mediante el análisis de estas aguas los expertos de salud pública pueden detectar focos de infección comunitaria concentrados y así tener la oportunidad de aplicar enfoques quirúrgicos no solo en materia de medidas de prevención sino también de vacunación.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza sistemas de vigilancia de las aguas residuales para identificar, por ejemplo, brotes de polio y evaluar la cobertura de inmunización en países con recursos limitados. Un enfoque que muchos países han aplicado ante la Covid-19 para monitorizar la propagación del virus en ciudades, barrios e incluso hogares.

"En la mayoría de los países de Europa este sistema de análisis de aguas residuales es rutinario y se establecen mapas de colores para identificar la carga viral en las distintas zonas"

Los expertos en la materia explican en JAMA que los marcos de vigilancia de aguas residuales ya desarrollados en algunos países para estimar la prevalencia de la Covid-19, pueden adaptarse fácilmente a otras naciones y ayudar en la identificación de las áreas en las que, por ejemplo, se está produciendo una alta incidencia y ajustar así los programas de vacunación e implementación de medidas. “Será crucial para garantizar el objetivo de inmunidad colectiva”, declaran en la publicación.

Una opinión compartida por Margarita Poza, microbióloga del Instituto de Investigación Biomédica (INIBIC) y Profesora Asociada de la Universidad de A Coruña, y se basa en el análisis de las aguas residuales. Es una de las responsables del proyecto COVIDBENS, modelo estadístico capaz de estimar el número de personas infectadas, es pionero en el mundo.

“Nosotros estamos detectando a la práctica totalidad de los portadores asintomáticos y por eso nos llega antes el dato. Antes que el sistema sanitario ya sabemos que se está elevando la carga del virus. Esto se está haciendo en todo el mundo y, de hecho, expuse este proyecto en la Comisión Europea. En la mayoría de los países de Europa este sistema de análisis de aguas residuales es rutinario y se establecen mapas de colores para identificar la carga viral en las distintas zonas. Hay sistemas de rastreo de aguas residuales subvencionados por los gobiernos en muchos países de la Unión Europea”, explica Poza en la entrevista concedida a ConSalud.es.

En el caso de España “no existe una red”, pero “hay muchos profesionales haciéndolo en nuestro país, pero sin una red consolidada que permita desarrollarlo de forma coordinada a nivel nacional”.

“Desde de Comisión Europea se trabaja para que este sistema se implante como un modelo rutinario en todos los países. COVIDBENS fue renovado por EDAR Bens el pasado mes de noviembre lo que nos ha permitido seguir la epidemia ininterrumpidamente desde el mes de abril. Es muy interesante en este momento porque nos va a analizar la eficacia de las vacunas al ir adquiriéndose inmunidad en la población y, por tanto, ir reduciéndose progresivamente la cantidad de carga viral en el agua residual”, concluye Poza.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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