La pandemia provocada por la Covid ha producido más miedo, estrés, ira, desgaste e incluso labilidad emocional en los pacientes crónicosque el resto de la población. Así lo explican responsables de la Salud Mental como Jesús Mesones, jefe del Servicio de Salud Mental del Hospital Universitario del Vinalopó, del grupo Ribera.
La soledad y el miedo como consecuencia de la pandemia han afectado a la sociedad en general, “la situación de crisis que vivimos, nos ha llevado a todos a enfocar y a veces sobredimensionar el malestar preexistente en nuestra vida” explica José Miguel Barahonda, psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario de Torrejón . Pero especialmente han alterado el ánimo de los pacientes crónicos.
“Durante estos meses, el desgaste emocional está siendo muy importante, sobre todo por la disminución de las relaciones sociales y la falta de visitas médicas, que ha hecho empeorar la calidad de vida de muchos pacientes”, asegura Mesones. “Se percibe una mayor labilidad emocional como consecuencia de esta pandemia, con tendencia a estados de ánimo depresivos”, añade Mari Carmen Macías, responsable asistencial del Hospital Ribera Almendralejo.
El ritmo de vacunación está beneficiando el estado de ánimo de estos pacientes
Aunque, según matiza el doctor Leonello Forti, jefe de Psiquiatría del Hospital Ribera Povisa, la reacción ante la pandemia ha dependido del tipo de enfermedad que sufren esos pacientes y su personalidad. “Las personalidades más afectadas por la pandemia son las histriónicas e hipocondríacas”, mientras que las menos afectadas resultan ser las esquizoides y evitativas.
Por suerte, como destaca Macías, la vacunación está revirtiendo esta sintomatología resultado de la pandemia. Como el contagio era la mayor preocupación que asustaba y estresaba a los pacientes crónicos, los expertos señalan que el ritmo de vacunación está beneficiando el estado de ánimo de estos pacientes que recuperan poco a poco sus relaciones sociales y van abandonando el miedo. El doctor Forti añade que “la mayoría de estos pacientes afronta el proceso de vacunación con seguridad y esperanza y muy pocos con desconfianza”.