La Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza en que permitir y posibilitar que los niños pequeños alcancen su pleno potencial de desarrollo es un derecho humano y un requisito esencial para el desarrollo sostenible. A lo largo de las últimas décadas ha aumentado de forma significativa el interés en el desarrollo de la primera infancia a nivel global, pero el problema reside en que las herramientas que cuentan con validación en el escenario internacional para evaluar el desarrollo de los niños menores de tres años a nivel de población continúan siendo escasas.
Con este telón de fondo la OMS ha presentado las denominadas como Escalas Globales para el Desarrollo Temprano (GSED, por sus siglas en inglés). Este paquete de medidas es el resultado de la combinación de los esfuerzos existentes para el desarrollo de una nueva metodología armonizada que permita la evaluación de los niños hasta los 36 meses de edad. La OMS incide en que estos parámetros son culturalmente neutrales, fáciles de administrar, de libre acceso y aceptables y comprensibles tanto para los cuidados como para los niños.
El GSDE ofrece una nueva metodología que permite la evaluación integral del desarrollo de los niños mediante el análisis de sus habilidades cognitivas, socioemocionales, de lenguaje y motrices. Estas ofrecen además un sistema de puntuación que reporta una imagen general del desarrollo del menor y que puede ser rastreado a lo largo del tiempo. Este sistema de puntuación se fundamenta en distintos informes orientados a la evaluación población y programática del niños.
La OMS incide en que estos parámetros son culturalmente neutrales, fáciles de administrar, de libre acceso y aceptables y comprensibles tanto para los cuidados como para los niños
Entre estos encontramos informes breves de los cuidadores (SF, por sus siglas en inglés), informe sobre el hogar del cuidador (HF, por sus siglas en inglés), informe de los cuidadores sobre las habilidades psicosociales de los niños (PF, por sus siglas en inglés), así como otros destinados a evaluar el desarrollo de los pequeños en las áreas descritas anteriormente.
Las medidas con las que se contaba hasta este momento habían sido diseñadas para realizar la monitorización del desarrollo de los niños después de los 24 meses. Muchas de estas carecían de la consideración suficiente para la diversidad de contextos en los que se crían los pequeños, lo que no solo limitaba su eficacia sino que también establecía importantes sesgos. Con el objetivo de no repetir los mismos errores el GSDE se ha desarrollado teniendo como base un conjunto de datos recopilados a través 51 cohortes de 32 países. Un importante dato a destacar en este sentido es que 30 de estos son naciones de medios y bajos ingresos.
“De la misma forma que se mide la estatura y el peso de los niños para verificar que están creciendo lo mejor que pueden físicamente, el GSED ahora permitirá que el desarrollo de los niños se mida de manera integral”, ha explicado la directora de Salud Mental y Uso de Sustancias de la OMS, Dévora Kestel. “Estas nuevas medidas nos ayudarán a garantizar que ningún niños se quede atrás, como se establece en los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Desde la OMS argumentan que el desarrollo de las herramientas del GSED requiere de rigurosas pruebas de campo para evaluar el funcionamiento del sistema. La validación se ha completado en tres países en la primera ronda (Bangladesh, Pakistán y la República Unida de Tanzania), y se encuentra en curso en cuatro más (Brasil, Costa de Marfil, República de China y Países Bajos). Una vez se complete la segunda ronda, a finales de 2023, se revisarán los resultados tras completar la validación del sistema en estos países.