La contaminación del aire se erige como un importante riesgo medioambiental para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizaba en 2021 sus directrices sobre la calidad del aire ajustando los niveles de contaminación que resultan perjudiciales para la salud.
En 2019, el 99% de la población mundial vivía en lugares en los que no se respetaban las directrices de la OMS sobre la calidad del aire. Una situación que provoca millones de muertes prematuras cada año, produciéndose el 91% de estas en países de medios y bajos ingresos. Ante esta amenaza para la salud pública que actúa como determinante fundamental en el control de las enfermedades no transmisibles, tenemos que diferenciar entre las fuentes de contaminación del aire exteriores e interiores.
Las primeras, en su mayoría, se encuentran más allá del control de las personas y requieren de la adopción de medidas por parte de los gobiernos y las industrias. Además de la contaminación del aire exterior, el humo que se produce en el interior de los hogares representa un grave riesgo para la salud de las personas con preocupantes perjuicios para su salud.
De acuerdo con los datos recogidos por la OMS alrededor de 2.600 millones de personas cocinaban y calentaban sus hogares en 2021 con combustibles sólidos como madera, residuos agrícolas, carbón vegetal y mineral o excrementos de animales, y queroseno. La mayoría de estas personas residen en países de medios y bajos ingresos.
El uso de este tipo de combustibles y tecnologías ineficientes para cocinar o calentarse produce elevados niveles de contaminación del aire doméstico ya que liberan elementos nocivos que resultan perjudiciales para la salud, como pequeñas partículas de hollín que dañan los pulmones. En espacios que no cuenten con una adecuada ventilación el humo puede producir concentraciones de partículas finas 100 veces por encima de los niveles recomendables. Una exposición que afecta en mayor medida a las mujeres, adultos mayores y niños ya que son los que permanecen mayor tiempo en los hogares.
Alrededor de 2.600 millones de personas cocinaban y calentaban sus hogares en 2021 con combustibles sólidos como madera, residuos agrícolas, carbón vegetal y mineral o excrementos de animales, y queroseno
La OMS informa de que fallecen más de 3,8 millones de personas cada año de forma prematura como consecuencia de enfermedades atribuibles a la contaminación del aire doméstico causada por el uso ineficiente de combustibles sólidos y queroseno. Desglosando los datos, observamos la siguiente fotografía:
- Un 27% de las muertes se deben a neumonía
La exposición a la contaminación del aire doméstico duplica el riesgo de sufrir neumonía en la niñez y es responsable del 45% de todas las muertes que se producen por esta enfermedad en menores de cinco años. Los elevados niveles de contaminación del aire doméstico aumentan el riesgo de infecciones agudas de las vías respiratorias.
- Un 18% de las muertes se deben a accidente cerebrovascular
La OMS indica que el 12% de todos los decesos por accidentes cerebrovasculares pueden atribuirse a la exposición diaria al aire contaminado en el entorno doméstico por el uso de combustibles sólidos y queroseno para cocinar o calentarse.
- Un 20% de las muertes se deben a enfermedad pulmonar obstructiva crónica
Una de cada cuatro muertes (25%) por enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en adultos en países de ingresos medios y bajos se debe a la contaminación del aire doméstico.
La OMS informa de que fallecen más de 3,8 millones de personas cada año de forma prematura como consecuencia de enfermedades atribuibles a la contaminación del aire doméstico
Las mujeres expuestas a altos niveles de humo en interiores tienen dos veces más probabilidades de padecer EPOC que las que utilizan combustibles y tecnologías más limpios.
- Un 27% de las muertes se deben a cardiopatía isquémica
Aproximadamente un 11% de todas las defunciones por cardiopatía isquémica, que representan más de un millón de muertes prematuras cada año, se pueden atribuir a la contaminación del aire doméstico.
- Un 8% de las muertes se deben a cáncer de pulmón
Aproximadamente el 17% de las defunciones causadas cada año por cáncer de pulmón en adultos son atribuibles a la exposición a los carcinógenos de la contaminación del aire doméstico producida por el uso de queroseno o combustibles sólidos, tales como madera y carbón vegetal o mineral, para cocinar. Las mujeres corren mayor riesgo a raíz de su papel en la preparación de alimentos.
Además de estos problemas, las partículas en suspensión así como otros contaminantes del humo en espacios interiores producen la inflamación de las vías respiratorias y los pulmones, afectan negativamente a nuestra respuesta inmunitaria y reducen la capacidad de oxigenación en sangre. Se ha demostrado también la relación entre la contaminación del air doméstico y el bajo peso al nacer, tuberculosis, cataratas y cánceres nasofaríngeos y laríngeos.
Sin un cambio sustancial en las políticas, el número de personas sin acceso a combustibles y tecnologías limpias se mantendrá prácticamente sin cambios hasta 2030, lo que supone un obstáculo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.