La farmacéutica Pfizer ha iniciado la vacunación de sus trabajadores esenciales. Concretamente los empleados de la planta ubicada en San Sebastián de los Reyes (Madrid) que, según las explicaciones de la compañía “son fundamentales para el esfuerzo de vacunación y el suministro continuo de todos los medicamentos de Pfizer".
"La vacunación de los empleados esenciales de las plantas comenzó en enero en nuestros centros de fabricación de Kalamazoo (Michigan), y Puurs (Bélgica) y ahora se ha comenzado en la planta de San Sebastián de los Reyes, de acuerdo con las autoridades sanitarias", explican desde Pfizer tal y como publican en El Economista.
Esta política únicamente tiene como objetivo salvaguardar a los trabajadores que decidan aceptar la vacuna para que no pueda considerarse el acto como una promoción de medicamentos
La compañía explica además que “las dosis de vacunas que se utilizarán para este programa son independientes y distintas de las comprometidas por Pfizer con los gobiernos de todo el mundo y no afectarán en modo alguno al suministro a los gobiernos nacionales. Para nosotros, un proceso tan serio como la vacunación siempre ha de hacerse según el criterio de las autoridades sanitarias".
Un proceso sobre el que existen algunas luces y sombras, motivadas especialmente por el halo de secretismo con el que se está desarrollando a pesar de las explicaciones y argumentos ofrecidos por la farmacéutica a varios medios de comunicación. Uno de los puntos del proceso de vacunación que más dudas genera es la política de privacidad a través de la que Pfizer ha solicitado a los trabajadores que accediesen a vacunarse no compartir ningún tipo de información al respecto. Estos empleados, de acuerdo a las informaciones publicadas por El Confidencial, tendrían que firmar un consentimiento informado a través del que confirman que reciben la vacuna sin ser presionados por parte de la farmacéutica y suscriben el acuerdo de privacidad y no difusión en redes sociales.
La información ofrecida en este sentido por la compañía a varios medios de comunicación explica que esta política únicamente tiene como objetivo salvaguardar a los trabajadores que decidan aceptar la vacuna para que no pueda considerarse el acto como una promoción de medicamentos.