La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 no estará erradicada hasta que las vacunas frente a la Covid-19 lleguen hasta el último rincón del mundo. Esta es una máxima que desde hace meses repiten diferentes organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), impulsora del proyecto COVAX a través del que se facilita el acceso a vacunas a los países de bajos y medianos ingresos. Y es que, a pesar de que los países con altos ingresos ya cuentan o han cerrado contratos de futuros suministros con los fabricantes para asegurarse la inmunización de sus poblaciones, los países de bajos y medianos ingresos solo tienen acceso a dosis de vacunas suficientes para cubrir aproximadamente a un tercio de su población.
Esta es la principal conclusión de un reciente análisis realizado por la Kaiser Family Foundation (KFF, por sus siglas en inglés) cuyos resultados han sido publicados por JAMA Network. El informe lanza una clara advertencia: se necesita garantizar un acceso global y generalizado a las vacunas contra la Covid-19 no solo para prevenir las infecciones y muertes, sino también para alcanzar la inmunidad a nivel global. Pero no se trata únicamente de un problema radicado en el desigual acceso.
“Sin la redistribución de las dosis ya compradas por los países de altos ingresos (a través de donaciones u otros medios) y/o sin un mayor apoyo para la fabricación o producción de dosis adicionales, más de cuatro de cada 10 adultos en todo el mundo (41%) no podrán ser vacunados. Incluso después de asignar todas las dosis de COVAX”, alerta el análisis de KFF.
Hasta la fecha, a pesar de que solo representan el 19% de la población adulta a nivel global, los países de altos ingresos han comprado el 54% de las dosis de vacunas frente a la Covid-19 disponibles de acuerdo al informe. Hablamos de alrededor de 4.600 millones de dosis de vacunas. Un dato muy llamativo si tenemos en cuenta que los países con bajos y medianos ingresos representan el 81% del total de la población adulta global y solo han comprado el 33% de las dosis disponibles. COVAX cuenta con el 13% de las dosis restantes.
Los investigadores han analizado las posibles tasas de cobertura de las vacunas contra la Covid-19 atendiendo a los niveles de ingresos de los países. En este sentido indican que se han adquirido dosis para inmunizar al 80% de la población adulta mundial. Sin embargo, los países con mayores ingresos se han hecho con dosis de las distintas vacunas suficientes para inmunizar a más del doble de sus poblaciones adultas (254%), mientras que los países de bajos y medianos ingresos apenas cuentan con dosis para cubrir a un tercio de su población adulta.
“Sin la redistribución de las dosis ya compradas por los países de altos ingresos (a través de donaciones u otros medios) y/o sin un mayor apoyo para la fabricación o producción de dosis adicionales, más de cuatro de cada 10 adultos en todo el mundo (41%) no podrán ser vacunados. Incluso después de asignar todas las dosis de COVAX”
En caso de que las dosis comprometidas por COVAX para los países de bajos y medianos ingresos cumplan con sus objetivos, se elevaría la referida tasa de vacunación del 33% al 46%. Un porcentaje todavía muy lejano del 80% de la población adulta global que aglutinan estos países. Los autores del informe señalan que esta “disparidad sustancial” entre las vacunas adquiridas y los niveles de ingresos de las naciones “podría abordarse en gran parte mediante la redistribución de las dosis”. Algunos países como Francia o Noruega han asegurado que lo harán.
Cabe señalar que la capacidad de las vacunas donadas para abordar estas disparidades “depende en parte del éxito de algunas vacunas candidatas que aún se encuentran en ensayos clínicos o de la capacidad de respaldar el aumento de la fabricación o producción de las vacunas autorizadas”, advierte la investigación.
MUCHOS PAÍSES NO ESTAN PREPARADOS
Muchos países de bajos y medianos ingresos no están preparados para iniciar campañas de vacunación masiva entre sus poblaciones de acuerdo a un reciente análisis realizado por el Banco Mundial. En la evaluación realizada por la entidad, en colaboración con los gobiernos, la OMS y GAVI entre otros agentes, se centró en una serie de indicadores clave entre los que se incluyen la logística, cadena de frío para su mantenimiento óptimo, capacitación del personal médico y seguridad en términos de posibles reacciones adversas. Esta revisión se ha centrado en 128 países con bajos y medianos ingresos.
Aproximadamente el 85% de estas naciones han desarrollado planes nacionales de vacunación y el 68% cuenta con medidas de seguridad. Pero solo el 30% ha puesto en marcha planes formativos de capacitación del personal sanitario para dar respuesta a la vacunación masiva. Un dato preocupante es que únicamente el 27% de estos países ha iniciado estrategias de participación pública para alentar a las personas a vacunarse frente a la Covid-19.
“Dada la preocupante vacilación de las vacunas se necesitan con urgencia estrategias para generar confianza, aceptación y demanda de vacunas”, asegura el Banco Mundial a través de un comunicado. “Los países afectados por conflictos y fragilidad del sistema (32 de los 128) ha obtenido calificaciones más bajas que el resto de los países en casi todos los indicadores”. El Banco Mundial está proporcionando hasta 12.000 millones de dólares a estas naciones con el objetivo de mejorar sus sistemas de salud y vacunación; así como para reforzar su capacidad de compra de pruebas diagnósticas, tratamientos y vacunas.
A pesar de la fotografía mostrada por el informe del Banco Mundial este señala que la mayoría de las naciones analizadas se están “enfocando suficientemente bien” en los aspectos más esenciales de la cadena de suministro de las vacunas para poder comenzar a administrarlas tan pronto como las reciben. Pero “todavía hay brechas importantes que deben abordarse con urgencia para que los programas de vacunación a gran escala tengan éxito”, alerta la vicepresidenta de Desarrollo Humano de la entidad, Mamta Murthi.