Los niños pequeños y los mayores de 60 años son los grupos de pacientes que más acuden a los servicios de urgencias debido, principalmente, a las infecciones respiratorias y las urinarias. De hecho, entre el 10 y el 15% de las consultas atendidas en estos servicios son de carácter infeccioso.
“El tratamiento de las infecciones en estos servicios presenta algunas dificultades como el reconocimiento y tratamiento de infecciones por microorganismos multirresistentes o la posibilidad, cada vez más real, de hacer frente a una patología exótica no habitual en nuestro medio. Esta puede llegar a urgencias directamente desde un aeropuerto, por ejemplo, con un cuadro que represente una grave amenaza para la salud pública”, indica Ramón Cisterna, presidente de la Asociación de Microbiología y Salud (AMYS).
“Cada vez hay un mayor interés por parte de los profesionales de Urgencias en formarse sobre las infecciones"
Además, el experto apunta que la expansión de infecciones por microorganismos resistentes a antibióticos de uso común ha tenido una relación directa con el número de consultas por enfermedades infecciosas en los Servicios de Urgencias. “Nos encontramos ante un panorama nada favorable en el mundo de la resistencia a los antimicrobianos, algo que repercute directamente en los Servicios de Urgencias. Por ello, una información ajustada al entorno en que se desenvuelven y una actualización constante ayudarán a mejorar al paciente con infección que acude a Urgencias”, señala el Dr. Cisterna.
En este sentido, resulta cada vez de mayor importancia la formación de los especialistas de esta especialidad en el tratamiento concreto de las infecciones. De hecho, el presidente de la AMYS apunta que “cada vez hay un mayor interés por parte de los profesionales de Urgencias en formarse sobre las infecciones. Es más, la SEMES (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias) tiene entre sus grupos de trabajo más notables el de la infección con actualizaciones y puestas al día constantes”.
Los desafíos a los que se enfrentan estos profesionales y que influyen en su formación son los mismos que encaran el resto de especialistas vinculados al mundo de la infección. A ellos hay que añadir el carácter de la urgencia, que se refleja en la ansiedad, angustia, miedos y prisas que presenta el paciente.
En opinión de Cisterna, “sin duda, el reconocimiento rápido de la patología infecciosa, diferenciar si se enfrenta a una enfermedad más o menos leve o a un cuadro grave -como es una sepsis con la que deben tomar medidas de soporte inmediatas- y el reto de las resistencias a antimicrobianos son los desafíos más importantes en este ámbito”.