Los padres de niños en edad escolar o los adultos que tienen contacto frecuente con niños, presentan más riesgo de contraer escarlatina o fiebre escarlata que el resto de personas. En este sentido, si la persona presenta dolor de garganta y sarpullido, podría padecer la enfermedad.
Para averiguar si esto es así, el médico deberá hacer una prueba rápida de estreptococos. En caso de que el resultado sea positivo, los antibióticos ayudarán a que se sienta mejor más rápido, además de prevenir los problemas de salud a largo plazo. Por otro lado, los antibióticos también pueden proteger a los demás contra la enfermedad.
La escarlatina es una enfermedad causada por un grupo de bacterias llamado Streptococcus del grupo A, que producen una toxina causante de un sarpullido escarlata, que da el nombre a la patología. Suele ser mucho más común en niños que en adultos, de modo que se presenta con mayor frecuencia en menores de cinco a 15 años.
Los entornos que reúnen grupos grandes de niños son uno de los principales focos de infección
Sin embargo, debido a que estos estreptococos son muy contagiosos y se transmiten por contacto cercano con personas infectadas, los entornos que reúnen grupos grandes de niños son uno de los principales focos de infección. Por ello, suele transmitirse en escuelas y guarderías infantiles.
Así, las personas infectadas propagan las bacterias a través de gotitas respiratorias o por contacto directo. Además, es importante saber que hay personas infectadas que no presentan síntomas, pero que es posible que contagien igualmente, aunque en menor medida que aquellos que sí los tienen.
En lo relativo a los síntomas, la escarlatina es una infección leve que generalmente comienza con fiebre y dolor de garganta. Los escalofríos, el dolor al tragar, los dolores de cabeza o en el cuerpo, el dolor de estómago y las náuseas o vómitos son otros de los síntomas que pueden hacer sospechar de que se padece la enfermedad.
Por otro lado, una persona infectada por la enfermedad también puede presentar signos físicos, como un recubrimiento blancuzco en la lengua al principio de la enfermedad o puntitos rojos en el paladar. A parte, la escarlatina se caracteriza por un sarpullido rojo áspero, así como un enrojecimiento intenso de la piel en los pliegues de las axilas, los codos y las ingles.
Los antibióticos reducen el tiempo de enfermedad, alivian los síntomas, previenen la transmisión de las bacterias a otras personas y previenen las complicaciones graves
Estos síntomas, sin embargo, pueden confundirse con otro tipo de enfermedades. Para evitar el error, el médico realiza una prueba de detección de estreptococos, que puede ser rápida o por cultivo de muestras de garganta. En caso de que las pruebas den positivo, el médico recetará antibióticos.
Los antibióticos reducen el tiempo de enfermedad, alivian los síntomas, previenen la transmisión de las bacterias a otras personas y previenen las complicaciones graves, como puede ser la fiebre reumática. Es importante que el medicamento se tome tal y como el médico lo ha pautado.
En caso de que se haya contraído la enfermedad, es recomendable que la persona se quede en su casa y no acuda al trabajo, escuela o guardería hasta que no haya fiebre y se hayan tomado los antibióticos por al menos 12 o 14 horas. Sin embargo, es fundamental consultar con el médico cuánto tiempo se debe quedar en casa después de comenzar con la medicación.