‘¿Es posible optimizar la estrategia en la lucha contra el virus de la Covid-19 en España?’. Es el título de un documento de consenso firmado por 32 expertos sanitarios españoles integrado por médicos, virólogos, epidemiólogos, microbiólogos y economistas y donde plantean “medidas alternativas” que consideran “críticas en la lucha contra la pandemia Covid-19 para España, en base a una estrategia integral”.
En el informe, plantean cinco “recomendaciones clave” para llevar a cabo esta estrategia. La primera es el uso de la mascarilla de forma “universal” y con la “obligación de llevarla en cualquier espacio público” mientras siga habiendo focos de transmisión comunitaria en toda España. Defienden que se trata de “una de las barreras contra la dispersión del virus más efectiva”.
Estos profesionales sanitarios apuestan por cumplir el ratio de "un rastreador cada 4.000-5.000 habitantes"; además, sugieren que la app de rastreo sea descargada por "al menos un 60 % de la población"
En segundo lugar, con respecto a la detección precoz de casos, apuestan por cumplir el ratio de “un rastreador cada 4.000-5.000 habitantes”. Éstos, además, deberán recibir la formación correspondiente, supervisada por el Ministerio de Sanidad, y proponen que sean “independientes del personal dedicado a tareas puramente sanitarias-asistenciales, pero en comunicación con atención primaria”. Además, defienden que se invierta en el rastreo de aguas fecales “con el objetivo de aplicar medidas de detección añadidas”.
En lo relativo al uso de la tecnología, estos expertos apuntan que aunque es “urgente” que se desarrolle una app, ésta deberá utilizarse “como apoyo en el rastreo de posibles brotes” y que sean “optativas”. Creen que “al menos un 60 % de la población” debe descargársela.
Por otra parte, inciden en la necesidad de “asegurar la capacidad de realización de RT-PCR y pruebas serológicas” y de crear dispositivos de realización de PCR “masivas” si se llega a una fase de “transmisión comunitaria no controlada”. Además, mencionan la posibilidad de aprobar un plan rector “para la suma de la potencia de centros e institutos de investigación en caso de ser necesaria mayor capacidad de PCR diarias”.
Mientras, la última recomendación versa sobre las actividades complementarias de prevención de la infección. Para ello, proponen implementar el control y desinfección de espacios públicos “sobre todo en las zonas básicas de salud que demuestren aumento de casos o degradación de los indicadores cuantitativos propuestos”. Por otra parte, subrayan la importancia de llevar a cabo campañas de información y concienciación periódicas “especialmente dirigidas a la población joven/adolescente a través de las redes sociales”.
“LA CONVIVENCIA CON EL VIRUS ES MEJORABLE”
Al inicio del documento, estos expertos sanitarios proponen una “estrategia complementaria” que esté basada “en la detección predictiva” marcando como diana de estudio a “cualquier persona previamente a la posible manifestación de síntomas por infección con SARS-CoV-2”. En este sentido, señalan que la actual estrategia “basada exclusivamente en la ‘convivencia’ con el virus es mejorable si realmente pretendemos la detección precoz”.
En el documento, ponen de ejemplo a Corea del Sur o China por emplear una estrategia “agresiva en la detección, control y erradicación del virus, realizando pruebas de PCR masivas y minimizando aislamientos y mortalidad”
En su lugar, defienden una estrategia “basada en la prevención, intentando evitar en lo posible el aislamiento prolongado y la llegada del paciente al hospital, considerando esta como un fracaso del sistema de contención”. En la misma línea, consideran que la estrategia actual “ha fracasado en los intentos llevados a cabo por países como Suecia, Reino Unido o Estados Unidos”, además de creer que se trata de una vía “mucho más costosa”. Por su parte, ponen de ejemplo a Corea del Sur o China por emplear una estrategia “agresiva en la detección, control y erradicación del virus, realizando pruebas de PCR masivas y minimizando aislamientos y mortalidad”.
Para cambiar de rumbo, los más de 30 expertos sanitarios presentan una “declaración de intenciones” con varios pilares clave. Entre ellos, destacan las propuesta de “invertir en que las personas sin síntomas no se conviertan en enfermos graves”; de propiciar una “búsqueda activa y enérgica de posibles casos positivos”; de acotar las búsquedas a “zonas básicas de salud concretas”; de impulsar un “cribado selectivo o masivo de pruebas PCR”; de utilizar la tecnología “como elemento aglutinador”; de hacer una “revisión de resultados de las estrategias”; de incidir en la “concienciación social a través de la publicidad masiva”; de “invertir en el sistema a largo plazo” y de fomentar la “cohesión del sistema sanitario”.