España afronta la quinta ola de la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2 marcada por el avance de la campaña de vacunación masiva contra la COVID-19. La progresiva inmunización de la población está evitando que los miles de nuevos contagios que se producen cada día se traduzcan en una mayor presión asistencial de forma repentina llevando a nuestro sistema sanitario, de nuevo, al borde del colapso. A pesar del freno que las vacunas están suponiendo, los profesionales sanitarios continúan sometidos a una preocupante presión acumulada ya desde hace más de un año y medio.
Diversos estudios han abordado y abordan el impacto que la pandemia está teniendo en nuestra primera línea de defensa frente al virus: los sanitarios. Profundizando en la reciente evidencia encontramos un estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres y cuyos resultados han sido publicados en el British Journal of Nursing. Se trata de la primera investigación que evalúa la salud mental de los profesionales sanitarios que han trabajado en las UCI.
Se han evaluado los casos de 515 trabajadores de UCI en siete países diferentes (Reino Unido, Francia, Italia, Taiwán, Bélgica, Egipto y China) durante la pandemia y la conclusión principal del estudio es alarmante: el 48% presenta signos de afecciones relacionadas con su salud mental. Entre estas destacan depresión, insomnio y trastorno de estrés postraumático. La salud mental de estos trabajadores ha sido evaluada mediante la utilización de un cuestionario detallado y un sistema de puntuación clínica.
El estudio señala hasta un 40% más de posibilidades de desarrollar este tipo de problemas en aquellos trabajadores de UCI que pasaron más de seis horas con el equipo de protección individual puesto (EPI), a lo largo de un día en comparación con los que no lo hicieron.
“Este es un estudio oportuno que actúa como un claro recordatorio de los desafíos personales a los que se enfrenta el personal de atención médica como resultado de la COVID-19. Como ocurre con la sociedad en general, las enfermedades mentales del personal sanitario siguen siendo un tema tabú para muchos”, expresa el doctor Ahmed Ezzat, autor principal del estudio e investigador clínico honorario del Imperial College de Londres.
"Las enfermedades mentales del personal sanitario siguen siendo un tema tabú para muchos", expresa el doctor Ahmed Ezzat, autor principal del estudio
“Recientes campañas públicas han iniciado el debate, pero tenemos un largo camino por recorrer. La COVID-19 ha exacerbado gravemente el problema y nuestra preocupación es cómo se ha agotado la capacidad de recuperación del personal y qué recursos nacionales a medio y corto plazo establecen los responsables políticos para proteger a esta fuerza laboral frente a las enfermedades mentales graves”, asevera el doctor.
Por su parte el doctor Matthieu Komorowski, co-autor del estudio y profesor en el Departamento de Cirugía y Cáncer del Imperial College señala que “la pandemia ha afectado a la salud física y mental de los trabajadores de la salud en todo el mundo”.
“La gran cantidad de pacientes ingresados en los hospitales en el momento álgido de la pandemia ha generado una demanda y una presión considerables sobre las UCI y su personal”, explica tal y como recogen en News Medical. “Al informar sobre la salud mental de los trabajadores de primera línea se ha hecho poco para evaluar el impacto de la pandemia en aquellos que estaban tratando con los pacientes más enfermos en las UCI”.
A pesar de que la carga para la salud mental de los trabajadores sanitarios es un tema sobre el que cada vez se posa más el foco, todavía existe una significativa falta de datos, especialmente sobre los profesionales que desempeñan su labor en las UCI. En este sentido y retomando los datos arrojados por el estudio, el 37% de los sanitarios encuestados excedía el umbral de signos de la depresión, el 78% padecía insomnio y el 28% había desarrollado trastorno de estrés postraumático.
El 57% de los participantes en el estudio ha afirmado sentirse “muy” o “extremadamente preocupado por infectarse”, mientras que el 21% declaraba estar “muy” o “extremadamente preocupado por morir después de infectarse”. El 88% se ha mostrado a favor de que se debería ofrecer más tiempo libre al personal sanitario y el 85% está a favor de que se ofrezcan sesiones de asesoramiento individual para tratar los problemas desarrollados como consecuencia de la lucha contra el virus.
Los autores del estudio reconocen que este tiene algunas limitaciones ya que los sujetos de la muestra no fueron seleccionados al azar lo que podría derivar en problemas de representatividad. Dejando a un lado cuestiones metodológicas como esta, los resultados son un fiel y preocupante reflejo de la fotografía real de nuestros sanitarios y su salud mental sobre la que debería prestarse una mayor atención social, profesional y gubernamental.
“El estrés relacionado con el trabajo está bien documentado en los trabajadores de la salud y es una situación que se ha agravado con la pandemia. Los resultados de este estudio sugieren que todo el personal de UCI debe tener acceso a una asistencia de salud mental temprana y efectiva”, concluyen los autores del estudio.