Además de regular la publicidad de alimentos no saludables dirigidos a niños y adolescentes, el Ministerio de Consumo se dispone a instaurar a finales de este año el sistema Nutriscore, una medida que según los endocrinos es una manera esencial para ayudar a los consumidores a elegir los alimentos más saludables para su dieta.
El etiquetado frontal de Nutriscore ya está implantado en Reino Unido, Francia o Alemania. En España se pondrá exclusivamente a los alimentos procesados, es decir, desde pan o quesos a comida prefabricada. El objetivo es señalar si tiene un exceso de los nutrientes como el azúcar, las grasas y la sal, al mismo tiempo que facilita ver si tiene más elementos como las proteínas o la fibra. “Si el producto tiene un exceso de nutrientes que se ha demostrado científicamente que son perjudiciales para la salud a medio plazo, como exceso de azúcares, sal y grasas, en la escala frontal aparece más rojo; si es al contrario, más verde", señaló el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en su anuncio.
Con ello se pretende actuar contra la obesidad y el sobrepeso que en la mayor parte de los casos está ligada a unos malos hábitos de alimentación y estilo de vida. La obesidad es un factor de riesgo para contraer otras enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares, problemas óseos, apnea del sueño. La sociedad española tiene las tasas de obesidad y sobre peso más altas de Europa.
“Falta una perspectiva de educar a la alimentación saludable, es un pasito más. El interés es educar en la población en qué es comer saludable: que es cocinar”, indica el Dr. Botella
Según el estudio Aladino, realizado en 2019, “la prevalencia de sobrepeso es del 23,3% y la prevalencia de obesidad del 17,3% en la población infantil española de 6 a 9 años” y dentro de la obesidad, “un 4,2% de los escolares estudiados presentan obesidad severa”. A su vez el mismo informe señala que el 76,2% de los escolares ha de mejorar su alimentación. En los adultos, tal y recogen datos del Instituto Nacional de Estadística, en 2020 el 16,5% de los hombres con más de 18 años padecían obesidad, en mujeres el porcentaje era del 15,5%.
En este contexto, Nutriscore se convierte en una herramienta que, como recuerdan desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y reflejan diferentes estudios, es simple, práctica y eficaz para informar al público sobre productos que deben dañar la salud y ayudar a orientar las decisiones de compra. “Creemos que es mejor que nada, aunque es mejorable. Es un avance que tiene una fundamentación científica potente. Hay estudios, algunos con participación española, en los que se sigue a una población que se guía por esta recomendación y otro que no lo hacen. Aquellos que siguen el etiquetado tienen mejores resultados de salud”, explica para Consalud.es el Dr. Francisco Botella, coordinador del área de Nutrición de la SEEN.
Con el etiquetado no se castigan a unos en contraposición a otro tipo de alimento. Se comparan los alimentos del mismo tipo: el jamón con el chope, o el jamón de una marca con el de otra marca, para conocer cuál tiene más azúcar, sal y grasas. “Por ejemplo, el tema de las galletas que tienen azúcar y sal, si la industria lo reducen el consumidor gana”. Aunque siempre queda el peligro de que se abuse de la etiqueta y se apueste por los elementos positivos, proteínas y fibra, sin reducir el azúcar, las grasas o la sal.
Tal y como explica el experto, el etiquetado frontal es mejorable, pues se centra en un grupo de alimentos mientras excluye otros como el calabacín o la verdura. “Está muy enfocado en la industria y poco en la alimentación saludable”, denuncia el doctor. De esta forma se piensa que no se está poniendo el foco en animar a comprar los alimentos y cocinarlos. “Falta una perspectiva de educar a la alimentación saludable, es un pasito más. El interés es educar en la población en qué es comer saludable: que es cocinar”, indica el Dr. Botella. “Esperemos que se acabe actuando sobre eso, porque el camino no es nada bueno y no depende solo del individuo y su formación, se trata de un abordaje multilateral”, concluye.