¿Cómo ha cambiado la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 la investigación sobre el cáncer? Esta ha sido una de las cuestiones debatidas en el cuarto taller online interactivo organizado por el Grupo Mediforum, en colaboración con MSD, bajo el título “COVID-19 y enfermedad oncológica: ¿qué hemos aprendido?”. Un punto de encuentro que ha contado con la participación de Enriqueta Felip, jefa del Grupo de Tumores Torácicos y Cáncer de Cabeza y Cuello del Hospital Vall d’Hebron (Barcelona); y Enrique Grande, jefe del Servicio de Oncología de MD Anderson Cáncer Center (Madrid), bajo la moderación de Juan Blanco, CEO del Grupo Mediforum.
Después de una primera ola de la pandemia en la que reinó la incertidumbre, no solo por desconocer cómo el virus podrá afectar a los pacientes oncológicos, sino también por las consecuencias derivadas de la interrupción de algunos tratamientos, programas de cribado e investigación, la situación comienza poco a retomar cierta parte de la normalidad previa a la llegada de la Covid-19.
“Desde el punto de vista de la investigación, no podemos permitirnos parar. El cáncer es otra pandemia y es la primera o segunda causa de muerte en nuestro país. Todo esto se frenó aunque parte se ha conseguido salvar”, comienza el debate explicando Grande, añadiendo la cuestión de la alfabetización tecnológica que se ha producido como consecuencia de la pandemia ante las necesidades de comunicación y atención de los pacientes oncológicos.
“Gracias al esfuerzo de los pacientes se han mantenido y reflotado los estudios. Es una oportunidad para conseguir nuevos tratamientos y estrategias. No hay que parar de seguir investigando el cáncer”
Ambos expertos coinciden a la hora de señalar que la situación ha mejorado y ha aumentado la confianza en los pacientes ante la mejoría de la situación epidemiológica. “La confianza de todos es mucho mayor ahora. Los retrasos, si los hay, no son nada comparable a los de las dos primeras olas. Las cosas están bien, no como antes, pero aproximándonos a antes de la pandemia”, añade.
“Tenemos una situación buena. En la segunda ola recuperamos en términos de diagnóstico y tratamiento”, comparte Felip, destacando que el coronavirus “nos ha recordado la necesidad de flexibilidad”.
“En cuanto a la atención de los pacientes algo ha cambiado. Vemos si algunas consultas pueden realizarse de forma telemática y analizar la posibilidad de telemedicina. Nuestra flexibilidad y el tema de la virtualidad para algunas reuniones se mantiene lo que se traduce en contar con más tiempo para hacer otras cosas”, señala.
En términos de aprendizajes y avances en el campo de la investigación, Grande pone el foco en los Comités de Tumores Virtuales: “Todos estamos aprendiendo. Los Comités de Tumores Virtuales hemos aprendido a que podemos estar en distintos sitios y comentar los casos de los pacientes. Esta flexibilidad es fundamental”.
“Gracias al esfuerzo de los pacientes se han mantenido y reflotado los estudios. Es una oportunidad para conseguir nuevos tratamientos y estrategias. No hay que parar de seguir investigando el cáncer”, ha recalcado Felip, poniendo como ejemplo la rapidez con la que se han desarrollado las vacunas contra la Covid-19. “Ahora ya no necesitas explicar a los pacientes qué es un ensayo clínico y su importancia”, añade Grande poniendo en valor los aprendizajes relativos a la ciencia que se han adquirido a nivel sociedad.
“España es un país modelo en la investigación en cáncer. Los grupos cooperativos españoles han dado estudios académicos que han ayudado a la comprensión de los tumores sólidos e incluso potenciado la aprobación de algunos fármacos”, concluye el jefe del Servicio de Oncología de MD Anderson Cáncer Center.