En un hipotético mundo sin tabaco, el cáncer de vejiga sería una enfermedad rara

En el año 2015, se diagnosticaron más de 21.000 casos de cáncer de vejiga en nuestro país, de los que 17.439 fueron en hombres y 3.564 en mujeres.

El consumo de tabaco, principal factor de riesgo del cáncer de vejiga.
6 agosto 2017 | 22:21 h

El tumor de vejiga ocupa el quinto puesto en cuanto a incidencia de tipos de cáncer en nuestro país, según los datos publicados por la Sociedad Española de Oncología Médica (Seom). Sin ir más lejos, en el año 2015, se diagnosticaron más de 21.000 casos de cáncer de vejiga en nuestro país, de los que 17.439 fueron en hombres y 3.564 en mujeres.

Una situación que según explica la doctora Pilar López Criado, oncóloga médica de MD Anderson Cancer Center Madrid, se debe fundamentalmente al hábito tabáquico ya que, “más del 90% de los casos de cáncer de vejiga tiene una relación directa con el tabaco”. Tal es la relación que existe entre este tumor y el tabaco que la doctora López Criado asegura que “el cáncer de vejiga sería una enfermedad rara si la gente no fumara”.
 

El tabaco es la causa de hasta 14 tipos de cánceres diferentes

Pero no únicamente esta relación es aplicable al cáncer de vejiga, sino que la doctora lo extiende a otro tipo de tumores como el de esófago o los de cabeza y cuello, que disminuirían exponencialmente. Puesto que, aunque siempre se habla de la relación existente entre el cáncer de pulmón y el tabaco, la realidad es que esta sustancia es la causa de hasta 14 tipos de cánceres diferentes en fumadores activos.

Actualmente, el descubrimiento del genoma ha desvelado que los pacientes oncológicos fumadores tienen un perfil genético completamente diferente al de los pacientes oncológicos no fumadores, ya que “el tabaco genera unas mutaciones que no existen en las personas cuyos cánceres no dependen del tabaco”, apunta la doctora López Criado.

La inmunoterapia es más eficaz en pacientes fumadores porque son personas con mucha más carga de mutación

Además, por otra parte, señala que “cambia el perfil molecular, lo que tiene un impacto directo en los tratamientos; por ejemplo, mientras que la inmunoterapia es más eficaz en pacientes fumadores porque son personas con mucha más carga de mutación, los tratamientos dirigidos a una alteración genética determinada son más habituales en pacientes no fumadores”. Por lo que, esta experta recuerda la importancia de dejar de fumar, incluso aunque el cáncer ya haya sido diagnosticado.

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