El Ministerio de Educación, con la ministra Isabel Celaá al frente, ha presentado un documento en el que se recogen 14 pautas que marcarán el próximo curso académico 2020-2021 que se iniciará en septiembre. Un texto acordado tras la reunión mantenida con las comunidades autónomas y al que se han adherido todas salvo la Comunidad de Madrid y País Vasco.
En este protocolo se contempla que los menores de 10 años y sus profesores puedan estar en las aulas sin mascarilla, se barajan ratios de 20 alumnos por clase y a partir de 5º de Primaria deberán mantener los pupitres con una distancia de seguridad de 1,5 metros. Se habilitarán además otras instalaciones de los centros educativos para facilitar el número de grupos y las distancias, se fomentarán las actividades al aire libre, cada centro educativo contará con un “equipo Covid” y deben evitarse las aglomeraciones a la entrada y salida de los colegios. Estos son, a grandes rasgos, los principales puntos del acuerdo.
Un texto que desde ConSalud.es hemos querido analizar en profundidad y lo hacemos de la mano de la experiencia del doctor Quique Bassat, uno de los autores del documento elaborado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) en relación con las medidas para una vuelta al colegio segura y miembro del Instituto de Salud Global (ISGlobal).
LAS RECOMENDACIONES DE LA AEP
La entrevista comienza poniendo el foco en las recomendaciones efectuadas por la AEP en relación a la vuelta a las aulas. El doctor Bassat opina que el documento de Educación coincide en algunos puntos de forma bastante precisa, pero en otros difiere notablemente. “Es cierto que las recomendaciones que nosotros hicimos se realizaron hace varias semanas en un momento de la epidemia diferente al que tenemos ahora”, ha señalado.
En este sentido indica a la “mejoría clara en los números de la epidemia ha permitido relajar alguna de las recomendaciones que nosotros hacíamos”. Sobre las diferencias entre su propuesta y la efectuada por Educación pone el foco en los grupos burbuja para los menores de 10 años que no necesitan mantener el distanciamiento mínimo ni utilizar mascarillas.
La “mejoría clara en los números de la epidemia ha permitido relajar alguna de las recomendaciones que nosotros hacíamos”
“Esto es diferente a lo que nosotros planteábamos. Imita al modelo seguido en otros países, pero, de alguna manera, lo han trasladado de forma diferente porque se están planteando unos números en cada grupo bastante mayores a lo que yo creo, a título personal, que son los que funcionan”.
En relación a esto asegura que estas burbujas deberían estar formadas por grupos de entre “cinco y ocho niños”, puesto que son “manejables al ser unidades en las que se puede contralar bastante bien lo que está pasando. No es lo mismo hacerlo con ocho niños que con 20 e incluso con más como algunas comunidades autónomas están reclamando”.
“Yo no veo gran diferencia entre una burbuja de 20 niños y una clase entera. Es cierto que hay clase con mayor número de alumnos, pero se ha desvirtuado la racional de las medidas de prevención que se pedían”, asevera.
ACONDICIONAMIENTO DE INSTALACIONES
La habilitación de otras instalaciones de los centros educativos más allá de las aulas para respetar las medidas y recomendaciones expuestas a lo largo de estas líneas es una de las recomendaciones realizadas desde la AEP.
“Si el problema es que las aulas son pequeñas y no tienes capacidad de reducir tu número de alumnos, es evidente que se pueden reacondicionar zonas las escuelas como las bibliotecas, los gimnasios o los comedores y pasar a hacer las actividades en estas e incluso al aire libre”.
“Yo no veo gran diferencia entre una burbuja de 20 niños y una clase entera. Es cierto que hay clase con mayor número de alumnos, pero se ha desvirtuado la racional de las medidas de prevención que se pedían”
El doctor considera que el acondicionamiento de estas instalaciones para el desarrollo de las clases no supone ningún tipo de riesgo para los alumnos. “Al contrario. Las actividades al aire libre son mejores porque sabemos que el virus se transmite más en interior. Si esto permite ejercer un mayor control entre grupos y distanciamiento entre estos, bienvenido sea”.
MEDIDAS DE DESINFECCIÓN Y LIMPIEZA
La desinfección y limpiezade las aulas antes y después de las clases es fundamental, al igual que la ventilación. Educación incluso sugiere que, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan, las clases deberían desarrollarse con las ventanas abiertas para favorecer el intercambio de aire.
“Las recomendaciones que se hacen son válidas para la situación epidemiológica actual”, responde el doctor ante nuestras dudas sobre cómo se aplicarán este tipo de medidas una vez se inicie el otoño.
“Sobre lo que pase en invierno no tenemos ni idea a día de hoy. Puede haberse solucionado el problema o haber empeorado dramáticamente. Es evidente que en invierno no van a mantenerse las ventanas abiertas porque no tiene sentido. Si la situación epidemiológica no permite flexibilizar las medidas de prevención se tendrán que plantear alternativas si el riesgo de transmisión sigue siendo alto”.
LOS PLANES DE CONTIGENCIA
Cada centro educativo deberá contar con un plan de contingencia para estar preparados ante la posible aparición de algún caso positivo y poder actuar en consecuencia para no generar transmisión comunitaria.
“Tiene que haber unas recomendaciones generales que todo el mundo pueda seguir y luego que cada centro educativo las adapte como mejor les funciones. Lo que podamos recomendar para una escuela de 100 alumnos no es lo mismo que para una de 5.000”.
Ante este planteamiento Bassat expone una serie de recomendaciones generales como evitar que si algún niño está enfermo acuda a clase como ya es habitual en muchos centros antes de la pandemia. “Un niño con fiebre no debería ir a la escuela y esto ahora se torna más importante porque detectar a un niño con fiebre o con síntomas coronavirus, algo muy común haya o no haya coronavirus, lo que hace es crear una ansiedad importante entre compañeros, padres y profesores que motivan la puesta en marcha de protocolos”.
"Tiene que haber unas recomendaciones generales que todo el mundo pueda seguir y luego que cada centro educativo las adapte como mejor les funciones"
Un sistema que considera que “no es manejable a largo plazo, a no ser que sean los padres los que asuman la responsabilidad de valorar su hijo está o no enfermo y si puede o no acudir a la escuela”.
EDUCACIÓN EN HIGIENE Y SALUD
El Ministerio de Sanidad contempla aumentar la información que reciben los niños para que sean conscientes de la situación y las medidas que se han adoptado. “La comunicación y la diseminación de la información sobre la salud es fundamental”, ante la posibilidad de que los menores no tengan tan integrada toda la información sobre el virus.
“Nosotros ya lo recomendábamos. Involucrar a los niños en la transmisión de la información y hacerles partícipes de lo que está pasando, siempre es positivo”.
“La mayor parte de los colegios tienen sistemas de detección y alarma de problemas psicológicos sea por esto o por otro motivo por lo que no creo que sea necesario anticipar que vayan a producirse grandes problemas ante unas recomendaciones que no son demasiado agresivas ni invasivas”, explica, concluyendo mostrando su preocupación ante la posibilidad de detectar algún efecto secundario tardío del confinamiento estricto en la salud de los menores. “Esto si requiere de mecanismos para detectarlos y tratarlos”.