El acelerador de acceso a las herramientas contra la Covid-19 se puso en marcha a finales del pasado mes de abril como resultado de un trabajo coordinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Gobierno francés, la Comisión Europea y la Fundación Bill y Melinda Gates. A través de este se aglutinan gobiernos, organizaciones sanitarias, empresas, científicos, filántropos y organizaciones de la sociedad civil que han aunado fuerzas con el objetivo de acabar con la pandemia en el menor tiempo posible.
Desde su lanzamiento las organizaciones asociadas han elaborado con bastante rapidez planes presupuestados y ejecutables destinados a contribuir a sus objetivos, gracias al desarrollo acelerado de nuevos instrumentos que contribuyan a reducir la mortalidad del virus al mismo tiempo que protegen los sistemas de salud. Cabe señalar que no se trata de un órgano que toma decisiones ni de una nueva organización. Únicamente se centra en acelerar los esfuerzos entre las organizaciones ya existentes.
Entre las metas fijadas se encuentran la asignación equitativa y distribución a gran escala de 500 millones de pruebas diagnósticas y 245 millones de tratamientos para los países con medianos y bajos ingresos para el 2021. También se establecen 2.000 millones de dosis de vacunas, el 50% de las cuales se destinará a estas mismas naciones antes de la finalización del próximo año.
Motivo por el que en la reciente presentación de sus presupuestos se insta a destinar 31.300 millones de dólares a la financiación de pruebas diagnósticas, tratamientos y vacunas. Hasta el momento se han recaudado 3.400 millones de dólares, por lo que se necesitan 27.900 más, incluidos los 13.700 millones de dólares destinados a cubrir necesidades inmediatas.
Entre las metas fijadas se encuentran la asignación equitativa y distribución a gran escala de 500 millones de pruebas diagnósticas y 245 millones de tratamientos para los países con medianos y bajos ingresos para el 2021
La inversión requerida es significativa pero insignificante si se compara con el alto coste que está suponiendo en todos los sentidos la pandemia. El coste total del acelerador supone menos de una décima parte de las pérdidas mensuales que la pandemia ocasiona en la economía mundial.
Las herramientas que se elaboren beneficiarán al mundo entero gracias a los pilares sobre los que se sustenta. Estos se centran en el diagnóstico, el tratamiento, la inmunización y la conexión de los sistemas de salud. En todos ellos se encuentra una línea de trabajo transversal sobre el acceso y la asignación.
“Somos conscientes de que no podemos hacer esto solos y que debemos trabajar juntos en una alianza sin precedentes que sea capaz de integrar a todas las partes interesadas: dirigentes políticos, asociados de los sectores público y privado, la sociedad civil, los círculos académicos y todos los demás sectores involucrados de la sociedad”, explican desde la OMS.
“Debemos aprovechar nuestras distintas fortalezas y nuestras respectivas voces para impulsar conjuntamente el logro de soluciones colectivas, la aceleración del despliegue y la ampliación del acceso para todos. Cuanto trabajamos juntos somos más fuertes, más rápidos y más eficaces”.
En relación a su misión desde la entidad reiteran que “no consiste únicamente en acelerar el desarrollo y la disponibilidad de herramientas nuevas para hacer frente a la Covid-19, sino también en acelerar el acceso equitativo de todo el mundo a medios de diagnóstico, tratamientos y vacunas que sean seguros, eficaces, asequibles y de calidad, y en garantizar de este modo que nadie quede atrás en la lucha contra la Covid-19”.