Meta: erradicar el VIH, las hepatitis virales y otras enfermedades para 2030.
Tiempo: Nueve años.
Proceso:
El 2021, y su antecesor el 2020, ha supuesto un retraso en el abordaje de otras epidemias no Covid-19, como son la del VIH, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida o sida, y las de las hepatitis virales. La complicación para el diagnóstico precoz y la búsqueda activa de los pacientes durante estos dos años de pandemia han impactado de forma sustancial en estas enfermedades de transmisión por fluidos, que tienen una principal incidencia entre la población que se inyectan droga o que realizan actividades de riesgo como el chemsex.
Todavía no se conocen los efectos que realmente ha tenido la pandemia en la evolución de la lucha contra estas enfermedades, que han supuesto la muerte de miles de personas a lo largo de años y provocado una situación crónica que con la edad se va agravando. Sin embargo, según las estimaciones que durante los últimos meses ha ido recibiendo Consalud.es, con la pandemia el número de diagnósticos de la hepatitis C, por ejemplo, se ha disminuido en un 60%, y los tratamientos han caído más del 50%.
De cara a 2022, el Ministerio de Sanidad, el Gobierno y las Comunidades Autónomas trabajan en la elaboración del Plan Estratégico de Prevención y Control de la infección por el VIH y otras ITS 2021-2030
En el caso del VIH, el director del Centro Sandoval de Madrid, Jorge del Romero, señalaba a Consalud.es que había experimentado una mejoría a pesar de la Covid-19, “aunque le resto de enfermedades de transmisión sexual (ITS) han aumentado en diagnóstico”. Sin embargo, desde otras regiones del país señalan que podrían haberse perdido oportunidades de diagnóstico que provoquen un retraso en el tratamiento y una mayor transmisibilidad que se traduzca en pasos hacia atrás en la lucha contra estas enfermedades.
De cara a 2022, el Ministerio de Sanidad, el Gobierno y las Comunidades Autónomas trabajan en la elaboración del Plan Estratégico de Prevención y Control de la infección por el VIH y otras ITS 2021-2030, que esperemos que sea aprobado en el año que entra. “Ahora por fin podemos decir que hay luz al final del túnel”, resaltaba Darias durante el anuncio. “Si queremos, en 10 años podemos acabar con el VIH en España”, aseguraba.
MEJORAR DIAGNÓSTICOS Y ACCESO A TRATAMIENTOS
Una de las principales claves para conseguir la erradicación de estas enfermedades es diagnosticarlas a tiempo para poder tratarlas o tomar las medidas para que los pacientes no las transmitan. La Covid-19 ha provocado un importante retraso en la detección precoz de estas enfermedades que se prevé que socave los avances que hasta entonces había posicionado a España en un buen lugar para conseguir los objetivos de la Agenda 2030 de la Organización de Naciones Unidas: 95% de diagnosticados, 95% que haya iniciado el tratamiento y 95% con carga indetectable.
Para 2022 los expertos insisten en la necesidad y la importancia de potenciar la búsqueda activa de pacientes en los grupos vulnerables a estas dos enfermedades y el diagnóstico precoz. Medidas como la instalación de cribados en unidades de conductas adictivas, unidades móviles u ONGs podrían ayudar, también hacer pruebas en las Urgencias, donde se pierde una de cada tres oportunidades de diagnóstico.
“Hay que adaptar nuestro sistema sanitario al reto que supone la cronicidad y envejecimiento de la sociedad en general y como tal al paciente infectado por el VIH”
La pandemia ha dificultado el acceso a tratamientos pre-exposición y tratamientos en las personas ya infectadas en toda España. Desde la PrEP para evitar la infección por VIH, que este 2021, después de dos años, por fin llegaba a todas las comunidades autónomas pero no todas las personas en riesgo podían acceder a ella, hasta los tratamientos que permiten volver indetectable e intrasmisible al VIH, pasando por los tratamientos para el VHC. Porque aunque España está entre los primeros países del mundo en cuanto al número de personas tratadas con hepatitis C es necesario, según los expertos en Enfermedades Infecciosas, que se priorice la prescripción de antivirales de acción directa (AAD) por la eficacia demostrada.
CRONICIDAD Y CALIDAD DE VIDA
La mejora en los tratamientos de estos pacientes ha reducido la mortalidad y alargado su esperanza de vida. Sin embargo, se tratan de enfermedades crónicas que lastran la salud de las personas durante toda su vida. Actualmente el envejecimiento de estas poblaciones es un punto en el que la Sanidad Pública tiene que profundizar para ayudar en el tratamiento de las comorbilidades con las que conviven estos pacientes.
Como señalaba el proyecto VIHSUALIZA, “hay que adaptar nuestro sistema sanitario al reto que supone la cronicidad y envejecimiento de la sociedad en general y como tal al paciente infectado por el VIH”, así como el resto de enfermedades infecciosas. Los expertos esperan que las iniciativas que se planteen en el Plan de Acción permitan mejorar los niveles asistenciales de estos pacientes.
ESTIGMATIZACIÓN
Y si en algo se tiene que avanzar en el próximo año es en eliminar la estigmatización social existente. La pandemia no solo ha traído un rechazo hacia las personas que se contagian de Covid-19 por miedo a la infección, sino tambiénha alimentado hacia personas seropositivas de otros virus como el VHC, pero principalmente el VIH.
Se tratan de infecciones que se pueden tratar de forma sencilla y eficaz, como reflejan los expertos, que incluso en el caso del VIH pueden llegar al nivel de indetectable y por tanto no transmitir el virus. Pero aun así existen discriminaciones laborales, sociales e incluso en la atención. Junto al Plan de Acción, las Comunidades Autónomas tienen que seguir impulsando pactos sociales que luchen desde todos los estamentos contra la discriminación de forma permanente.