Que el verano es época de proliferación de vectores es una realidad asumida por todos. Pero lo que cuesta aceptar es la importancia de protegerse ante estos insectos que, más que molestos, pueden provocar consecuencias graves para la salud. Aunque no sean vectores de riesgo para toda la población, ya que necesitan de unas condiciones para causar complicaciones graves, sí pueden contagiar enfermedades como las que resuenan desde hace semanas en España: Virus del Nilo, fiebre hemorrágica de Crimea-Congo oincluso el virus del Oropouche.
Si hablamos del Virus del Nilo, vemos como en los últimos meses España ha vivido la detección de contagios sucesivos en varias poblaciones de Andalucía. De hecho su incidencia lleva varias temporadas vectoriales preocupando a las autoridades sanitarias. Es precisamente por su presencia durante años en nuestro territorio, ya que desde 2020, los casos humanos del Virus del Nilo no han cesado.
En ese año, en España aumentaron notablemente los contagios, alcanzando los 77 casos en personas: 56 en Sevilla, 15 en Cádiz y 6 en Badajoz. Según el informe ‘Plan de vigilancia, prevención y control de las enfermedades transmitidas por vectores’, publicado por el Ministerio de Sanidad, el 97% de las personas afectadas desarrollaron meningoencefalitis y 8 de los pacientes murieron. Tanto en 2021 como en 2022 también se registraron casos humanos con meningoencefalitis. Pero lo cierto es que Sanidad considera este riesgo como “inexistente”.
Por debajo del 1%, algunas personas que contraen la infección pueden sufrir complicaciones graves a nivel cerebral, como la meningitis
Es cierto que el Virus del Nilo puede presentar casos de riesgo y, como ya hemos visto, provocar la muerte, pero la población más sensible es la inmunodeprimida o personas de edad avanzada que tengan patologías previas. Por lo general, tal y como explica SMC España (Science Media Centre), la sintomatología es escasa o casi inexistente en el 80% de las personas que contraen esta enfermedad. En algunos casos sí se producen síntomas, en torno al 20%, aunque son similares a los de la gripe. Y por debajo del 1%, algunas personas que contraen la infección pueden sufrir complicaciones graves a nivel cerebral, como la meningitis, encefalitis o parálisis flácida aguda.
Además, la circulación de este virus es conocida desde hace décadas en España y el clima de algunas zonas de nuestro país es idóneo para estos insectos. Es el caso de las marismas del Guadalquivir (Sevilla), la comarca de La Janda (Cádiz), en determinadas áreas lacustres de Extremadura y en el Delta del Ebro (Cataluña), aunque no se puede descartar la aparición de nuevas detecciones en el resto de la geografía española.
LA FIEBRE DE CRIMEA-CONGO EN ESPAÑA
Aunque la probabilidad de exponerse a mosquitos que transmitan el Virus del Nilo no es tan baja, sí es menos probable contagiarse de otras patologías como la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC), especialmente si se tienen en cuenta las medidas de protección. Esta enfermedad se transmite por garrapatas infectadas y, aunque está ampliamente distribuida en España, como afirma el ECDC, las medidas de protección pueden evitar contagiarse de la enfermedad.
La FHCC apareció en España en 2016, concretamente en la provincia de Ávila, aunque un estudio demostró que esta enfermedad ya había estado presente en la provincia en 2013. En total, desde 2013 se han notificado 15 casos de esta enfermedad en España, dos nuevos este año. Se trata de un número muy reducido, aunque sí podemos confirmar, tal y como apunta el ECDC, que nuestro país es el único de Europa –junto a Bulgaria- en el que se han detectado casos autóctonos de esta enfermedad.
En personas con patologías previas o inmunodeprimidas, esta enfermedad puede tener hasta una mortalidad del 30%
En cuanto al riesgo de exposición en zonas endémicas, es especialmente elevado para quienes realizan actividades al aire libre, los agricultores, los criadores de animales, los veterinarios, personas dedicadas al sacrificio informal, cazadores y trabajadores sanitarios. Y si hablamos del riesgo de complicaciones, solo podemos hablar de dos muertes en lo que va de 2024, pero de un total de 6 si contamos los diez años atrás de circulación de la enfermedad en España. Y es que, nuevamente, en personas con patologías previas o inmunodeprimidas, esta enfermedad puede tener hasta una mortalidad del 30%, especialmente si no se trata a tiempo.
EL OROPOUCHE LLEGA A ESPAÑA
No solo el Virus del Nilo y Crimea-Congo están circulando por nuestro país. Ahora hay que sumarle el virus del Oropouche, una enfermedad transmitida por la picadura del insecto jején que puede ir desde una manifestación leve con síntomas febriles hasta provocar ocasionalmente hemorragias o meningitis. España ya ha confirmado varios casos importados de esta patología de personas procedentes de países de América del Sur e incluso de zonas del Caribe, como Cuba.
No obstante, no hay de qué preocuparse, según han informado las autoridades sanitarias de Galicia, la zona afectada por el virus tras la importación de un hombre que viajaba de un país tropical. Por ahora son 12 los casos notificados de la enfermedad, aunque la probabilidad de transmisión secundaria dentro de Europa continental es muy baja, tal y como recoge el último informe del ECDC.