La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) tratará el tema de la enfermedad hepática por alcohol en su LXXXII Congreso, celebrado del 8 al 10 de junio en Sevilla. En concreto, el tema será abordado por el Dr. Joaquín Cabezas, experto de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) y especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), en una ponencia que llevará el título de “Enfermedad hepática por alcohol. Abordaje multidisciplinar”.
La enfermedad hepática por alcohol es una de las patologías del hígado más prevalentes, que suele producirse cuando el paciente tiene un consumo muy elevado y continuado de alcohol. Así, se consideraría problemático consumir más de 20 gramos de etanol al día en mujeres y 40 en hombres. Sin embargo, en caso de que la persona padezca obesidad, diabetes u otra enfermedad hepática subyacente, el consumo de alcohol comenzaría a dar problemas a niveles incluso más bajos.
Otros factores de riesgo asociados a la enfermedad pasan por factores genéticos o el sexo, pues a pesar de que la enfermedad hepática es más prevalente en hombres, las mujeres son más susceptibles de desarrollarla porque tienen menor capacidad de metabolizar el alcohol en el estómago.
Se consideraría problemático consumir más de 20 gramos de etanol al día en mujeres y 40 en hombres
En la actualidad, en España no existe un registro del número de pacientes con esta patología, debido a la dificultad para obtener un resultado diagnóstico en etapas iniciales. Sin embargo, algunos estudios indican que la incidencia de cirrosis relacionada con el alcohol en España es de 4,4 mujeres y de 14,6 hombres por cien mil habitantes. Para lograr hacer una aproximación estimada de casos, los investigadores parten de datos como una mayor proporción de ingresos por enfermedades relacionadas con el hígado (como la cirrosis descompensada) o las listas de espera en trasplantes.
La dificultad para realizar un correcto diagnóstico radica en que la enfermedad no presenta síntomas en sus etapas iniciales. Sin embargo, se pueden identificar algunos signos asociados al consumo elevado de alcohol, como hipertrofia parotídea o agrandamiento de las glándulas salivales cerca de la mandíbula, fibrosis en la palma de la mano o rinofima o aumento del grosor de la nariz.
“Además, las personas cuantifican con dificultad la cantidad de alcohol que ingieren realmente, lo que supone la primera dificultad para su diagnóstico y tratamiento, ya que los especialistas en Digestivo no disponemos habitualmente de biomarcadores precisos para identificar el consumo de riesgo”, explica el Dr. Cabezas.
En este sentido, la prevención y el diagnóstico precoz son fundamentales para controlar y frenar la progresión de la enfermedad hepática por alcohol. Además, el abordaje de esta patología debe tener un carácter multidisciplinar, tratándose desde distintas especialidades médicas, entre las que destacan Aparato Digestivo y Psiquiatría.
Por otro lado, el abordaje también debe hacerse desde un punto de vista social. Según alerta el Dr. Cabezas, se trata de una enfermedad estigmatizada. “Actualmente debemos evitar términos que pueden ser despectivos como “alcohólicos”, sino hablar de personas con trastorno por consumo del alcohol. Y ya no hay un consumo abusivo o excesivo del alcohol, sino de riesgo”, explica el experto.
Dr. Cabezas: “No hay un consumo saludable ni seguro de alcohol y la concienciación es la mejor herramienta para prevenir”
Para acabar con esta problemática, el Dr. Cabezas pide concienciar a la población sobre el alcohol y sus consecuencias, que pueden implicar patologías más allá de la enfermedad hepática, como puede ser el cáncer. “No hay un consumo saludable ni seguro de alcohol y la concienciación es la mejor herramienta para prevenir”, sentencia el experto.
La prevención debe realizarse desde la promoción de hábitos de vida saludables y el diagnóstico precoz. El Dr. Cabezas cuenta con una serie de herramientas que facilitan este diagnóstico, como la analítica de sangre, la ecografía o elastografía de transición. Una vez el gastroenterólogo identifica la enfermedad, recomienda a los pacientes un consumo cero de alcohol.
“La hepatitis B o C se han podido controlar en España gracias a los tratamientos efectivos. Por ello, es hora de poner el foco en otra de las epidemias relacionadas con el hígado a través de la prevención: la enfermedad hepática por alcohol”, concluye el experto.