Según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y el Registro Español de Donantes de Médula (Redmo), si continúa el ritmo actual, España alcanzará los 400.000 donantes de médula ósea a finales de 2018. En vísperas del Día Mundial del Donante de Médula Ósea, que se conmemora mañana, el Grupo Español de Trasplante Hematopoyético y Terapia Celular (GETH), perteneciente a la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha dado las gracias "a todos los donantes que, con su altruismo, hacen posible que, a día de hoy, haya más de 34 millones de registros a nivel mundial".
"Las campañas de donación de médula ósea tienen un gran valor porque ayudan a que la población recuerde la importancia de este gesto solidario, especialmente, entre los jóvenes y las minorías étnicas", ha señalado Carlos Solano, jefe del Servicio de Hematología del Hospital Clínico de Valencia y presidente del GETH. "Sin embargo, dichas campañas deberían ser más regulares y programadas para evitar donaciones puntuales y masivas, que pueden saturar el procedimiento de tipaje e incorporación al Redmo", ha añadido.
"Las campañas de donación de médula ósea tienen un gran valor porque ayudan a que la población recuerde la importancia de este gesto solidario, especialmente, entre los jóvenes y las minorías étnicas"
Recientemente, la ONT estableció los 40 años como edad límite a la hora de registrarse como donante de médula ósea. "Aunque la donación entre familiares sigue permitiendo recurrir a donantes de hasta 70 años, los estudios disponibles de trasplantes de progenitores hematopoyéticos (TPH) en Europa y Estados Unidos nos indican que los resultados son mejores cuando la edad del donante es menor de 40. De hecho, la inmunidad del paciente se recupera más rápido, disminuyendo las infecciones y la incidencia de complicaciones, como puede ser la enfermedad de injerto contra huésped", asegura el experto.
Según datos del GETH, en 2017 se alcanzó un máximo histórico en España, con 3.321 TPH. Desde la SEHH recuerdan que el TPH es efectivo, casi exclusivamente, en neoplasias hematológicas, fundamentalmente en leucemias agudas y crónicas, linfomas y mieloma múltiple. Asimismo, está indicado en enfermedades hematológicas graves no neoplásicas, como la aplasia medular, ciertas inmunodeficiencias congénitas o en algunas formas de talasemia, que afectan especialmente a la población pediátrica. De forma general, a través de un TPH se consigue alcanzar la curación de todas estas patologías en el 50%-60% de los pacientes, aunque la tasa de curación depende mucho de la situación en la que se realice el trasplante.
Desde la SEHH recuerdan que el TPH es efectivo, casi exclusivamente, en neoplasias hematológicas, fundamentalmente en leucemias agudas y crónicas, linfomas y mieloma múltiple
Dentro de los TPH, los trasplantes haploidénticos se han incrementado notablemente en los últimos años, realizándose un total de 350 en 2017. "El aumento ha sido muy rápido puesto que, hace cinco años, se llevaron a cabo únicamente 70. El éxito de este tipo de trasplantes se debe a la fácil disponibilidad de un donante familiar, aunque sea incompatible, porque con las nuevas metodologías de trasplante, los resultados se están equiparando a los obtenidos con otros donantes (emparentados o no emparentados)", comenta el doctor.
El crecimiento del trasplante haploidéntico discurre en paralelo a la disminución de trasplantes de sangre de cordón umbilical. En palabras del presidente del GETH, "hasta ahora, se recurría al trasplante de SCU cuando no se disponía de un hermano o donante no emparentado HLA idéntico, o cuando el trasplante era muy urgente. En estos momentos, gracias al TPH haploidéntico, contamos con un donante inmediato en la gran mayoría de los casos".