Los nombres de los medicamentos suelen ser complejos y en muchas ocasiones tienden a confusión entre los pacientes. Sobre todo sucede con aquellos cuyas denominaciones son prácticamente idénticas. Todo ello puede dar lugar a errores de medicación que pueden poner en riesgo el correcto seguimiento del tratamiento por parte de los pacientes con los consecuentes problemas de adherencia, entre otros.
El Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos, delegación española del Institute for Safe Medication Practices (ISMP), es una organización multidisciplinar sin ánimo de lucro dedicada a promover la seguridad y mejorar la calidad del proceso de utilización de los medicamentos. Su finalidad es prevenir los errores de medicación y reducir los acontecimientos adversos por medicamentos.
Las instituciones sanitarias, los profesionales y los pacientes deben tomar medidas para prevenir los errores de confusión en los nombres de los fármacos
Desde este organismo se especifica que este tipo de errores ocurren fundamentalmente por la similitud existente entre los nombres comerciales de los fármacos, entre los nombres genéricos o entre ambos. Los errores por esta causa pueden ocurrir en cualquier etapa del sistema de utilización de los medicamentos, desde la prescripción a la administración, pasando por el almacenamiento, la transcripción o la dispensación.
Asimismo, los expertos señalan que hay diversos factores que aumentan el riesgo de confusión en los nombres de los medicamentos, como son una prescripción manuscrita poco legible, la coincidencia en la forma farmacéutica, dosis o intervalo de administración, la similitud en la apariencia del etiquetado o envasado, o el desconocimiento del nombre del medicamento (sobre todo en lo que se refiere a fármacos de reciente comercialización.
RECOMENDACIONES PARA PREVENIR ERRORES
Desde este organismo se aconseja que las instituciones sanitarias, los profesionales y los pacientes tomen medidas para prevenir los errores de confusión en los nombres de los fármacos. Recomiendan, por ejemplo, revisar periódicamente los nombres de los medicamentos que disponen en el centro sanitario en cuestión que se prestan a confusión y elaborar al menos anualmente una lista reducida con aquellos que tienen un mayor riesgo de ocasionar daño a los pacientes si se confunden.
En los hospitales, antes de incluir un medicamento en la guía farmacoterapéutica se debe evaluar el posible riesgo de confusión con los nombres de los medicamentos ya disponibles. También cuando se cambia de proveedor como resultado de modificaciones en los contratos de compra.