La tecnología se ha erigido en uno de nuestros grandes aliados en la batalla contra la Covid-19. Una afirmación que ha sido reforzada por la evidencia reportada por aquellos países que han apostado por su uso como mecanismo para la detección de los casos y la identificación de sus contactos cercanos con el objetivo de reducir los tiempos para proceder a su aislamiento y, por tanto, frenar la propagación del SARS-CoV-2. Una tarea para la que las redes móviles 4G y 5G han desempeñado un papel clave.
Países como Corea del Sur, China o Taiwán han aprovechado sus inversiones en este tipo de infraestructuras tecnológicas para proteger y mejorar la salud de sus naciones. Una apuesta que queda reflejada si atendemos a datos como la tasa de mortalidad reportada en estos países por cada 100.000 habitantes en comparación con las alcanzadas en Europa y Estados Unidos.
Taiwán reporta una tasa de 0, China de 0,3, Singapur de 0,4 y Corea del Sur de 0,5; frente a España con 59,8, Italia con 53,4, Reino Unido con 53, Francia con 43,2 o Estados Unidos con 28,4. Cabe destacar el buen dato de Uruguay, pionero en el continente americano en el uso de la tecnología contra la Covid-19. Atendiendo a estos datos vemos el papel fundamental que han jugados los datos y la utilización de los modelos digitales de gestión sanitaria.
El poder disponer de un ingente volumen de datos relacionados con la geolocalización de los ciudadanos ha posibilitado a las autoridades sanitarias establecer un seguimiento preciso de los focos de infección y poder proceder así a su rápido aislamiento.
Pero no basta con poseer el Big Data. Es necesario contar con infraestructuras que permitan recibir los datos de forma rápida para su procesamiento y que sean compartidos con los algoritmos adecuados. En este sentido cabe señalar que, mientras las redes Wifi convencionales permiten 250 conexiones por punto de acceso, el 4G puede acomodar 10.000 conexiones por antena. En el caso de las redes 5G, la cifra se incrementa hasta alcanzar los varios millones.
EL MODELO DE COREA DEL SUR
Corea del Sur ha sido el primer país del mundo en desplegar la red 5G. Hecho que encuentra su origen en dos grandes factores. El primero de ellos apunta directamente a la experiencia previa de la crisis del MERS que obligó al país a realizar importantes inversiones en nuevas redes y protocolos de actuación. 
El segundo factor responde a la facilidad para obtener y tratar cantidades ingentes de datos y la localización de los enfermos para poner fin a las cadenas de transmisión.
“Hay dos principios que consideramos fundamentales para combatir la Covid-19: el primero es que la participación ciudadana debe primar la transparencia; el segundo es emplear recursos creativos y tecnología de último nivel para desarrollar los métodos de respuesta más efectivos”, explica Kim Gang-lip, viceministro de Sanidad de Corea del Sur.
“Hay dos principios que consideramos fundamentales para combatir la Covid-19: el primero es que la participación ciudadana debe primar la transparencia; el segundo es emplear recursos creativos y tecnología de último nivel para desarrollar los métodos de respuesta más efectivos”
El 19 de abril de 2019 Corea del Sur lanzaba su 5G. Sus tres grandes operadoras (KT, SK Telecom y LG Uplus) desplegaron la red con el apoyo de Samsung, Huawei y Ericsson y han logrado hasta triplicar la velocidad de intercambio de datos.
CHINA, EJEMPLO DEL USO DE LA TECNOLOGÍA
China se posiciona como el país más desarrollado en términos de tecnología y es un ejemplo de cómo utilizarla a la hora de combatir el coronavirus. Mediante el uso de una aplicación móvil los responsables de sanidad han podido controlar en todo momento a sus ciudadanos.
Un sistema al que se suma el uso del sistema de Inteligencia Artificial basado en tomografía escaneada capaz de detectar casos de SARS-CoV-2 desarrollado por el Instituto de Investigación Damo Academy de Alibaba.
La red 5G se ha desarrollado velozmente en China desde junio de 2019, aprovechando la crisis provocada por el coronavirus para su mejora y extensión. A finales del mes pasado se habían construido más de 198.000 estaciones base 5G instaladas por Huawei y ZTE.
La atención médica, la educación o el trabajo remoto han sido tres de las áreas en las que se ha presenciado un uso más rápido y extenso de esta tecnología según declaraciones del ministro de Industria y Tecnología Informática de China, Wen Ku.
Ante esta fotografía el regulador chino ha instado a las operadoras a que aceleren el despliegue de las redes 5G. No solo para continuar combatiendo de forma eficaz la pandemia sino para frenar sus consecuencias económicas y sociales ya que el 5G posibilita el teletrabajo, la gestión industrial remota, la telepresencia o las videollamadas.
TAIWÁN Y EL CONTROL DE SÍNTOMAS
Taiwán ha apostado por un sistema informático para el registro sanitario de cada viajero. Una medida que ha permitido a las autoridades controlar quién tenía síntomas. A través de los teléfonos móviles se ha podido controlar la ubicación de cada uno de los contagiados.
El 5G posibilita el teletrabajo, la gestión industrial remota, la telepresencia o las videollamadas
Todos los viajeros que han querido abandonar el país han tenido que completar una declaración de salud electrónica a través de la que quedaban registrados en dicho sistema.
Mediante un código QR, las autoridades podían clasificar rápidamente en los controles qué pacientes tenían más riesgo. Gracias a las conexiones móviles, el registro sanitario taiwanés contaba con información en tiempo real sobre los viajeros con riesgo y han puesto esos datos al alcance de hospitales y farmacias.
Los ejemplos presentados a lo largo de estas líneas muestran cómo la tecnología se ha convertido en el mejor de los aliados a la hora de combatir contra un enemigo invisible como es el coronavirus.
El uso del Big Data y las aplicaciones para el control de los casos y frenar la expansión del virus ha sido fundamental; así como el empleo de la Inteligencia Artificiala la hora de secuenciar el genoma del SARS-CoV-2 y la impresión 3D de piezas para la fabricación de respiradores.
La fotografía planteada por la forma en la que estas naciones han apostado por las tecnologías de vanguardia en esta pandemia revela la necesidad de evolución de la asistencia sanitaria. Esta debe avanzar hacia un modelo menos presencialista por lo que se requieren conexiones de mayor capacidad y velocidad. Hecho fundamental a la hora de mejorar la asistencia en áreas alejadas de los grandes núcleos urbanos, así como para prestar una atención precisa y reducción de los tiempos de respuesta.