Los alimentos nocivos provocan cada año más de 600 millones de casos de enfermedades transmitidas por los alimentos, de acuerdo con los datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El 30% de las muertes provocadas por enfermedades transmitidas por los alimentos se producen en menores de cinco años y la OMS estima que, cada año, se pierden 33 millones de años de vidas saludables en todo el mundo debido al consumo de alimentos inseguros. Una cifra sobre la que aclaran que, probablemente, esté subestimada.
Dentro de las enfermedades transmitidas por alimentos ocupan un lugar destacados las zoonóticas. Estas están causadas por infecciones que se propagan entre animales y personas y su gravedad varía desde las más leves hasta aquellas que son potencialmente mortales. Tal y como informan desde la European Food Safety Authority (EFSA, por sus siglas en inglés), las enfermedades zoonóticas transmitidas por los alimentos son causadas por el consumo de alimentos o agua contaminados por microorganismos patógenos (causantes de las enfermedades), como bacterias, parásitos o virus.
Estos microorganismos penetran en nuestro organismo a través del tracto gastrointestinal donde, a menudo, se inician los primeros síntomas. Lo más habitual es que estos microorganismos estén presentes en los intestinos de los animales productores de alimentos por lo que los riesgos de contaminación están presentes desde los centros de crianza hasta que llegan a nuestra mesa, lo que requiere de sólidas y exhaustivas estrategias de prevención y control durante toda la cadena alimentaria.
En la Unión Europea se notifican más de 350.000 casos humanos cada año de enfermedades zoonóticas transmitidas por alimentos, aunque es probable que esta cifra sea en realidad mucho mayor. La EFSA informa de que las enfermedades transmitidas por alimentos más comunes son las transmitidas por Campylobacter, Salmonella, Yersinia, E. coli y Listeria.
Estos microorganismos penetran en nuestro organismo a través del tracto gastrointestinal donde, a menudo, se inician los primeros síntomas
Si atendemos a cuáles son las causas más comunes de enfermedades transmitidas por los alimentos, destacan:
- Bacterias: Campylobacter, Salmonella, Listeria, Escherichia coli patógena (E. coli), Yersinia.
- Toxinas bacterianas: Toxinas de Staphylococcus aureus, Clostridium perfringens, Clostridium botulinum y Bacillus cereus.
- Virus: Calicivirus (incluido el norovirus), rotavirus, virus de la hepatitis A, virus de la hepatitis E.
- Parásitos: Trichinella, Toxoplasma, Cryptosporidium, Giardia.
La contaminación de los alimentos que consumimos puede producirse en cualquier punto de la cadena alimentaria: en la granja en la que se crían los animales productores de alimentos, en su sacrificio o durante el procesamiento y posterior preparación. Incluso una vez estos han superado todos los controles pertinentes de seguridad y calidad y llegan con todas las garantías a nuestras mesas, la contaminación puede producirse en nuestros hogares si lo alimentos no se manipulan o cocinan de forma correcta.
A continuación vamos a desglosar las principales causas de la contaminación de los alimentos en función del lugar y momento de la cadena:
Causas principales a nivel de zonas de cría
- Alimentos para animales contaminados con bacterias que causan infecciones en los animales.
- Parásitos que infectan a los animales productores de alimentos.
- Leche contaminada por contacto con heces o polvo ambiental.
- Piel y pelaje de animales contaminados por heces y medio ambiente.
Causas principales en el matadero
- Carne contaminada por contenido intestinal.
- Malas condiciones higiene de las instalaciones.
Causas principales durante el procesamiento
- Alimentos contaminados por microorganismos presentes en otros productos agrícolas crudos o en superficies en contacto con alimentos.
- Alimentos manipulados por personas infectadas.
Causas principales durante la preparación:
- Uso inadecuado de los utensilios o superficies de la cocina, que pueden contribuir a la propagación de bacterias. La manipulación segura de la carne cruda y otros ingredientes alimentarios crudos, la cocción minuciosa y una buena higiene en la cocina pueden prevenir o reducir el riesgo que plantean estos microorganismos.