Un estudio liderado por un equipo del CIBER de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD), del Hospital Clínic de Barcelona, del IDIBAPS y de la Universidad de Barcelona, señala que un 69% de las personas que sufren la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) se sienten estigmatizadas en su vida cotidiana. Esta percepción por parte de los pacientes se asocia a un deterioro de su calidad de vida.
Las enfermedades hepáticas son generalmente relacionadas con el alcoholismo y el abuso de drogas, por ello son uno de los tipos de enfermedades más estigmatizadas.
"Los estudios han demostrado que los pacientes con hepatitis C y B son estigmatizados independientemente del método de trasmisión del virus, situación que se repite con la cirrosis. En base a estas ideas, la investigación se centró en la frecuencia y las características del estigma. De hecho, los estudios han demostrado que los pacientes con infección por hepatitis C y B son frecuentemente estigmatizados independientemente del método de transmisión del virus, y los pacientes con cirrosis son frecuentemente estigmatizados independientemente de la etiología de la enfermedad. Sin embargo, existe poca información sobre el estigma en pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico. Por ello, el objetivo del estudio fue investigar la frecuencia y las características del estigma percibido entre los pacientes con NAFLD", señalan los investigadores.
La NAFLD es una enfermedad progresiva y una proporción significativa de pacientes evolucionan de esteatosis simple a cirrosis o carcinoma hepatocelular
La enfermedad del hígado graso no alcohólico afecta aproximadamente al 24% de la población mundial, siendo así la enfermedad hepática más común en todo el mundo. Se asocia en la mayoría de los casos con la obesidad y el síndrome metabólico.
La NAFLD es una enfermedad progresiva y una proporción significativa de pacientes evolucionan de esteatosis simple a cirrosis o carcinoma hepatocelular. Marta Carol, una de las autoras principales de este trabajo, indica que es posible que NAFLD sea una enfermedad estigmatizada porque afecta al hígado y se asocia frecuentemente con la obesidad, dos condiciones que son causantes frecuentes del estigma.
El estudio analizó los datos de 197 pacientes atendidos en la Unidad de Hígado del Hospital Clínic de Barcelona, de los cuales 144 tenían NAFLD y 53 sufrían cirrosis relacionada con el consumo de alcohol. El estigma se evaluó a través de un cuestionario categorizado en cuatro ámbitos: estereotipos, discriminación, vergüenza y aislamiento social.
“La estigmatización se considera un tema muy relevante en algunas enfermedades debido a su potencial impacto negativo en el estado de salud de los pacientes y al hecho de que reduce la posibilidad de que estas personas accedan a la atención y recuperación”
Los resultados mostraron que casi siete de cada diez pacientes (69%) sienten esa estigmatización y afecta a los cuatro dominios evaluados. En el caso de los pacientes con cirrosis, tienen un mayor sentimiento de estigma (72%) que las personas sin cirrosis (67%).
Pere Ginès, uno de los coordinadores de la investigación, explica que la estigmatización se considera un tema muy relevante en algunas enfermedades debido a su potencial impacto negativo en el estado de salud de los pacientes y al hecho de que reduce la posibilidad de que estas personas accedan a la atencióny recuperación. “En los últimos años, ha habido un interés creciente en la lucha contra la estigmatización de ciertas enfermedades con el objetivo de mejorar la aceptación social de los pacientes y el estado de salud general”, añade.
“La estigmatización percibida es común entre los pacientes con NAFLD, independientemente del estadio de la enfermedad, se asocia con una calidad de vida deteriorada y puede ser responsable de los estereotipos, la discriminación, la vergüenza y el aislamiento social, lo que puede afectar los derechos humanos y sociales de los pacientes afectados”, recalca el equipo de investigadores.
Para concluir, los investigadores reclaman que estos hallazgos sean tenidos en cuenta por parte de los trabajadores de la salud, las asociaciones de pacientes y los responsables de las políticas sociosanitarias, de cara a estimular una mayor investigación y alentar iniciativas destinadas a prevenirla discriminación de las personas afectadas por esta enfermedad”.