La enuresis nocturna o mojar la cama por las noches de manera involuntaria es un trastorno con consecuencias mucho más importantes de lo que la sociedad piensa y son los niños, adolescentes y adultos quienes la sufren normalmente en silencio.
Mojar la cama provoca alteraciones del sueño y se relaciona estadísticamente con una mayor tasa de fracaso escolar, pues no se produce por un descanso reparador. La enuresis es un estigma social y un trastorno con proyección muy negativa sobre la vida del niño y su familia. Además, existe una estrecha relación con otras patologías como el estreñimiento, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDHA) y síndrome obstructivo del sueño (SAOS).
El Dr. Javier Quintero, jefe del Servicio de Psiquiatría y de Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid y director de Psikids, ha participado en la reunión de trabajo sobre enuresis que se ha celebrado en Madrid con el apoyo de Ferring. Según indica el doctor, "suele haber un menoscabo de autoconcepto y de la autoestima. Si, por ejemplo, hay un plan de acudir a dormir a casa de un amigo, el niño intentará evitarlo, porque no se va a sentir seguro durmiendo fuera de casa. En consecuencia, la enuresis primero afecta a la autoestima del niño para, adicionalmente, tener consecuencias en sus interacciones con los demás niños; y ello, en el contexto de desarrollo normal de un niño entre seis y ocho años, indiscutiblemente empieza a ser un problema adicional, que acaba derivando en sintomatología ansiosa, fundamentalmente, y depresiva en un segundo tiempo".
"La enuresis afecta en torno a un 10% de los niños de más de cinco años y al 5% de los pequeños de 10 años. y en la adolescencia, podría impactar al rededor del 3%"
"La enuresis afecta en torno a un 10% de los niños de más de cinco años y al 5% de los pequeños de 10 años. En la adolescencia, podría impactar a alrededor del 3% y, en ocasiones, persiste durante la etapa adulta", indica la Dra. Almudena Sáncehz, pediatra del CAP Les Hortes de Barcelona, otra de las ponentes del encuentro. Extrapolando estos porcentajes con los datos del INE, puede decirse que hay unos 500.000 niños enuréticos en España. No obstante, al revisar las series de niños en las que consta dicho diagnóstico, el número de casos es menor, ya que es un problema infradiagnosticado e infratratado, no recibiendo el manejo y tratamiento adecuados.
Las consecuencias se agravan cuando hablamos de adolescentes o incluso de adultos. "En los adolescentes observamos un mayor impacto si cabe, ya que en la adolescencia lo social cobra un peso fundamental. En esta etapa se va a forjar todo lo que tiene que ver con la construcción de la personalidad o el afrontamiento, y el adolescente lo va a referenciar a su grupo, por lo que ese concepto de grupo es muy importante y la sensación de inseguridad que transmite al niño la enuresis, puede tener un impacto más allá de lo evidente a simple vista", asegura el Dr. Quintero.
La enuresis nocturna, que constituye un problema de salud importante en niños y adolescentes, se define como "el escape de orina durante el sueño, sin que se produzca el despertar a partir de los 5 años, entre dos veces por semana o de una vez al mes según los criterios, del DSM-5 (Diagnostic and Statistical Manual o Mental Disorders) y de la Sociedad Internacional de Continencia de los Niños", indica la Dra. Sánchez.
A partir de los cinco años tiene una tasa de curación espontánea alta, pero las investigaciones indican que la intervención temprana hace que los niños dejen de mojar la cama antes y sus complicaciones sean más leves y desaparezcan antes
Las causas principales son un fallo en el mecanismo al despertar, ya que el niño enurético no despierta cuando la vejiga está en un grado suficiente de distensión, la alteración del ciclo circadiano de la vasopresina (hormona antidiurética), que hace que la producción de orina no disminuya por la noche y la inestabilidad vesical con contracciones involuntarias del músculo detrusor, entre otras.
La enuresis tiene solución, en la mayoría de casos con tratamiento farmacológico. A partir de los cinco años tiene una tasa de curación espontánea alta, pero las investigaciones indican que la intervención temprana hace que los niños dejen de mojar la cama antes y sus complicaciones sean más leves y desaparezcan antes. Por eso, los expertos coinciden en recomendar la consulta con el pediatra si, pasados los 5 años, el niño sigue mojando la cama.
Además, recomiendan reducir la ingesta de líquido a partir de la merienda y evitar cenas abundantes. También hacer pis unas seis veces o más al día (desayuno, media mañana, comida, merienda, cena y al acostarse).