El número de pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) en España continúa creciendo. Durante 2023, según datos de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), la tasa de afectados se situó en 151 pacientes por millón de población (pmp). Aunque inferior a los 152 del año anterior, la cifra total de afectados alcanzó las 7.280 personas.
Por su parte, la ERC tiene un impacto significativo en la salud pública. En 2023, 5.407 pacientes bajo tratamiento renal sustitutivo (TRS) fallecieron, lo que supone una tasa de mortalidad del 7,6 %. Las infecciones y patologías cardiovasculares continúan siendo las principales causas de muerte, aunque también se ha registrado un aumento en las defunciones de pacientes con cáncer.
El trasplante renal anticipado y la diálisis peritoneal han ganado protagonismo como opciones terapéuticas iniciales, ya que mejoran la autonomía y calidad de vida de los pacientes. Por otro lado, la hemodiálisis ha disminuido un 2 % en pacientes que inician TRS, aunque sigue siendo el tratamiento predominante. Por su parte, uno de cada cuatro pacientes ha iniciado TRS debido a la progresión de la enfermedad, con una mayor prevalencia en hombres (68 %) y en personas mayores de 65 años (59 %).
El trasplante renal marcó un hito en 2023, con un incremento del 8 % en comparación con el año anterior
Asimismo, el trasplante renal marcó un hito en 2023, con un incremento del 8 % en comparación con el año anterior, alcanzando un récord histórico de 3.690 intervenciones. Actualmente, el 56 % de los pacientes en TRS viven con un trasplante renal, gracias a la donación de órganos de donantes vivos y fallecidos en parada cardíaca, consolidándose esta última como la principal fuente de órganos en España.
En cuanto a la presencia de pacientes por comunidades autónomas, según el informe "La enfermedad renal crónica en España" publicado en 2022 por la SEN, las comunidades autónomas con mayor prevalencia de ERC y TRS son la Comunidad Valenciana, Canarias, Cataluña, Galicia y Asturias, mientras que Melilla, Ceuta, Cantabria y Madrid presentan las tasas más bajas. Además, Cataluña, Canarias, Asturias y la Comunidad Valenciana lideran en la incidencia de nuevos casos por millón de habitantes, mientras que Melilla, Castilla-La Mancha, La Rioja, Navarra y Madrid registran las tasas más bajas.
PRINCIPALES FACTORES DE RIESGO
Entre los factores de riesgo de la ERC terminal, destacan la nefropatía diabética, la enfermedad vascular arteriosclerótica, la nefroangiosclerosis, la nefropatía isquémica, la enfermedad glomerular primaria o secundaria, las nefropatías congénitas y hereditarias, y las nefropatías intersticiales. Además, condiciones como la edad, el género y el bajo peso al nacer influyen en la progresión de la enfermedad. Entre los factores modificables, destacan la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, la dislipemia, el tabaquismo, la hiperuricemia y la enfermedad cardiovascular.
Diferentes estudios han demostrado la relación entre la obesidad y la ERC, indica la SEN en el informe. Según investigaciones a nivel mundial, las personas con obesidad tienen un 83 % más de probabilidades de desarrollar ERC. En países industrializados, se estima que el 13,8 % de los casos en hombres y el 24,9 % en mujeres pueden estar relacionados con el sobrepeso.
La ERC es más frecuente en personas con enfermedad cardiovascular (39,8 %) que en aquellas sin esta afección (14,6 %)
En España, el informe ENRICA reveló una estrecha correlación entre ERC, enfermedad cardiovascular y acumulación de factores de riesgo. Estos datos también muestran que la ERC es más frecuente en personas con enfermedad cardiovascular (39,8 %) que en aquellas sin esta afección (14,6 %). Además, el riesgo de padecer ERC aumenta exponencialmente con la acumulación de factores de riesgo, como la edad, la hipertensión, la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo. La prevalencia de ERC en sujetos sin factores de riesgo cardiovascular es del 4,5 %, mientras que en aquellos con ocho a diez factores de riesgo supera el 52 %.
Finalmente, la ERC no solo es consecuencia de factores de riesgo cardiovascular, sino que también es un predictor independiente de enfermedad cardiovascular. A partir del estadio 3b de la ERC, el riesgo cardiovascular se dispara. En este contexto, la diabetes sigue siendo la principal causa de necesidad de TRS en España, con un 26,5 % de los casos, seguida por las enfermedades vasculares (13,7 %) y la glomerulonefritis (13,4 %).